El mismo destino by ilhcts

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El mismo destino

Esta historia es 100 % real, sucedió en mi peluquería hace unos 10 años ya. Fue en el último día antes de comenzar las clases, por mucho, mi semana favorita del años. Suelen venir mamas y papas con los hijos con el pelo sin cortarse hace 3 o 4 meses y la orden suele ser siempre igual, cortito para el colegio. Caras de odio de las víctimas, lágrimas, súplicas, usualmente no tienen sentido, la sentencia final es: cortale cortito.
Año tras año la secuencia se repite, y cada año trae su sorpresa, aunque con el correr del tiempo esta historia sigue siendo mi favorita, porque la víctima le agregó un toque especial, que hizo ese corte, inolvidable.
La peluquería estaba llena, sábado anterior al inicio de clases, tenia unos 10 clientes esperando, ya había cerrado, para no recibir mas, y veo asomarse un papá con 2 chicos de unos 8 y 11 años. El mayor veía con esperanzas que estuviera cerrado y que no le pudiera cortar. Me acerco a la puerta y le explico que no tengo mas lugar, y que aunque lo dejase entrar tendría unas 2 horas de espera. Los niños pusieron cara de alivio y salieron, pero el padre me dice: por favor, necesito que les cortes, no importa, esperamos lo que sea necesario. Los hizo pasar y quedaron parados frente a la puerta, porque ya no había donde sentarse.
Mientras iba terminando los otros cortes, iba disfrutando de la esquilada que se avecinaba a esas dos víctimas, rezando que el papá pidiera uno de los clásicos corte colegial. Ambos tenían el mismo color y tipo de pelo. Fino, y con ondas en el final, debajo de las orejas y el cuello. Castaño claro y unos 12 a 15 cms de largo, el flequillo casi hasta la boca, tan largo que lo podían llevar hasta detrás de las orejas. Cuando sacaban el pelo de detrás de las orejas, les llegaba al cuello, y por la nuca, hasta el hombro. El mayor lo tenia unos centímetros mas largo. Los dos parecían muy tímidos y sumisos, callados, expectantes.
Cuando ya despedí a todos los clientes y era por fin su turno, el papá que se había entretenido seriamente con una revista, no notó que ya les tocaba pasar, y como suele ser, el menor va primero.
Muy amablemente deja su revista y como ya no había nadie mas, comienza a agradecerme por haberlos atendido, mientras el niño se sienta y lo voy peinando y viendo la cantidad de pelo que tenia, pregunto: como le corto? Felizmente la respuesta esperada: Bien cortito, para el colegio.
-Con tijera?
-No, con maquina, asi dura mas.
Sin mas comencé la rapada, mientras el papá me contaba que los niños vivían con su mamá, que no podía llevarlos a la peluquería, y que por eso tenía que cortarles hoy si, o si, porque era el último día de vacaciones que pasaban con él. Este hombre parecía disfrutar del destino de su hijo, lo miraba y sonreía mucho. Lo que dejó de ser una sospecha, se confirma cuando la mamá de los nenes llama por teléfono y le dice: ya le esta cortando a Pepe, no te das una idea la cantidad de pelo que está cayendo. Sin duda este hombre disfrutaba ver la peluqueada de sus hijos.
Lo que hizo de especial e inolvidable esta experiencia, fue lo que sigue. Yo estaba ya casi terminando de pasar la maquina por los costados y la nuca, fue la numero 2, que hacia un contraste terrible con el largo de pelo que había, y mientras el papá miraba sonriendo y extasiado el corte, el hijo mayor, que parecía en otro mundo, cara de poker, le habla a su padre muy bajito y el hombre le dice: no te escucho, hablá mas fuerte.
Uno siempre imagina, construye historias acerca de que estarán pensando o sintiendo, pero nunca me había pasado oírlo en primera persona y en voz alta. El chico mayor, de 11 años le dice al padre con vos temblorosa, desde detrás:- "A mi también me van pelar así"???
-Si hijo, los dos van a quedar iguales.
El chico se reclinó sobre el asiento, se llevó su flequillo hacia adelante de la cara y suspiró, nada mas.
Le saque los 15 cms de pelo de la parte de arriba con tijera, dejando 2 cms para peinar al que le estaba cortando y mientras le sacaba la capa, una vez mas el padre me sorprende. Le dice al mayor:
-Ya, quitate el abrigo que ahora te van a pelar a vos esa melena.
La víctima, súper tímida, viene caminando hacia el sillón como si lo fuera a ejecutar, se sienta y baja la cabeza como para no ver la masacre. Yo pregunto: -igual que el hermano?
-No, me dice el papá, a este le crece mucho mas rápido, pelamelo un poquito mas.
El pobre chico parecía que se iba a desmayar, y yo, a complacer al cliente… Ya que tenia la cabeza muy baja, metí la 1 en la nuca y empece a pelar bien hasta arriba, cuando terminé de rapar los costados también, iba a buscar la tijera para sacar todo lo de arriba que en ese momento estaba todo delante de la cara y le llegaba hasta la boca, cuando el padre me dice: a este no le dejes tanto arriba, un poco mas corto también. Asi que prendí otra ves la Oster y le pasé la 4 desde el medio de la cabeza. El pobre no levantó la mirada para verse.
Termino el corte, me paga y ya de espaldas, mientras van saliendo, veo como les acaricia la cabeza a los dos y les dice: "Que buena pelada les metieron"!!!
Es una historia mas, de las que leemos aquí, generalmente contada por quien fue rapado asi alguna vez. Esta vez es el peluquero el que cuenta, garantizo que fue real, y para mi, el agregado especial, es que esta vez, la víctima expresa en vos alta su temor. El mismo destino que al que están pelando antes que le toque.

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