PELUQUERIA DE ROQUE by Rapadito

---

Hoy , bien tempranito, con el frío que hacía me fui a la peluquería de Don Roque. Ya tenía el pelo bastante crecido y a mis casi 60 años no le sienta bien el pelo largo.
Recién abría el local y estaba barriendo la vereda.

Buen día Don Roque, frío, no?
Apareció. ¿Cuánto hacía que no venía?.- me dijo el viejo.
Casi dos meses. Hoy sí que necesito un "cortecito".-
Pase y siéntese en el sillón que ya voy yendo.- me invitó a entrar.

Me senté de frente al espejo esperando al peluquero. Dejó la escoba en un rincón y descolgó del perchero la sábana blanca. Me la pasó por delante y la ajustó con fuerza por detrás, y puso el paño pequeño debajo de la nuca.
Mientras me peinaba , preguntó:

¿ Como siempre ?.-
No. Hoy lo quiero bien cortito , Don Roque.-
¿Qué le pasa ?-
Quiero un cambio.-
¿Cortito cómo? ¿ Quiere que lo pele?.-
Sí. Atrás la #0 bien subida y a los costados. Arriba a tijera.-
¿La cero? ¿ Está seguro? No hay vuelta atrás, eh?.-
Métale caña.-

Sacó las maquinitas del cajoncito del mueble y agarró la #2.
Me bajó un poco la cabeza y me empezó a pelar la nuca hasta la coronilla.
Veía caer el pelo en la tela y rodaba hasta mi regazo. Estaba disfrutando mi corte de pelo.
La máquina seguía recorriendo mi cabeza mientras el viejo me daba charla con la política.
Cada tanto me cepillaba la cabeza y seguía rapándome la parte trasera.
Me peló los costados hasta dejar un rastrojo. Ya me veía irreconocible.

Mire que pelado le estoy metiendo. Por otros dos meses no lo voy a ver.- me dijo , como si lo estuviera disfrutando.

Dejó la N°2 en el mármol del mueble y agarró la #0. La probó en el aire y le ajustó el tornillo superior.
Ahora sí, me empujó bien abajo la cabeza y me la sostenía con firmeza.
Me empezó a pasar la cero metiéndole presión a la máquina contra mi cuero cabelludo. Iba y venía sin pausa.

Se abrió la puerta y la voz de una señora saludó:

Buen día. Don Roque ¿ tengo mucha espera ?
No Marta. Termino de pelar al señor y te atiendo.-
¿Le puedo dejar a éste mientras hago algún mandado?- dijo mandando a un pibe de 8 o 9 años a una de las sillas de espera.
¿ Qué le hago?.- preguntó dejando de pasarme la máquina, pero sosteniéndome la cabeza gacha.
Pélemelo así como al señor, o un poco más, que es para la escuela.-

Me dio un poco de vergüenza que la mujer me viera sometido al peluquero con la cabeza a medio pelar.
Me siguió pelando los costados hasta dejar todo a 1 mm.
Liberó mi cabeza y me vi todo rapado. Solo me quedaba el pelo de arriba que lo dejó corto usando la tijera de punta y la de entresacar.
Pude ver al chico que esperaba en la silla. Tenía una porra bárbara. Me imaginé cómo iba a disfrutar el peluquero cortando todo ese pelo.

Me afeitó todo el borde de mi corte , pasando la brocha enjabonada por donde estaban mis patillas, detrás de las orejas y la base de la nuca.
Usó un poco de gel para peinarme con una raya al costado y entalcó y cepilló mi nuca y detrás de las orejas.
Puso el espejito de mano por detrás y me mostró el corte.

¿Está bien así peladito o quiere un poco más?.-
No. Está bien Don Roque. Tal vez la próxima.- le dije, pasándome la mano a contrapelo desde la base de la nuca hasta la coronilla. Me había super rapado.

Me sacó la tela , la sacudió y todo mi pelo acabó al pie del sillón.
Mientras me preparaba para pagarle, puso la sillita alta para el chico, y llamó:

Vamos pibe. Sentate y quedate quietito. - lo cubrió con la tela blanca.
Le pagué y me fui. Con gusto me hubiera quedado para disfrutar la rapada que le iba a dar al pibito.

---