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De vuelta al cole by THFTD


De regreso al cole.

Esta es otra historia de la que me puedo acordar, siempre es divertido trabajar durante las épocas de verano cuando los chicos vuelven al colegio. Estas fechas se traducen en agenda llena y muchas de las veces en melenas que tienen que irse por completo.

Esta pandemia no fue la excepción, sólo que ahora esas melenas eran mucho más largas, desgreñadas y revoltosas que las habituales de los años anteriores; puedo destacar un caso en particular, que me encantaría contar.

Fue justamente en Enero de este año, llegó un chico de unos 16 años, acompañado de un adulto quien parecía ser su padre o algo por el estilo. El chico no es que tuviera el cabello en exceso largo, sin embargo no era el largo requerido por las escuelas.

Para variar, era él típico chico con el tan típico estilo "e-boy" al que aspiran todos los adolescentes de estas generaciones, cabello estilo surfista que llegaba hasta al labio superior, todo su cabello era largo y mantenía la separación en medio de su cabeza, dándole ese aspecto de estilo "librito" o surfista, el punto es que su cabello cubría por completo sus orejas y su cuello, era de un color negro intenso.

El chico traía todas las pintas de estos tan famosos "e-boy", ropa negra con tachuelas, pantalones con cadenas innecesarias, uñas pintadas de negro y tenis tipo converse.

El padre del chico era un tipo normal, no destacaba por nada, es el típico señor de 40 y tantos años con una deportiva del equipo local, pans y tenis deportivos.
Se veía algo molesto si me lo preguntan.

Llegando a mi local, me saluda el padre y comenzamos a conversar.

— Hola buen día, tengo espacio solo para uno de los dos ¿Hay problema con ello? —. Le dije al señor mientras estrechaba su mano.

— Ah, perfecto... realmente solo necesitaba un lugar para mi chico —. Dijo mientras sujetaba fuertemente el hombro del chico.

— Bien, entonces manos a la obra —. Dije mientras giré la silla esperando que el chico tomara asiento.

— Ya oíste Adam, siéntate para terminar con esto rápido —. Dijo el señor mientras acompañaba al chico tomándolo de los hombros.

Noté como al chico le temblaban las piernas y sus ojos se veían hinchados, podía suponer que este corte sería un correctivo o castigo al chico. Tomé por los hombros al chico y lo empujé hacia atrás, para cubrir su cuello con papel higiénico y posteriormente cubrirlo con la capa de barbero.

El chico sacó una mano para morder y no paraba de darle vuelo a su pie, se notaba su ansiedad y estrés por la situación.
Por fin tomé un cepillo, y comencé a peinar para eliminar nudos y ver que tan largo era su cabello realmente.

— ¿Cómo lo cortamos el día de hoy? —. Pregunté mientras pisaba el pedal de la silla *kwik kwik*.

— El señorito ha estado ignorando mis órdenes durante toda la pandemia, primero le dije que se cortara el cabello, luego le dije que no se pintara las uñas y la semana pasada se hizo una perforación —. Dijo el padre mientras se paraba de una de las sillas de espera.

— Está por entrar nuevamente a clases, y como el jovencito nunca tiene tiempo de ir al barbero por su cuenta... quiero que tenga un corte duradero en ese caso —. Continuó mientras se posaba al lado izquierdo de su hijo.

— Cortalo con la 5 todo parejo, un rapado a un solo número se verá bien —. Terminó de decir mientras volvía a sentarse en las sillas de espera.

El chico replicó antes de que yo pudiera hablar.

— ¡Pero papá! ¡Eso es muy corto! Se van a burlar de mi —. Dijo el chico algo desesperado.

— Haber pensado en eso cuando te pedí no hacerte esa perforación, ahora te verás como un niño respetable —. Dijo el padre del chico.

Yo giré la silla y puse de cara al espejo al chico, se veía tan indefenso y temeroso... no paraba de tragar saliva y evitaba el contacto con su reflejo. Saqué las máquinas de afeitar junto a todas las peinetas y las puse en el mostrador frente a él; El chico no dejaba de mirarlas con horror.

— Sabe señor, un 5 en toda la cabeza no durará tanto como usted cree —. Dije intentado persuadir para cortar más.

— ¿Y qué propones? —. Preguntó el señor.

— ¿Qué tal un 0 en los costados y encima un 2 o 3? Podemos unir el cabello con un fade para que se vea más presentable —. Dije mostrándole una foto en mi teléfono.

— Se ve mucho más aseado, me gusta !Todo tuyo! —. Agregó el padre.

El chico solo se limitó a hacer un gesto y decir:

— Por favor 0 NO, será como si estuviera afeitado y se burlaran de mi en la escuela —. Rogándole a su padre.

— Ya he tomado una decisión, barbero comienza ya —. Dijo el padre tomando la iniciativa.

Yo tome un cepillo y volví a pasarlo por todo el cabello del chico, para luego tomar una de las máquinas junto a la peineta del número 03. Encendí la máquina en el aire y el zumbido invadió toda la habitación en un instante, empuje la cabeza del choco hasta que su mentón chocara con su pecho y con un movimiento de muñeca hundi las cuchillas por su cuello hasta llegar a la coronilla.

El chico se limitaba a hacer gestos y muecas con cada roce de la máquina en su melena, mechones enteros se iban desprendiendo de su cabeza. Cuando terminé de cortar la parte trasera salté a uno de los costados.
Sujete su cabeza y la centré frente al espejo, para que presenciara las siguientes escenas.
Comencé a subir lentamente la máquina desde su mejilla derecha, con cada uno de los movimientos iba extendiendo más y más el área cortada, hasta que llegué la línea de la coronilla, repetí la misma acción del lado izquierdo, dejando solo un bulto de cabello desordenado en la parte superior.

Para este momento ya había una cantidad considerable de cabello en el suelo, el chico ya se comenzaba a ver distinto y sus ojos estaban ligeramente humedecidos mientras hacía un puchero con su boca. Es más que obvio que no le está gustando su nuevo look.

— ¿Entonces un 03? —. Pregunté mientras limpiaba con un cepillo todos los cabellos cortados en su hombro.

— Dale un 02, me sigue pareciendo algo largo —. Dijo el padre mientras veía de reojo al chico.

Tomé la maquina nuevamente, aunque esta vez con la peineta del número 02, y repasé todo lo que ya había cortado.
El chico intentaba evitar el contacto con su reflejo y congelaba su mirada en la repisa frente a él.

Finalmente empezó lo bueno, una vez rapé todo el cabello de los costados y espalda al 02, tomé su cabello y tirando hacia atrás encaje la máquina en su frente, el chico quedó en shock al ver todo el cabello siendo arrancado a unos pocos milímetros, pasé varias veces la máquina por toda la cabeza para que quedara bien peladito.

Quité la peineta de la máquina y a dirección de la ceja, comencé a limpiar con la 0, marcando un contorno alrededor de su cabeza, la máquina eliminaba todos esos pequeños cabellos y dejaba una piel blanca a su paso.
Terminé el fade, mezclando entre la 0 con palanca abierta y cerrada junto a la peineta número 01, para conectar los costados afeitados con la parte superior rapada.

Para cuando terminé con el corte, la cabeza del chico quizá pesaba medio kilo menos, solo faltaba hacer los retoques finales.
Agarré espuma de afeitar y con ayuda de una brocha coloqué la espuma por todo el contorno del cabello, además de la frente para marcar el cerquillo y cuadrarlo, cada vez que la navaja raspaba su ahora afeitado cuero cabelludo el chico hacia gestos.

Cuando terminé por completo con el cambio del chico, se veía tan destruido... la melena que quizá tardó meses en crecer ahora había sido reducida a unos cuantos milímetros. Agarré la secadora y quité todo el cabello que había por su cuello, hombros y regazo. Liberé al chico de la capa y este saltó de un disparo mientras evitaba a toda costa ver su reflejo rapado. El padre pagó y se despidieron.

3 semanas después el mismo chico se apareció en mi barbería, y me pidió el mismo corte... al parecer su padre lo volvió un estilo rutinario, hasta día de hoy el chico pide ser rapado con la 2 y 0 y al terminar sale huyendo del lugar como si le pícara algo.




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