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Me Afeito by El Patroncito


Soy Carlos, tenía 17 años cuando esto paso, estaba en preparatoria, y como todo adolecente adoptaba la moda, en ese año la moda para los chicos era el cabello largo, casi hasta los hombros, y nunca había tenido problemas con mis padres acerca de eso, así que lo deje crecer, e incluso mucho más allá de los hombros, los meses pasaron y cada cuatro o cinco semanas visitaba a mi estilista para que me despuntara el cabello. Cuando se acercó la fecha de graduación, mi padre me dijo que cortara un poco mi cabello, pues ya lo traía muy largo, pero le dije que no, que tal vez un día antes de la graduación me lo despuntaría otra vez. Pasaron los días y se llegó la fecha de graduación, he incluso no pude ir a despuntarme el cabello, pues estuve ocupado por los exámenes finales y la organización de la fiesta de graduación y pensé en hacerme una coleta, total había chicos que se peinaba así. Esa mañana desperté y me disponía a solo descansar y esperar la hora de la ceremonia de graduación, cuando era mediodía mi papá me dijo que, si no pensaba en cortarme el cabello, le dije que no nuevamente, y me dijo que él me daba el dinero para que me lo cortara, pensé que no era mala idea, podía recortarme un poco, después de todo aún faltaban varias horas para la ceremonia. Le dije que estaba bien, me dio el dinero, pero antes de salir de casa, me dijo que él me acompañaba que también necesitaba un corte para mi graduación, subimos a su coche e iniciamos el trayecto a mi estilista, charlamos por el camino de futbol y sobre mi graduación, poco después recibió una llamada bastante rara, a la cual no le tome mayor importancia, pues siempre estaba recibiendo llamadas de su trabajo y de clientes. Cuando colgó le dije que tomara una calle para poder llegar más rápido con mi estilista, pero me dijo que él conocía otra manera más rápida de llegar así que no dije nada, pero solo pasaron un par de minutos cuando se detuvo frente a una peluquería antigua, le pregunte que sí que hacíamos aquí, y me contesto que el se cortaría el cabello aquí, que luego iríamos con mi estilista, pasamos a la peluquería que era como todas, bueno así me las imaginaba, una silla de barbero de cuero al centro, un espejo delante de ella y junto una mesa con máquinas y rasuradoras. Cuando entramos no había nadie, pero un hombre grito de atrás, ya voy, cuando entro por la puerta trasera, me di cuenta que era un hombre de la misma edad de mi papá, vestía con una bata blanca un corte de cabello regular. Buenas tardes nos dijo, nosotros contestamos también buenas tardes, de pronto mi papá cerró la puerta con seguro, y me quede asustado. Mi papá me dijo Carlos siéntate, es hora de que te cortes el cabello como los hombres, yo le dije que no, y él me volvió a decir con voz enojado siéntate, yo volví a contestar no. De pronto el peluquero me toma por detrás y me hace sentar de golpe en la silla. Trate de levantarme pero entre ambos me sujetaron, el peluquero saco de una de sus bolsas unas cuerdas e inicio a amárame de los brazos y de la cintura y de un momento a otro quede bien sujeto, le decía a mi papá que no me hiciera esto, pero él me dijo, lo siento te dije que te cortaras el cabello muchas veces y no me obedeciste. Me puse completamente rojo de la cara. El peluquero me puso una banda blanca por el cuello y luego me puso la habitual capa blanca con líneas. Le suplicaba a papá que no me cortara el cabello, pero no me hizo caso. El peluquero pregunto que, si como se lo había dicho por teléfono, y mi papá contesto que sí, entonces me di cuenta de que se habían puesto de acuerdo enfrente de mis narices.
El peluquero tomo una maquina sin ningún peine, cuando lo vi me puse helado, los segundos pasaron de una manera que no me di cuenta, de pronto tenía la maquina arriba de mi frente, la encendió e inicio a raparme totalmente, inicio por la frente hasta atrás y luego los laterales, se me veía el cuero cabelludo totalmente pálido, había quedado como un recluta, el peluquero limpio toda mi cabeza con un cepillo en forma de burla, y pensé que ya había terminado pero no, de pronto encendió una rasuradora e inicio a rasurarme toda la cabeza, me la paso por toda, y cuando todavía no me reponía del shok , empezó a untarme espuma por toda mi cabeza, sacó una navaja y empezó a afeitarme, cuando termino volvió a llenarme la cabeza con espuma y volvió a afeitarme la cabeza en busca de algún cabello que hubiera dejado, después unto una pomada y la froto en toda mi cabeza completamente afeitada, la dejo más brillante que una bola de boliche, saco la capa y la banda, me dio una palmada en mi gran cabeza afeitada y me desato, yo aun estaba en shok, cuando de pronto mi papá empezó a acariciar toda mi cabeza y decirme una y otra vez, a ver si aprendes la lección, y para que no se te olvide volveremos cada semana por el mismo corte, cuando termino me dio otro golpe como el peluquero. Pago y salimos, entre al carro e inicie a llorar, le decía que porque me había hecho esto, y me dijo que par que aprendiera a no dejarme crecer el cabello, yo seguía llorando, y para callarme me advirtió que si no me callaba al llegar a la casa también me afeitaría las cejas, con lo cual me quede callado, pero aun así seguía gimiendo despacio, cuando llegamos a casa mi mamá me acaricio mi cabeza totalmente afeitada, no quedaba ni un solo cabello, me dijo que si que había pasado, y cuando le dije lo que había pasado, regaño a mi papá que no le importo nada, su obra malévola ya la había hecho, les dije que no pensaba ir a la graduación, pero mi padre me volvió a amenazar con aféitame las cejas si no iba a arreglarme para la graduación, así que subí casi a fuerza, no podía verme al espejo y mucho menos tocarme la cabeza, entre a ducharme y no pude contener la tentación de pasar la mano por toda aquella cabeza afeitada fue una sensación completamente excitante, no sentí ningún cabello alguno la cabeza estaba totalmente lisa, no existía ningún cabello por error, cuando por fin termino el shok, Sali de la regadera y me vestí, me puse el birrete antes de salir de mi cuarto, y no pensaba en quitármelo para nada, cuando mis padres me vieron mi mamá quedo encantada, pero mi papá me hizo quitarme el birrete, y me advirtió que solo para la ceremonia de graduación me lo pondría, tuve que acatar órdenes y no me lo puse, cuando llegamos a la iglesia todos mis compañeros se quedaron totalmente asombrados, y se fueron sobre mí, iniciaron a peguntarme y atacarme la pelona, unos amigos empezaron hacer bromas de las cuales todos nos reímos, y me preguntaron que si porque el cambio tan radical de look, les dije que había sido una reprimenda de mi papá, todas las mujeres iniciaron a decir que ve veía muy varonil y guapo con ese look militar de cabeza afeitada, mis amigos me dijeron que le dijera a mi papá que también los llevara a afeitarse la cabeza para no dejarme solo con la cabeza afeitada, que si uno tenía la cabeza afeitada todos la tendrían, así que fuimos con mi papá y solo dijimos, él es contesto que el próximo viernes me tocaba otra visita al peluquero, y que si gustaban todos los viernes por un año yo me tenía que afeitar la cabeza como castigo y que si nos gustaban acompañar eran bienvenidos, todos dijeron que si, pero bueno esa será otra historia. Fui el centro de atención y piropos toda la graduación, las mujeres quedaban maravilladas con mi cabeza afeitada, por la noche mi papá y yo chalamos, me pido perdón por lo que había hecho, pero dijo que las afeitadas todos los viernes eran un hecho y que iba a tener la cabeza afeitada todo el un año, yo también le pedí perdón por no haberle hecho caso a lo que me decía, al final terminamos haciendo bromas de mi cabeza afeitada y el dándome zapes a cada rato, me dijo que todos los días y a la hora que pudiera me iba a dar un zape en la pelona. Reflexión tu padre puede ser duro con los castigos, pero son beneficiosos.




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