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como si fuera mi vieja by Rolando


Era un sabado lluvioso y frio.
Estabamos desayunando mi esposa y yo.
Nuemstros hijos ya estan casados y quedamos los dos solos.
Mi esposa me recordo que su padre estaba cumpliendo 80 años y los nietos le habian organizado una reunion en un salon del barrio,.
Me dijo que iriamos a comprarle el regalo. Estuve de acuerdo.

- Tenes algo pensado?- le dije.
- La verdad,no. Queria ir a ver alguna vidriera.-
- Bueno...saco el auto y vamos.-

Mientras fui al garage y saque el auto, era ya estaba lista.
La lluvia era cada vez mas copiosa.

- Donde vamos? - dije
- Vamos para el shopping .-

Alla fuimos.
Estuvo recorriendo locales hasta que se decidió por un par de camisas.

- Algo mas.- le dije
- si. Quiero que te cortes el pelo. No podes ir asi. Está todo desprolijo.
- pero...cuando me ducho , me lo peino bien , y listo.-
- Te dije que asi no me gusta. Va a estar toda la familia, es una vergüenza. A tu edad ya no estas para ese pelo, queda ridiculo.-
- Bueno , ahora voy y me lo recorto un poco en lo de Pablo.
- Pablo no te lo corta, vas a charlar ahi. SIempre venis igual.
- ¿qué queres que haga ?. -
- que cambies de peluquero. -

Mientras discutiamos, llegamos al auto.
Salimos del shopping y y estaba medio inundado. Traté de buscar alguna calle lateral.
En un momento, la escucho ::

- !! Pará !!
Aminore la velocidad y le pregunte que pasaba.

- En la cuadra que pasamos habia una peluqueria.-
- y para eso me haces frenar.-
- Da la vuelta.-

La miré y le dije que yo no iba a ir a cualquier peluqueria.

- Da la vuelta y no discutas.-

Di la vuelta y me hizo estacionar en la puerta.
Era una peluqueria clasica tirando a vieja.
Se bajo del auto y entró como un rayo.
La veia hablar con el peluquero mientras habia un cliente en el sillon.
Ni loco iba a entrar ahi.
Volvio al auto y me dijo:

- ya termina con el señor que se esta cortando y te atiende a vos. Bajá, dale, no hagas escandalo como un chico.

- Susana, ni loco voy ahi.-
- Bajá y no discutamos más. -

Bajamos y entramos.
Era un vieja peluqueria y el peluquero era aun mas viejo.
Saludé por respeto y mi mujer me hizo sentar en una silla de espera.

El peluquero esta terminando de pelar a un viejo que debia ser cliente habitual porque estaban enroscados en una charla.
El del sillon ya estaba casi listo.

- Susana, vos estas loca. Yo s olo me voy a recortar para cumplir tu capricho. Mira como le dejó la cabeza a ese pobre tipo. Lo peló. -

El peluquero le sacó la tela blanca, la sacudió en el aire y me llamó a sentarme.
El cliente anterior pagó y se fue.

Me revoleó la tela por delante , ajustándola con fuerza en la parte tra
sera y me puso un paño mas chico que dobló hacia adento. Quedé capeado frnte al espejo.
Cuando el peluquero me pregunto por mi corte yo le pedi un ajuste solamente.
El viejo me miro por el espejo y m dijo:

- Eso no es lo que pidió su esposa
.-
La busqué con la vista justo en el momento en que se acercaba al sillon..

- Como vera, aca se precisa mas que un ajuste, asi que me lo va a pelar como hablamos,
Yo no entendía nada. Ya tenian arreglado mi corte.

- Me lo deja bien peladito. Todo lo que pueda. Arriba dejele para que se peine, si no se va a poner a llorar.-

El peluquero me miro por el espejo , vio mi cara desencajada, y dijo:

-Entonces paso la maquinita?
- Si.- fue la respuesta de mi señora qie volvió a la silla.

Me queria morir. Me iban a pelar y ambos lo iban a disfrutar.

Lo vi sobre el mueble tomar una de las maquinillas manuales antiguas de puas anchas (supe que era la #2). No ina a empezar a cortar con tijeras. Fue directo a la maquina.

La apoyo en la base de la patilla derecha y arrasó hasta la sien. Una franja de rastrojos ya mostraba algo del cuero cabelludo.
Hacia muchisimos años que no sentia el rigor de esa herramienta sobre mi cabeza.
Me la paso por sobre la oreja doblandola con un dedo hasta casi la cima.
Me la apoyó detras de la oreja y me peló todo el costado.
En ese momento pasó lo mas temido.
Se sintio la puerta y vi la llegada de otro cliente. Me morí de vergüenza. Ahora tenia un espectador en una silla de espera.

Giró el sillon y repitio el otro lateral de frente a mi esposa que mostraba una sonrisa de satisfacción.

Ya tenia los costados rapados al 2. Giro el sillon otra vez de frente al espejo.
Me apoyó la maquinita en la base de la nuca y me peló hasta la media cabeza.

- Lo dejamos acá o vamos hasta arriba? le preguntó a mi mujer.

- Bien arriba.- fue la respuesta.

La cara de asombro de quien observaba fue mayuscula al ver quien tenia el dominio sobre mi corte.

El peluquero me bajó la cabeza con firmeza y siguio con la maquina hasta la coronilla.
En varias pasadas me la dejo toda pelada.

Me dio una entalcada y una cepillada para soltar los pelos que no habian caido sobre la tela. Habia una gran cantidad de mi cabello en mi regazo y sobre mis hombros.

Me desató la tela, la sacudió con fuerza y la volvio a anudar a mi espalda. Al pie del sillon cayeron kilos de pelo.

Miró a mi esposa y le dijo:

- Ud lo quiere mas cortito, no?
- Si...por favor.-

Mientras el peluquero volvió al mueble, alcancé a sacar una mano fuera de la tela y acariciarme la nuca. Solo senti pelos puntiagudos como rastrojos. Y la cosa parecia que seguia. Con un dolor en el estomago no pude mas que imaginarme la CERO.

Efectivamente. Sacó de un cajoncito una maquinita mas pequeña de puas estrechas. Era la CERO.

Me peló los laterales llevandose el poco pelo que habia hasta la sien. Me rapó bien detras de las orejas y por sobre ellas. Los costados quedaron en blanco.


Me empujo hacia abajo la cabeza y me pasó sin misericordia la #0 por toda la nuca metiendole presion a la maquina sobre el cuero cabelludo.

Con el borde del corte enjabonado me afeito toda la zona. Me dio una entalcada que es la marca indudable de que uno fue peluqueado.

Me puso el espejito de mano en la espalda y me mostró el corte en varios ángulos. Me habia rapado toda la parte trasera. No lo podia creer.

Mi mujer se paró y observo el pelado y lo aprobó.
El peluquero me saco la tela, la sacudió en el aire y, mientras yo desocupe el sillón llamo al siguiente.

No pude ni siquiera pagar mi corte. Mi mujer se adelantó y la abonó al peluquero como si hubiera sido mi mamá.

Durante la reunion de la noche , todas las miradas y todas las bromas cayeron sobre mi nueva pelada.







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