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y me toco Domingo by bienpelado


Aquellos que alguna vez leyeron alguna historia mia sabrán que mi peluquero "oficial" era" Manolo desde esa vez que me llevó mi tio junto a mi primo. El viejo (yo lo veia viejo per tendria 50 años) tenia su local en Lanus.

Una clásica peluqueria de caballeros de los años'50 o '60. Ese dia nos peló, a pedido de mi tio, de una manera brutal. Casi nos rasuro el craneo. Mi primo ya estaba acostumbrado a esos cortes porque siempre lo llevaban ahi, pero para mi era la primera vez y recuerdo que sali llorando de la tienda.
A partir de ese momento se convirtio en mi verdugo hasta casi mis 14 años.

Mi viejo era muy estricto con el tema " pelo ". Le guestabaa verme diempre rapadito, cosa que a mi vieja no le gustaba y siempre discutian cuando era tiempo de corte de pelo.

Mi padre siempre iba de un tal Domingo.
Yo conocia esa peluqueria porque quedaba de pasada a mi escuela.
Era un tano cuya apariencia ya metia miedo. Anteojos de marco negro con bastante aumento , el delantal blanco más abajo de las rodillas con un cinturón en la cintura , siempre fumando unos cigarros apestosos que le provocaban una tos horrible, y era medio malumorado.

Cuando yo pasaba para la escuela y miraba hacia adentro y lo veia trabajando en la cabeza de algun viejo cliente nunca lo vi con otra herramienta en mano que no fueran esas aterradoras maquinillas mecanicas (las mismas que usaba Manolo).
Domingo era mas viejo que Manolo, tal vez andaria cerca de la jubilación.

Él sabia que yo era el hijo de José (mi padre) pero nunca me habia tenido en su sillon. Cuando estaba en la puerta de su local esperando algun cliente y yo pasaba de vuelta de la excuela me hacia señas para que entrara y yo me reia.

Pero un dia se terminó riendo él.

Recuerdo que estaba haciendo mi tarea y mi padre pasó por detras de mi, me tiró del pelo que me colgaba de la nuca, que no era tanto pero se veia crecido. Yo di un respingo y , al darme vuelta, me dijo:

- Cuánto le falta para terminar ?

Cuando mi viejo me trataba de "Ud"
era porque la cosa venia pesada,
Iluso de mi le dije que ya estaba por terminar. Él aprovechó' mi respuesta ;

- Bueno, termine rápido que vamos a ir a la peluqueria.- dijo con un gesto duro.

A mi se me congeló la sangre y e me ocurrió darle una respuesta:

- yo voy el miércoles que tengo un turno con Marta.-

Marta era la peluquera de mi mamá que hacia un año me venia arreglando el pelo y yo estaba contento de como me lo dejaba. Siempre a la moda, con mis orejas semicubiertas y solo un recorte en la nuca.
Mi viejo se puso mal y me dijo :

- Escucheme. Ud es mi hijo, no mi hija, asi que se va a cortar el pelo en una peluqueria de hombres, entendió?
No dije nada porque vi que la cosa no venia como "sugerencia", más bien era una "orden".

- Asi que, termine rapido y vamos los dos a lo de Domingo.- agregó ya de mal humor.

Supe que habia perdido. Iba a caer en manos del tano , que me tenia unas ganas barbaras.
El tema venia complicado conociendo los gustos de mi viejo y los del peluquero , en materia "cortes de pelo".

Estire todo lo que pude la tarea para ver si podia llegar a tiempo para que la peluqueria estuviera cerrada.
Cuando mi padre me volvio a preguntar no tuve mas remedio que declarar que ya habia terminado. Era un rato antes de las 8 de la noche. Tal vez tuviera suerte.

- Vamos, pongase un abrigo , antes de que cierre.

Salimos con un frio atroz (jajaja como el de hoy ).
La peluqueria estaba a la vuelta de casa, asi que casi no habia viaje.
Cuando doblamos la esquina mi ánimo pegó contra el piso. La vereda del local estaba iluminada por la luz del interior, aunque el polo barbero estaba apagado.

Llegamos a la puerta y estaba con llave. Suspire, pero poco duró la ilusión cuando vi al peluquero acomodando sus herramientas en los cajoncitos del mueble. Por supuesto , ya no habia clientes salvo nosotros.

El viejo vino a abrir la puerta y saludó:

-Buenas noches. ¿frio, no? Ya iba a cerrar pero siempre hay tiempo para un corte más- dijo.

- En realidad son dos cortes más, ¿podrá ser ?- preguntó mi padre.

- Seguro. Al muchachito lo estaba esperando de un momento a otro.- dijo con una sonrisa ansiosa.

Pasamos y el peluquero preguntó quien iba primero, mientras desdoblaba la tela blanca y la sacudia en el aire.
Mi viejo pasó al sillon y yo a la silla de espera.

Lo cubrió a mi viejo y le pregunto si lo cortaba como siempre. La respuesta fue afirmativa.
El viejo abrio un cajoncito y sacó un par de tijeras y unos peines, y de otro sacó dos temibles cortapelos manuales.

Mi viejo siempre llevo el pelo corto por atras hasta la mitad de la nuca (lo que , con el tiempo supe que era una media americana ).

Domingo agarro una de las maquinas y lo empezó a pelar mientras charlaban de futbol.
Ni habrian pasado 5 minutos y ya le habia pelado media nuca. Yo sufria imaginandome lo mismo para mi.
Despues le peló los costados y para arriba , con tijera se lo dejó bastante corto pero se podia peinar.
Le afeito los bordes y de un frasco de vidrio , con dos dedos, sacó una crema azul que extendió en las palmas de sus manos. Se la extendio por el pelo de arriba y le hizo un peinado con raya a un costado como las fotos que tenia en la pared, vaya a saber de que años.
Le puso el espejito de mano por detras y, por supuesto, mi padre aprobó el trabajo.
Le desabrocho la tela, le sacudio los pelos cortados y, cuando mi viejo dejó el sillon, el peluquero me miró con una mueca de morbosidad y me dijo:

- Vamos a la silla, jovencito, eres el proximo.-

Me levante como pude y recorri los dos metros hasta el sillon como si fuera a la silla electrica. Mi padre me esperaba junto a la silla del peluquero.

Me sente y de inmediato vi volar por delante de mí la terrorifica tela blanca de algodón.
Me la apretó con fuerza en la nuca y me puso otro paño mas pequeño por detras.

Mientras me alisaba el pelo con el peine se tomó tiempo de decirme cuanta "porra" tenia. Lo veia sonreir por el espejo y me estremecia.

- Bueno, como le cortamos el pelo a este mozo ?- preguntó.

Mi padre llevó su mano hasta mi coronilla como haciendo la venia y dijo:

- Hasta aca arriba la CERO, Domingo.
Los costados peladitos que dejen ver las orejas, las patillas que desaparezcan hasta las sienes y arriba cortito pero con tijera. Vamos a dejarle algo de pelo por el frio.- Los dos disfrutaron lo que creian una gracia.

- Bien....digamos un poco mas rapadito que una americana, no?

Sí. Todo suyo.- y se fue a disfrutar la masacre a una silla de espera desde donde podia controlar el corte.

El peluquero empezó lo que para él seria una diversión....la que tanto habia esperado.

Comenzó con tijera cortandome casi todo el pelo. Era una lluvia calilar que moria en la tela y llegaba a mi regazo.
Ellos hablaban ahora de cosas del barrio y de un problema que habia habido con una pérdida de gas en la avenida. A mí poco me importaba. Yo veia todo el pelo que me estaba arrancando este "verdugo".
Me despoblo las orejas e hizo sobre ellas grandes arcos con la tijera.
Me cortó hasta llegar casi a la cima de mi cabeza.
A pedido de mi viejo, arriba lo dejó cortito y el flequillo desapareció con dos tijeretazos.
Me pasó el plumerito para quitar los pelos sueltos. Dejó la tijera y me sacó la tela volcando al piso todo el pelo que la cubria.

- Impresionante el pelo que tenia.- dijo el peluquero. ¿cuanto hacia que no visitaba una peluqueria?

- Aca el señorito estaba yendo a la peluquera de la madre. Una vergüenza. A partir de ahora se lo voy a traer en cuanto le crezca un poco, y si viene solo Ud ya sabe como tiene que cortarle.- dijo mi viejo casi humillandome.

Me puso otra vez la tela ajustada y fue al mueble a buscar otra herramienta. Yo sabia que era el turno de la maquinilla.

Le ajustó el tornillo superior y le puso, entre los dientes, un poco de aceite lubricante. La probó en el aire frente a mis ojos como queriendo hacerme ver que habia llegado el momento. Miró a mi padre:

- Entonces, vamos con la CERO ?
- Si.-
- yo, si ud me lo permite , le diria que este cortecito va mejor con la doble cero. Queda mas prolijo y afeitadito.- dijo el verdugo.

Yo me queria morir. Si la CERO pelaba, no me queria imaginar la doble cero.
Yo tenia que volver al otro dia a la escuela. Iba a ser terrible estar delante de mis amigos.
De pronto, lo que suponia:

- Está bien Domingo, ud es el maestro peluquero. Pasele la #00.

Al viejo se le iluminaron los ojos. Se iba a tomar revancha por las veces que yo me reia cuando me llamaba a entrar a la peluqueria. Ahora me tenia a su merced y mi viejo le habia dado un cheque en blanco.

Del cajoncito sacó la otra maquinita envuelta en una franela. Era más pequeña que las otras y las puas estaban casi pegadas una a otra.

Me la mostró con malicia y me dijo:

Ahora bajame bien la cabecita.-

Si bien yo le hice caso , parecio no ser lo suficiente porque senti cuando me apoyó la mano en la cima de la cabeza y me la empujó un poco mas hacia abajo.

Senti el frio del acero de la herramienta cuando me la apoyó en la base de la nuca.
Mi viejo se paró al lado del sillón para no perderse detalle.

Cuando el peluquero la empezo a subir hasta la coronilla , a mi padre se le escapó un !!! wow !!! supongo que al ver la primera franja de pelo afeitado.

- Buenisimo, Domingo !!!
- Esta deja el pelo a menos de 1mm. Por lo general la uso con los mayores que buscan un cote al rape o con los niños cuando los padres me piden un corte " que dure mas tiempo". Tambien tengo la #000 pero esa es mucho, casi ni deja pelo. Si le paso esa se va de aca llorando.- dijo el peluquero como si fuera una clase de peluqueria.

Mientras contaba esto me seguia rapando por franjas.
En un momento , mi padre me pasó la palma de su mano a contrapelo hasta la cima. Imaginé su satisfaccion. Su hijo iba a tener, segun él, un corte de hombre.

Domingo seguia pelandome la nuca metiendole presión a la maquinilla sobre mi cuero cabelludo.
Iba y venia, de abajo hacia arriba con la doble cero.

Me tiro la cabeza hacia un costado y luego al otro y me peló los laterales hasta las sienes.
Arriba de las orejas me dejo una franja pelada como de 2 cm, y detras d las orejas absolutamente afeitado.

Cuando dejó la tortura me entalco la cabeza y me la cepillo.
No le hizo falta afeitar los bordes con la navaja porque la máquina ya habia hecho su trabajo.

Sacó del frasco azul un poco de gomina, mela pasó con sus dos manos por el pelo de arriba y me peino como a mi padre con una raya al costado haciendo un pequeño jopo que quedaba ridiculo.

Me puso el espejito en la nuca y casi no quise mirar. Mi cuero cabelludo super blanco indicaba que ya no quedaba rastro de pelo.

Me sacó la capa y con una sonrisa maligna me dijo:

- Y, que tal ? buen cortecito no?
Ni contesté.

Mi padre pago los cortes y pregunto cuando era el proximo. El peluquero, como si nada dijo " un mes estaria bien para mantenerlo "

Me puse el abrigo y sabia que me esperaba el frio de la noche.

Llegamos a casa y mi madre ya habia vuelto del trabajo. Cuando me vio no lo podia creer. La boca abierta lo decia todo. Yo me fui lllorando a mi dormitorio porque sabia que habria discusion, solo la escuche decir ¿que le hiciste en la cabeza?

obvio que al mes estaba otra vez en el sillon.





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