El desaf�o by Juan Pablo

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El fetiche con los cortes de pelo lo llevo ya hace un tiempo conmigo pero no lo comento con cualquiera porque en un punto siento verg�enza.
Despu�s de muchos a�os de amistad con Nicol�s pude animarme y contarle mi secreto. Est�bamos hablando por facebook sobre nuestras vidas y an�cdotas varias. Hablando con �l sobre cortes de pelo, me anim� a contarle cuando mi pap� me llevo a la peluquer�a siendo yo un chico de 8 a�os y sin decirme nada le pidi� al peluquero que me pase la doble cero. Y que desde ese momento me excita la idea de que me rapen aunque no me animaba. Nico, con sus 25 a�os de picard�a tuvo la idea de plantearme un desaf�o. Me dijo que si no aparec�a en la facultad con la cabeza rapada se terminaba nuestra amistad. Al principio me pareci� un chiste pero su insistencia y seriedad me hicieron creer que estaba hablando en serio. La conversaci�n termin� ahi, con un planteo de lo m�s dif�cil. "Te doy tiempo hasta el el lunes, no te voy a volver a hablar si no te veo rapado a cero", me escribi� en su �ltimo mensaje.
Intent� llamarlo y mandarle mensajes pero no hubo forma de que me respondiera. Solo hab�a una y era cumplir con el desaf�o. Era s�bado a la tarde y me anim� a ir hasta la peluquer�a de la otra cuadra de mi casa. El peluquero siempre me cortaba por lo que ten�amos confianza. Un tipo j�ven de unos 45 a�os, con una panza que en varias ocasiones rozaba en los brazos de los clientes.
Entr� y al saludarlo me sent� en el sill�n. Me pregunt� si me cortaba como siempre pero le dije que no. Esta vez iba a cambiar. "Me ten�s que pasar la doble cero", le dije. Se extra�� al escuchar el motivo del cambio pero agarr� la bata negra y me la puso ajustada en el cuello. Sac� el peine que estaba en la m�quina y la encendi�. "�Seguro?". Asent� con la cabeza pero con los nervios a flor de piel.
Me agarr� de la nuca y empez� a cortar desde la frente. En segundos ten�a toda la cabeza descubierta, con la piel blanca. Pensaba en Nicol�s y en como me hab�a convencido en hacer eso. Me ve�a en el espejo y no lo pod�a creer. Era una mezcla de orgullo, con arrepentimiento, humillaci�n y verg�enza.
Al lunes siguiente llegu� a la facultad y Nico se larg� a re�r cuando me vi�. Pens� que no lo iba a hacer porque solo era un chiste para ver si me animaba. Y si, me anim� y me gusto el desaf�o.

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