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vivencias y opiniones by oscar


Desde que empece a sentir esta atraccion por todo lo que tiene que ver con las peluquerias, los peluqueros y los cortes de pelo, me he preguntado si quienes tienen por oficio el manejo de las tijeras, sienten ese mismo placer cuando hacen su trabajo o, al ser su profesion, esa satisfaccion se va perdiendo y se convierte en mera rutina.
Creo que si yo fuese peluquero nunca perderia esa dosis de sadismo que suelen tener todos los peluqueros.
Sin embargo, creo tambien , ese goce se debe acrecentar cuando se trata de cortes extremos o bien cortes que van contra el gusto del cliente. Me refiero a los cortes forzados.
Sí estoy seguro que, sobre todo, los viejos peluqueros, aun hoy, disfrutan de esos cortes de pelo en niños y jovencitos que son entregados, mansamente y sin discusion previa, por sus padres al sillon de la peluqueria.
Recuerdo en mi niñez y juventud que mis visitas obligadas al peluquero eran angustiantes, pero al mismo tiempo estaban cargadas de cierto morbo provocado poe el hecho de saber que quien me iba a pelar, iba a disfrutar de mi angustia. De eso se trata el juego sado-masoquista.
Cuando mi viejo me llevaba a la peluqueria de la esquina no habia mayores indicaciones al peluquero sobre mi corte, la orden era irrevocable: media americana en epoca invernal y americana en verano.
Con el paso de los años esto se fur haciendo costumbre pero esa angustia de niño se fue transformando en ansiedad y deseo.

Me parece que el entorno o la " escenografia" que rodea al corte de pelo cumple un rol muy importante. He leido por ahi que tiene mucha influencia en el resultado final.
En las peluquerias pasadas de años o en las clasicas peluquerias de caballeros de los años 50 o 60 se dan, por lo general, esos cortes que tienen mucho de tradicion y poco de estilo.
Hoy dia han aparecido infinidad de "barberias" modernas y alguno me podra decir que es lo mismo salur rapado de una de ellas que salir rapado de una peluqueria tradicional. Lamento disentir, pero no hay punto de comparacion. El entorno "juega". Yo no soy muy mayor pero dejenme entrar en el "pasado".

Alguno recordara la vieja silleta alta para los niños (sin caballito ni autitos de carrera), una silla comun de madera o esterilla. Alli sentado uno se sentia poco menos que humillado al verse fuera de la orbita de los mayores y no ser considerado (por razones obvias) para ocupar el gran sillon de cuero y cromo. Uno quedaba alli, en las alturas, envuelto en esa inmensa sabana blanca que lo cubria por completo , a merced del peluquero.

Aqui llegamos a otro punto interesante.
No hace mucho lei una historia en este sitio en la que su autor (no lo recuerdo y pido perdon) se preguntaba si la clasica tela blanca usada como capa por la mayoria de los viejos peluqueros , tenia algun tipo de aditamento especial para lo que es el corte de pelo. En ese sentido creo, absolutamente, que si. Esa capa le agrega dramatismo al corte de pelo, ademas de crear un efecto muy importante para ambas partes : para el peluquero no deja de ser algo "incentivador", un elemento que lo hace sentirse dominador de la situacion, y para quien es la victima de ella es una sensacion de sumision ante el maestro peluquero...uno se siente como "entregado".La capa blanca es dramatica.
El contraste entre el blanco de la tela y el cabello que se va depositando sobre ella, le da a uno la medida de cuanto pelo ha perdido producto del paso inapelable de la maquinilla.

Y aqui nos volvemos a detener. La maquina. Elemento de tortura, si lo hay.
Quien no recuerda , o fue victima, de las viejas maquinas manuales (aun vigentes). Sí, esas que tienen un tornillo o una mariposa de ajuste con las que el peluquero demuestra todas sus habilidades profesionales y con las que se obtienen lo que yo llamo "un corte artesanal".
En mi humilde opinion son irremplazables. Yo digo NO a las maquinas electricas y voy a defender mi opinion diciendo que , hoy en dia mucha gente opta por la compra de una de ellas para obtener un corte de pelo "casero", y yo me pregunto ¿donde queda la "magia" del corte?. Se pierde por completo. Cualquiera puede usarla y obtener su rapado por mano propia pero nada es comparable a la experiencia de sentir un pelado a maquinilla. Debo aclarar que para mi es una condicion indispensable a la hora de elegir una peluqueria.

Dentro de la escenografia del corte , del cual uno es uno de los protagonistas (obvio , el otro es el peluquero), no pueden faltar los "actores de reparto". Son aquellos "mirones" que aguardan su turno en las sillas de espera por lo general detras del sillon. Esos son los que yo llamo "espectadores de lujo" porque tienen ante sus ojos un espectaculo garantizado, atrapante y excitante como es un corte de pelo de la vieja escuela. Por unos minutos disfrutan en silencio del espectaculo sin pensar que en breve seran ellos mismos las victimas.
Particularmente yo prefiero los cortes en soledad pero , convengamos que es una situacion poco probable a menos que uno elija los horarios proximos a la hora de cierre, o bien , temprano cuando el local recien esta abriendo.
No me gusta sentir, ademas de la presion que el peluquero le imprime a la maquina sobre mi cuero cabelludo, esos pares de ojos avidos de nucas rapadas (jaja).

Ya sobre el final del corte aparece el temido espejito de mano.
El peluquero intenta llevarse la gloria mostrandonos su obra maestra.
A uno no le queda otra salida que aprobar el corte, a menos que considere que el peluquero aun puede cortarle un poco mas , cosa bastante poco probable porque ya ha hecho lo necesario para dejar nuestra nuca al ras. Ya no hay vuelta atras. Uno se mira y, si queria menos corto, lo sufre y si fue en busca de esa rapada entonces hasta puede disfrutarla.

Dejo para el final la figura del peluquero.
La pregunta es ¿peluquero paternalista? o ¿peluquero dominante?
Esto va en gustos. Para mi, sin ninguna duda, el peluquero debe mostrarse dominante. Debe mostrar cierto grado de autoridad. Tiene que ejercer el dominio de la situacion.
Una de las armas de que dispone para ello es el absoluto control de la cabeza del cliente.
La mano del peluquero en la cima de la cabeza demuestra este dominio y genera sumision. Del mismo modo cuando es capaz de pasar su mano por la nuca recien rapada te esta mostrando no solo que disfruta del corte sino tambien que va a hacer lo que quiera con tu corte porque tu se lo has permitido. Estas bajo su dominio.


Yo ya encontre hace rato mi peluqueria. Espero que cada uno de uds encuentre la suya y que se encuentren comodos en ella.
Solo intente contar mis vivencias y mis puntos de vista.
Slds.









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