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despedida de soltero 2 by enlrique
DESPEDIDA DE SOLTERO 2
MI CORTE REAL
Ni bien llegamos a Mendoza y nos instalamos en el hotel, mi prioridad era arreglar el desastre de mi cabeza, por eso consulte al encargado para que me indicara donde podia encontrar una peluqueria.
Me miro con un poco de sorpresa, primero porque eran pasadas las 20 hs de un domingo y segundo porque al mostrarle mi cabeza habra visto que lo mio era realmente urgente.
Para colmo el dia siguiente , lunes, es el dia de descanso de los peluqueros aqui en Argentina.
Mirandome con algo de piedad me dio una direccion para que pudiera averiguar si podian atenderme.
Mientras mi mujer quedo desempacando, yo me dirigí al sitio indicado.
Por supuesto que estaba cerrado. La cortina ciega estaba baja, pero un polo barbero apagado indicaba que ese era el lugar.
Toque timbre y espere.
A los pocos minutos abrio un señor mayor, de unos 55 años, que supuse seria el peluquero.
Le comente lo que necesitaba y, muy amablemente, me dijo que en ese momento no podia atenderme pero que si iba a la mañana siguiente temprano podria atenderme sin abrir el local.
Le agradeci y me convoco para las 8:30. Asi quedamos.
Volvi al hotel y subi a la habitacion.
Tuvimos nuestra noche, y debo reconcer que cuando mi esposa me acariciaba las zonas rapadas de la cabeza sentia una excitacion mayuscula lo que me hizo pensar que, el hecho de presentarme con el pelo corto ante ella tal vez no fuese todo lo traumatico que pensaba.
A las 8:30 estabamos tocando timbre en la peluqueria. Mi esposa habia querido acompañarme a pesar de que yo no queria.
Nos atendio el peluquero , que ya estaba vestido con su chaqueta blanca.
Nos hizo pasar y nos desvio por una puerta que daba al local.
Encendio las luces y me invito a sentarme en el viejo sillon, mientras mi mujer se acomodo en una silla de espera.
Era una peluqueria tradicional con un local bastante amplio. Solo una silla frente a un mueble sobre el que descansaba un gran espejo.
El peluquero descolgó de un perchero de pie una tela celeste que al instante paso por delante de mi para ajustarla con fuerza por detras.
En ese momento me quite el gorro de lana y quedo libre la obra maestra del terror.
El barbero trato de acomodarme el pelo con un peine como pudo.
Se quedo observando mi cabeza unos minutos antes de dar su opinion.
Me dijo que al estar tan desparejo, él tenia que seguir el nivel de la parte mas corta, y que esa zona esta casi rapada al "0" y que , desgraciadamente, tenia que seguir esa altura y que trataria de salvar algo de la parte superior aunque tambien tendria que dejfarlo bastante corto.
Yo ya estaba resignado y a la vez ansioso. Mi mujer me miraba a traves del espejo con una sonrisa misericordiosa.
Le dije al peluquero que hiciera lo que puduese.
Descolgo de un gancho debajo de la tapa del mueble una maquina electrica y le coloco un suplemento de plastico negro.
La encendio y me dijo que iba a empezar por un #3 por toda la cabeza y despues se iba viendo. Yo me agarre con fuerza de los apoyabrazos como para descargar la tension.
Me apoyo la maquina en el nacimiento del pelo en la frente y la corrio hasta el centro de la cabeza.
En cuatro o cinco pasadS la parte superior esta pelada al #3.
La transformacion iba a ser total y absoluta.
Un lateral lo tenia rapado a 0 , entonces paso al otro costado y lo palo al #3.
Me empujo la cabeza con firmeza hacia adelante y abajo y, sosteniendola en esa posicion me rapo todo lo que faltaba de la nuca , detras de las orejas cai hasta la linea de la raya del peinado.
La tela mostraba en mi regazo las señas de la masacre capilar. En el espejo mi imagen era desoladora.
Me paso un cepillo de cerdas blancas y duras y me limpio toda la cabeza.
Colgo la electrica en el gancho y tomo de arriba del mueble una manual de puas muy estrechas. Me dijo que era la "0" y que iba a emparejar todo lo que estuviera a ese nivel.
Otra vez con la cabeza hacia abajo me pelo toda la nuca hasta la coronilla, el lateral que estaba al #3 lo bajo al #0 y repaso el otro costado que ya estaba rapado. Hizo grandes arcos cuando paso la cero por detras de las orejas y me cepillo la cabeza con el cepillo cargado de talco.
Me veia totalmente rapado. Mi mujer me miraba mordiendose el labio inferior como señal de desastre.
El peluquero se separo un poco del sillon como para ver desde otro angulo como se veia la cosa.
Con otra maquinita mas pequeña me dio toda una nueva vuelta por la cabeza y perfilo la union de la #0 de abajo con la #3 de arriba.
Me paso una brocha enjabonada por todo el contorno rapado y, afilando una navaja recta en un cuero, me afeito los bordes para emprolijarlos.
Otra vez una entalcada y luego el momento mas temido. Me puso por detras un espejito de mano y me mostro la obra.
Estaba pelado al ras. Saque un brazo por fuera de la tela y me acaricie la nuca a contrapelo. No quedaba nada.
Me dijo que otra cosa no se hubiera podido hacer. Lo comprendi y le di las gracias.
Me libero de la tela y desocupe el sillon mirando el pelo esparcido por el suelo. Habia sido esquilado priducto de lo que pretendio ser una broma.
Hoy, a veces nos acordamos y nos causa mucha gracia, de todos modos a esta altura de la vida lo sigo llevando cortito pero por arriba, por lo menos lo puedo seguir peinando.