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Me raparon a la fuerza by El rapado


Ya sabía que me gustaba el asunto del fetiche de cabello hace algunos años. No era raro que me exitara viendo vídeos de hombres a los que les hacían cortes militares, o las apuestas de cabelleras ya fuera por fútbol o lucha libre. Sobra decir que me gustaba pasar a la peluquería mínimo cada 15 días para sentir la máquina. Aprovecho las nuevas barberías, ya que les gusta pelar a navaja a la primera oportunidad, pero solo atrás y a los costados.

Aún con todos estos placeres que me permitía, aún me faltaba un corte hecho por alguien que lo disfrutara tanto como yo. Buscando un poco y escribiendo en distintos foros encontré a alguien que le interesaba hacerme el corte, estaba en la ciudad cerca de la mía. Para no aburrir con muchos detalles, concretamos la cita en un hotel en mi ciudad.

Cuando llegó el día, fui al punto de encuentro, habíamos acordado que me hiciera un corte de cabello muy corto (yo quería que la experiencia valiera la pena) él ya estaba en la habitación esperando. Me mandó el número y yo subí, de camino estaba nervioso, nunca había vivido algo parecido, me preguntaba que tan corto iba a dejar mi cabello o si lo haría bien.

Al entrar a la habitación, me invitó y pasar, lo ví con una playera tipo militar y pantalón de camuflaje, cerró la puerta atrás de mí, le puso seguro y me dijo:

Usted es el nuevo recluta? Ese no es corte para un cadete, siéntese que le toca corte reglamentario. Me estaba emocionando un poco, ya tenía una silla preparada y los instrumentos a lado, me senté, me puso una sábana blanca alrededor de mi cuello. Le pregunté si me iba a hacer un corte militar a lo que se molestó y me respondió:
Cadete, usted que quería? Que le deje ese cabello de señorita? No me gusta que sean indisciplinados. Es más, para alguien como usted tengo algo especial, pase al baño. Pasamos al baño y movió todo, incluida la silla, me volví a sentar frente al espejo del baño y está vez me ató las manos con unos cinturones de plástico me dijo que para aumentar la diversión y evitar o huyera. Después se acercó y me susurró, vamos a pelarte cortito, para que te dure.

Me mostró la máquina y me dijo, a esta máquina le gusta pelar y le voy a dar gusto, mira tú cabello por última vez. Encendió la máquina junto a mi oído y con la guia #2 rapó uno de mis lados, me empecé a emocionar la pasó por atrás y el otro lado. Cuando menos lo esperaba subió más la máquina para raparme arriba, me había dejado como micrófono, me sentí un poco ansioso, no esperaba eso. El se dió cuenta y me preguntó de manera un poco burlona... No venías por un corte corto?

Le respondí que en efecto, pero me pareció muy corto. Se rió y me contestó, en serio? Pero si apenas empezamos, te lo iba a dejar así, rape militar de rutina, pero te portaste rebelde. Tienes que aprender quién manda.

Le quitó la guia y con la máquina al 0 me pelo una buena franja enfrente de mi oreja, hasta la altura de mi ceja. Se veía todo blanco. Me asusté, al mismo tiempo que me excité, él siguió rapando hasta dejarme un recoon, el sabía que ese corte no me gustaba y a propósito me comentó: listo soldado, su corte favorito. Es más, cómo cortesía y para que dure más, le afeito gratis. Le dije que no, que ya era suficiente. Volvió a reír mientras me gritaba que mi corte lo decidía él y que yo no podía hacer nada me puso espuma en la rapado al 0, sacó un rastrillo y afeitaba mi cabeza, pasó su mano varias veces para saber que estaba liso. Cuando ya me había resignado al nuevo corte y pensaba que había acabado, sacó la máquina de nuevo, la puso al 0.5 para decirme, sabías que ibas a salir pelón, no te voy a decepcionar. Me rapó al centro y arriba con la máquina. No tardó mucho en acabar y culminamos cuando me dijo:

Listo recluta. Un buen corte muy corto

Porsupuesto que las burlas al día siguiente en el trabajo y con la familia no se hicieron esperar. Pero valió la pena



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