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pasó por apurado by Juan Gabriel
La verdad podria haber esperado una semana mas y cortarme el pelo en el lugar de siempre pero entre que ya lo tenia crecido y se me estaba formando un casco con mi pelo crespo y el haber visualizado una nueva peluqueria desde el bondi que me traia desde el laburo a casa, tomé la decision de cortarme el pelo allí para probar una nueva experiencia.
La peluqueria era tradicional tirando a antigua. No se vislumbraba el interior debido a unas cortinas gruesas que tapaban el ventanal donde se podía leer PELUQUERIA SALVADOR. Ya por el nombre imaginé un peluquero de los de antes, así que sin dudar entré.
Me recibió un llamador sobre la puerta que hizo que los concurrentes me dirigieran sus miradas. Tipico olor a peluqueria de caballeros. Un tipo en el sillón, otro esperando leyendo el diario y el peluquero que confirmó mi presunción.
Me senté en una silla de espera despues de saludar y tomé una revista de una mesita baja que había en un rincón. Solo habia una charla entre el figaro y su cliente mientras le estaba cortando el pelo. Todo era bastante pasado de moda pero me gustaba a pesar de que sentía un cosquilleo en el estómago.
Me veia reflejado en el espejo con mi pelo tupido y me hacia la idea del momento en que estuviera ya capeado con esa enorme sabana blanca que cubría a quien estaba en el viejo sillon de cromo y cuero marrón. Casi se estaba terminando el corte porque ya no habia mucho por cortar. Era un corte clasico de gente grande, o sea, cortito y a maquinita.
Cuando el peluquero le quitó la tela y la sacudió en el aire me miró y me invitó a sentarme. Me sorprendió y le hice seña como que estaba el otro cliente delante mío, pero me dijo que sólo estaba de visita. Todo me agarró de sorpresa pero ya estaba jugado. Me senté y me envolvió con la sabana ajustandola bastante por detras. Me tomó de los hombros y agarrandome el pelo de la nuca me dijo textual: ¨ bastante crecido, eh?...lo cortamos cortito?....Me quedé duro por la iniciativa del peluquero y, si bien yo iba a buscar algo más corto, sólo le dije que sí.
Dió vuelta el sillón y quede de espaldas al espejo. Despues de unos segundos sentí como había empezado a cortar mi pelo con peine y tijera. Grandes mechones caían por la capa y algunos terminaban en el piso. Sentí en ese momento un arrepentimiento pero no había vuelta atras. Me despojó del pelo sobre las orejas haciendo un arco detras de ellas. Arriba tambien lo cortó bastante y la tela blanca ya estaba cubierta con mi antigua melena.
Cuando le dio descanso a las tijeras me cepilló con un plumerito de cerdas blancas y duras librando mi cabeza de todo el pelo cortado.
Quise sacar un brazo por afuera de la capa para ver hasta donde había cortado pero no me dio tiempo y sentí el motorcito de la electrica.
Ahí tomé coraje y le dije que con electrica no porque ya había tenido otra mala experiencia anterior. El tipo giró el sillón de nuevo y me preguntó si queria que usara las viejas maquinas manuales. Le dije que sí e hizo un gesto como que para él era lo mismo. Sacó dos maquinitas de un cajon del mueble y con una de ellas fue hasta mi nuca. Pensé que solo iba a rebajar un poquito el pelo de la base de la nuca cuando me pidió si podia bajar un poco la cabeza. Asi lo hice y ahí se destó el desastre. Apoyando la máquina en la base la hizo correr hasta mas alla de la media cabeza. Yo di un respingo pero me sostuvo la cabeza gacha. Me quise morir. Ya no dije nada porque no había vuelta atras. Me estaba pelando la nuca en lo que habitualmente es una media americana. No podía levantar la cabeza mientras me seguia pasando la maquinita. Lo hizo en varias franjas hasta que me fue llevando la cabeza hacia los costados para cortarme detras de las orejas. Recien ahí pude ver en el espejo como se llevaba mis patillas hasta casi las sienes. No lo podía creer. Estaba resignado y el viejo no paraba de pelarme.Mi corazón iba a 100 kilometros por hora y sentía a la vez una gran excitación. Hacia tiempo que no me rapaban tanto.
Cuan paró con la tortura pude sacar una mano por fuera de la tela y acariciarme la nuca. Noté que mi pelo tendría un largo de un milimetro y no mas. Me pasó el cepillito cargado de talco y me plumereó la cabeza. En ese momento el otro tipo que estaba con el diario le dijo algo al peluquero, saludó y se fue. Vi al peluquero tomar la otra maquinita y le pregunté si me lo iba a dejar mas corto, sólo para refinar el corte, me dijo. Volvió abajo con mi cabezay me levantó la máquina un par de centimetros por arriba de la base de la nuca, detras de las orejas y en las sienes.
Despues me afeitó todo el contorno de lo que había pelado y me peinó y cepilló la cabeza. Me puso el espejito de mano por detras para que diera el visto bueno. Sólo asentí con un movimiento de cabeza. Mientras me sacaba la sabana me dijo que así estaba mucho mejor y que mantuviera ese corte. Le dije que me parecia muy corto pero que estaba bien. Pagué y salí a la calle. Me daba la sensacion de que todos me miraban la bocha rapada. Todavía no lo puedo creer. Tan rapadito como cuando era un pibe y mi viejo me pelaba en lo de Don Atilio.