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Vicente barbier by miguel
Vicente barbieri
Tuve una niñez feliz, sóloempañada por esos días en lo que mi viejo me decía que era momento de mi corte de pelo y esto sucedía , mas o menos , cada dos meses. Mi pelo crecía pero seguía siendo corto, pero eso no era motivo para que yo no terminara en el sillon de la peluquria de Vicente.
Era un tano agarrado a la antigua que tenia su local a dos cuadras de mi casa, en Lomas de Zamora , y a cuatro cuadras de la cancha de Los Andes.
Los cortes , por lo general, eran los sabados que era uno de los dias que mi viejo estaba en casa y no siempre coincidían mi corte y el suyo. Cuando nos cortabamos los dos, primero me hacia pelar a mi y despues pasaba él. Cuando era para mí solo me dejaba sentado en una silla de espera y le decía al peluquero:- Vicente, pelelo como siempre...y ahi quedaba yo esperando a ser esquilado. Mi viejo preguntaba a que hora pasaba, segun la clientela, y se volvia a mi casa. El peluquero, que pasaba los 60 largos, era lo que podria definirse como un tipo sin estilo. Quien mas, quien menos , salia de alli con un corte corto...y para los niños no había otra cosa que el temible corte a la americana.
Los sabados que Los Andes jugaba de local, la calle de la peluqueria , Portela, era camino casi obligado de los hinchas y mientras el ventanal los dejaba ver pasar, algun gracioso conocido siempre gritaba: Pelalos, Vicente....provocando la risa del peluquero. Los viejos clientes iban pasando, uno a uno por la silla de torturas, aunque no se hacían mucho problema. Yo esperaba mi turno resignado.
Cuando el peluquero me llamaba colocaba un suplemento en el sillon para que yo diese la altura justa y sacudiendo la inmensa tela blanca me decía : Vamo nene, arripa...( jaja no es error de escritura , así tal cual era su dicho). Yo me sentaba , y de inmediato era cubierto por esa sabana que me dejaba indefenso. Me alisaba todo el pelo con un peine blanco que llevaba siempre en el bolsillito superior de su chaqueta, y tomando una mquinita cortapelo de las antiguas me la apoyaba en la base de la nuca mientras me empujaba con firmeza la cabeza hacia mi pecho. Calculo que mi cuero cabelludo quedaba bien tirante para que la maquina hiciera su trabajo a la perfeccion. El corte se matizaba con charlas de politica o de futbol , de la que, por supuesto, yo no participaba. Me iba pelando tal cual las instrucciones. La maquina bien hasta la coronilla y la parte trasera bien al ras. Me doblaba las orejas, como si fuera un muñeco, y me pelaba hasta mas alla de las sienes. Las patillas desaparecian en un segundo. La capa se cubria de inmediato con grandes cantidades de pelo que caian en mi regazo. Cada tanto me cepillaba con un plumerito de cerdas blancas y gruesas.
Despues de la tortura de la maquina venia el corte a tijera de la parte superior. Una nube de pelo se formaba delante de mis ojos. Arriba me lo dejaba tan corto que ni peine hacia falta. Cuando parecía que todo estaba terminando, otra vez con la cabeza mirando la tela, volvia con la maquina ( que seguro seria la del cero) a rapar la nuca hasta arriba. Me afeitaba todo el contorno de la nuca y las patillas y me llenaba de talco para desprender los pelitos rebeldes. Ni me mostraba el corte con el espejito. Vicente sabia que tenia que estar bien rapado ...eso era suficiente aprobacion. Si mi viejo todavía no habia llegado, yo volvia a la silla mientras subía otro cliente. A veces , si mi viejo llegaba y yo todavia estaba en el sillon , le pedia al tano que me pelara un poquito mas asi duraba mas tiempo. En el camino a casa me pasaba la manop a contrapelo por la nuca , como disfrutando de mi rapada. Recien a los trece años ( lo recuerdo perfectamente porque para mi fue un hito en mi vida) zafe de los cortes de Vicente. Hace tiempo que la peluqueria no esta, y la verdad nunca supe que fue del tano . De seguro , hoy ha de estar fallecido......