me la hicieron pagar by sticky

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Hace unos días, en una comida familiar, nos acordábamos con mi hermano Lucio y con mis viejos una anecdota de hace ya unos años. Yo tendría 16 y Lucio 8. Era un sábado a la mañana y mi viejo se había puesto a lavar el auto. Yo me disponía a ir a jugar un partido de fútbol cuando mi vieja me dijo que llevara a mi hermano a la peluquería. Le dije que cuando volviera del partido lo llevaba pero la respuesta fue que tenía que ser en ese momento porque después todos iríamos a lo del abuelo que cumplía 70 años. Le dije que tenía partido pero no sirvieron mis razones. Con toda la bronca agarré la plata que me dió y salí con mi hermano. Iba puteando en el trayecto. En un momento, como para descargar mi furia, le dije a mi hermano que ibamos a ir a otra peluquería porque Daniel, el peluquero, estaba cerrado. No le importó demasiado. Lo llevé a una vieja peluquería que había a unas cuadras de casa a la que nunca habíamos ido. Cuando llegamos lo hice entrar y no había clientes. El peluquero estaba barriendo el local. Saludó y preguntó quien se iba a cortar primero. Yo le dije que sólo era mi hermano. El tipo puso un suplemento en el sillón y lo hizo sentar. Mientras le ponía la tela celeste alrededor preguntó por el corte. Con toda la bronca que llevaba le dije que tenía que cortarle bien cortito. Lucio me miró por el espejo como no entendiendo nada. El peluquero dió vuelta el sillón y sin más explicaciones lo peló al ras en la nuca y los laterales dejando arriba algo de pelo que luego peinó con un gel. Pagué el corte y nos fuimos. Durante la vuelta , mi hermano, lloró todo el camino. Yo sabía que iba a haber quilombo en casa pero me había sacado la bronca. Al llegar , mi viejo seguía lavando el auto. Cuando lo vió todo rapado casi me mata. Mi vieja llorando al verlo me decía qué había hecho. A mi viejo le agarró un ataque , guardó los tachos y la manguera , me metió en el auto y me preguntó adónde lo había llevado. Yo pensé que iba a cagar a palos al peluquero pero grande fue mi sorpresa cuando me metió adentro de la peluquería y me hizo sentar en el sillón del peluquero. Le dijo al tipo que me pelara con la cero. El peluquero , extrañado por como habíamos ingresado al local, sólo dijo muy bien. Me puso la tela al cuello y mientras mi viejo miraba desde una silla de espera, el peluquero me empezó a pelar con la máquina hasta dejarme casi en blanco. Cuando preguntó como lo cortaba arriba , mi viejo le dijo que pasara también la máquina. Conclusión, me pelaron al cero y quedé peor que mi hermano. En el auto, a la vuelta , no hubo conversación. Al llegar a casa Lucio se cagaba de risa. Esa semana fue de terror para mí porque me presenté todo rapado frente a mis amigos y en el colegio. Había perdido. Hoy en día todos nos reímos pero en ese momento supe que había sido mi peor día.

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