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Pelado por los 18 by Glare


Matías va al colegio secundario de lunes a viernes. Cursa el último año de la secundaria y tiene 17 años. Matías es un chico reservado, el típico introvertido que depende de sus amigos extrovertidos para ubicarse en la onda.

Los amigos más cercanos de Matías (Julio, Lucas y Ramiro) ya habían cumplido 18 y todos habían decidido hacer el mismo ritual: pelarse toda la cabeza a la cero. Este ritual, a pesar de que está extendido entre los jóvenes, no es de los más populares.

Quizás era más común en otra época, pero hoy en día puede decirse que cayó en desuso. Sin embargo, el grupo de amigos de Matías decidió realizar esta tradición y, obviamente, el único que quedaba era él.
Matías tiene el pelo castaño, ondulado y en gran cantidad. Al estar ondulado no le cae hasta los hombros sino que forma una "melena" en su cabeza.

Si bien su cumpleaños es en octubre, ya para septiembre bromeaban con la rapada que le iban a hacer.

(en el colegio)
Lucas: Ahora que me acuerdo, ya el mes que viene es el cumpleaños de Mati, ¿no?

Julio: See, ya se le viene la rapada (se ríe, mientras en su cabeza se le ve su pelo rapado crecido, ya que había sido el último en cumplir 18)

Mati: Jajaja ni ahí. Yo les juro que a mí ni en pedo me rapan.

Ramiro: Ésta (se señala sus miembros). Vos te vas a quedar pelado igual que nosotros. Vos participaste de las rapadas, vos te rapas.

J: Si no querías que te rapemos no hubieses venido a raparnos.

M: Si, pero con ustedes es distinto. Ustedes siempre tienen el pelo corto. Cuando le pasamos la máquina a Lucas casi ni había pelo en la capa. Yo tengo el pelo largo, ¿saben lo que va a tardar en volver a crecer?

L: Deja de llorar, el mes que viene te pelamos y listo. Jodete. Si es por nosotros traemos la máquina al colegio y te pelamos acá. Vos decidís si hacerlo acá o en casa todos tranquilos.

Matías no quiso contestar y terminó la conversación ahí, mientras se enrulaba el pelo. Pasaron a hablar de otra cosa y prosiguieron con su vida.

Ya en octubre, se avecinaba el cumpleaños de Matías. El cumple el 4 de ese mes así que ya estaba más que cerca del día de su rapada.

En el fondo, Matías tenía ganas de pelarse. Siempre quiso hacerlo, no porque le molestaba el pelo largo, sino que veía algo irresistible en tener el pelo tan corto. Pero el tiene mucho orgullo, no iba a regalarse tan fácil. Si "hacerse de rogar" tuviese nombre y apellido, sería Matías Rojas. A pocos días de raparse, él hacía saberle a sus amigos de que no deseaba que lo rapen, solo para que estos aumenten más sus ganas de hacerlo.

El 3 de octubre. Ramiro manda una foto al grupo de amigos con una cortapelos en la mano, con el epígrafe de "Preparate Mati". Lucas salta con un mensaje que hizo cagar de risa a todo el grupo: una imagen de él con una afeitadora eléctrica, la cual se la prestó su tío para la ocasión. Ninguna de las rapadas habían sido con afeitadora, siempre había sido con la cortapelo sin peine. Matías atinó a mandar un mensaje diciendo que se fueron al pasto.

A medianoche, todos envían mensajes felicitando a Matías por su cumpleaños. Los 18 ya le llegaron y era tiempo de disfrutar de su etapa de adultez.

Luego de haber llevado muy amablemente una torta al colegio, Matías y sus amigos salían por la puerta del colegio y comenzaron a provocarlo.

J- Venganse todos para mi casa que no hay nadie así lo rapamos a Mati.

M- Les dije que no, cortenla, en serio.
Ramiro sacó la cortapelo, a batería, y la prendió.

R- Ya lo hablamos, vamos para lo de Julio o lo hacemos acá.

Matías, como buen actor, se encogió de hombros y prosiguio camino hacia la casa de Julio.

Ni bien llegaron, comenzaron a organizar todo para la rapada de Matías. En el baño, colocaron una silla y agarraron un mantel para usarlo de capa.

Vitoreando, los amigos de Matías comenzaron a decirle que se vaya a sentar. Matías se hizo indiferente e hizo como que no escuchó. Julio y Lucas procedieron a tomarlo de los brazos y llevarlo hasta la silla del baño. Matías pataleaba muy débilmente, ya era su último acto haciéndose de rogar.

R- Sientenlo, sientenlo
Julio y Lucas lo sentaron en la silla y le sacaron la remera. Ramiro agarró el mantel y lo colocó sobre el torso de Matías.

Matías ya estaba rendido. Finalmente el día que ansiaba llegó. Viéndose en el espejo por última vez, se mantuvo callado hasta que comenzaron a raparlo.

Ramiro agarró la cortapelo sin peine alguno y lo colocó encima de su frente. Con Julio y Lucas alentando de fondo, Ramiro procedió a pasar la máquina hasta el final de la parte superior de su cabeza, dejando un camino de piel en medio de su pelo.

M- Son unos hijos de puta, los voy a matar.
Todos se rieron.

Ramiro siguió rapando la parte de arriba hasta dejarla pelada completamente. Largos mechones de cabello ondulado caían sobre la capa improvisada. Todos el tiempo que Matías había dejado crecer su pelo se fueron a la basura en cuestión de minutos.

Posteriormente, la colocó en el lateral izquierdo y comenzó a rapar hasta donde comienza la nuca. Hizo lo mismo del otro lado. Matías ya podía ver claramente cómo se veía completamente pelado.

Ramiro agarró la cabeza de Matías y la agachó. Luego, colocó la máquina sobre su nuca y comenzó a pelarla completamente. Matías ya estaba totalmente pelado, a pesar de algunos pelos minúsculos que quedaban producto del poco márgen que deja una cortapelo.

Todos: Peladooo (gritan mientras comienzan a darle bofetadas en la cabeza)
Matías: La concha de su madre, pareen.

Lucas agarró de su mochila la afeitadora eléctrica que le prestó su tío y la prendió.

L- "Vas a tener la mejor pelada de todas".

Lucas agarró la cabeza pelada de Matías y comenzó a pasar la afeitadora. Pelos minúsculos caían sobre la capa. En el espejo, se podía ver cómo la sombrita que quedaba en el cuero cabelludo desaparecía, dejando a Matías prácticamente sin pelo alguno en la cabeza.

Su cabeza quedó con el mismo color de su frente, la cual ahora parecía infinita. Matías sentía un excitante cosquilleo por su cabeza, y quedó maravillado mientras veía su cabeza pelada en el espejo.

L- Ahora sí, bien pelado.
J- Esperense, tengo una idea.

Julio fue a la alacena que tiene en el baño y agarró su espuma de afeitar y una máquina de afeitar.

R- Noo, sos un hijo de puta jaja
L- Jajaja que genio, dale dale
M- ¿Vos me estás cargando? Julio la concha de tu madre.

Julio dispuso espuma de afeitar en sus manos y comenzó a pasarla por toda la cabeza de Matías. Posteriormente, comenzó a pasar la máquina de afeitar por los laterales y nuca de Matías. Con mucha elegancia, se veía como la espuma daba forma a caminos de una pelada brillante.

Ya terminando de pasarla por la parte superior, Matías quedó con una cabeza pelada bien brillante. Todo lo que le había hecho antes a sus amigos, ahora le tocaba a él, y peor: por haberse hecho de rogar.

Una vez que le sacaron la capa, Matías comenzó a tocar su cabeza. La sensación era indescriptible. El tacto en su mano sentía algo tremendamente suave y liso, mientras que su cabeza sentía algo que nunca había sentido. Al haber estado siempre protegida por el largo pelo de Matías, de repente se veía susceptible al tacto. Matías quedó fascinado y excitado de lo sucedido, pero siguió escondiendo su emoción frente a sus amigos.

El día concluyó con una cena entre amigos, dónde Matías dejó de llamarse Matías y comenzó a ser "el Pelado". Así, Matías estaba feliz de haber concretado su ansiada pelada que marcaba el inicio de su adultez. El tiempo decidirá si continuará con su look actual, pero lo cierto es que nunca se había sentido tan satisfecho con un corte de pelo como el de ese día.



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