Recuerdos de peluquero by donjosé

---

Ayer leí en el sitio una historia excelentemente narrada y cargada de una verdad absoluta. Su autor , THFTD hace una descripción exacta de algunos momentos en la peluquería.

Yo fui peluquero hasta el año pasado, cuando me jubilé. Debo decir que me ha tocado pasar distintas épocas y modas pero, estoy en un todo de acuerdo con el autor en que uno de los mejores y más excitantes momentos era el retorno a clases.
Los niños, y jovencitos, regresaban de las vacaciones con el cabello por demás crecido y lo mantenían así hasta la última semana antes de volver a la escuela , momento en el cual padres y madres tomaban al toro por las astas y arrastraban a sus hijos a las barberías y peluquerías para ponerlos en "forma" para el inicio de clases.
Era una semana , o tal vez dos, donde las peluquerías se veían abarrotadas de adultos con los niños, en la mayoría de los casos llorando a moco tendido, que acudían por los cortes de pelo reglamentarios para no tener inconvenientes con los directivos de las escuelas y colegios.

En una época pasada era tradición cortarles el pelo tipo escolar…bien peladitos. Todavía se trabajaba con las máquinas manuales y uno sacaba músculos al estar todo el día dalequetedale a la "cero".

Se vivían todo tipo de historias dentro de la peluquería. Los pibes llorando como marranos mientras iban perdiendo su cabello; las madres viendo como el hermoso pelo de sus hijos terminaba en el piso junto al pie del sillón o, eventualmente, la sillita alta de madera , dejando escapar alguna lágrima ; y los padres y abuelos disfrutando esos cortes porque veían a sus hijos, o nietos, con el pelo "cortadito como un hombre". !! Ojo !!, los peluqueros también disfrutamos de esos cortes, recordando la época del pelo largo, cuando a las peluquerías sólo concurrían adultos y abuelos que seguían con la tradición del pelo al rape o bien " la clásica americana" al #0.

Anécdotas hay montones, como dice nuestro amigo THFTD.

Recuerdo un día que llegó un padre con un jovencito de 13 o 14 años que no quería saber nada con cortarse el pelo. El padre lo sentó en el sillón a la fuerza y me pidió una media americana, pero como el pibe seguía con sus berrinches y no se quedaba quieto me hacía ir bajando el nivel del corte. Pasamos a la americana, luego a la nuca al #00 y me hizo terminar con la #000 , dejándole la parte trasera como "una rodilla" : absolutamente al ras. No le hizo afeitar la cabeza porque no era común en esos tiempos.

Las madres, por lo general , pedían "cortito para que le dure" pero no estaban familiarizadas con los números de las cuchillas. Cuando uno hacía la primera pasada con la #0 por la nuca y veían la primera franja rapada ,se agarraban la cabeza y preguntaban ¡por qué tan cortito!......ya era tarde, el chico terminaba con la espalda pelada al cero.

Cuando los padres traían más de un hijo la lucha era quién se cortaba primero. Generalmente el padre mandaba primero al más chico mientras el, o los otros, que esperaban miraban aterrados cómo su hermano era poco menos que esquilado.

Cierta vez, por iniciativa de mi mujer, había pegado en el vidrio del ventanal un cartelito ofreciendo el "Corte escolar" a un precio más económico. Fue una locura. Las madres, sobre todo, entraban y pedían " el corte del cartelito", que al final se hizo famoso y se mantuvo todo el año.

Muchos viejos clientes preferían venir los sábados ni bien abría la peluquería para evitar las largas esperas los días de semana. Ya los sábados a la tarde se volvía a llenar de pibes.
Pasadas esas semanas la cosa se tranquilizaba un poco y sólo venían los remolones, pero los cortes eran invariables.
Si bien parecerá un relato cargado de sadismo, por el disfrute que se siente por este tipo de cortes, reconozco que sentía más placer cortarle el pelo a los jovencitos "melenudos" que , padres tradicionalistas , traían forzados a la peluquería para raparlos según los "criterios de la vieja escuela".
Sólo en mi última etapa de peluquero había comprado una máquina eléctrica ( en realidad dos ) que, si bien aceleraban el trabajo no me terminaban de convencer. Incluso muchos mayores pedían el uso de las viejas máquinas manuales porque les resultaban más "artesanales los cortes" (así les decía yo), y por supuesto, pedían lo mismo si venían con sus hijos. Para los pibes eran herramientas "de museo" pero yo las mantenía impecables y, cada 15 días las mandaba a "mantenimiento".

Los "viejos" siempre me decían: "- Don José, con las manuales, eh "-. Así era como preferían el corte.

Algunos clientes , hoy ya hombres a los que pelaba de niños, me traen a sus hijos y nos reímos contando esas anécdotas de sus cortes mientras les corto el pelo a los hijos : "- Don José, hágales una americana como me hacía a mí, se acuerda ?". Y mientras pelo al pibe nos reímos y recordamos juntos.

A mis dos hijos siempre los pelé al #0 y lo hacía algún domingo o lunes cuando la peluquería estaba cerrada. El mayor siempre fue el más rebelde pero sabía que conmigo no iba a joder mucho, así que lo dejaba berrear y después que se le pasaba lo sentaba en el sillón y "la cero hasta la coronilla".
El menor era más dócil y no ponía reparos, incluso, cuando hoy viene de visita lo primero que me dice es: "- Viejo, hoy la "cero", ¿eh?.-"......y así lo sigue usando.

Hoy, sin abrir la peluquería, a veces atiendo a algunos viejos vecinos con los que ha quedado una amistad.
No me puedo quejar a la vida porque he hecho lo que me gustaba. Como es lógico, los peluqueros también nos cortamos el pelo y yo tengo un viejo amigo y colega que me lo corta . Es del barrio y, a veces, cuando lo cruzo por la calle me dice: " Che, viejo, ¿ cuándo vas a venir a pelarte."-....Ahí me doy cuenta que ya es hora de pasar por su sillón para que disfrute (como disfrutaba y aún disfruto) de darme mi clásico corte "al rape".

---