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el carácter de Viviana by FCM Historias


Conocí a Viviana en una salida al bar, parecía conocer a una amiga con la que fui, solo sabía que me llamaba la atención, quise ser yo quien le hablara y no le pedí información sobre ella a mi amiga, Viviana tenía el cabello largo y oscuro, era bastante lacio aunque de tanto que tenía se esponjaba un poco, era morena, de estatura baja y aunque no tenía un gran trácelo si tenía un par de celos bastante grandes y con buena forma, le saqué su numero del teléfono de mi amiga, ella no se enteró, comencé a mandarle mensajes, parecíamos tener buena química y decidimos salir, fuimos por un café, luego a cenar y acordamos salir mas veces, todo iba bien con ella, yo pensaba que era secreto pero resultó que se contaban todo entre ellas, aunque mi amiga tardó mucho para decirme algo.
Seguí saliendo con Viviana y llegó el punto en que parecíamos novios, nos encontramos alunas veces con mi amiga y ella solo se reía al vernos juntos, pero mi amiga decidió contarme un secreto y un día me dijo que saliéramos para hablar, me preguntó sobre mi relación con Viviana y le dije que iba todo muy bien, pero aún no éramos novios, ella preguntó: ?y sabes por qué no son novios aún?, ¡no, no lo sé!, tal vez es porque ninguno de los dos se decide a pedírselo al otro, mi amiga comenzó a reírse y me dijo: ¡es por tu cabello!, puede que le gustes mucho pero sabe que eso que tienes en tu cabeza no se puede tocar y ella no anda con nadie que tenga el cabello largo, no le creí, mi amiga sacó su teléfono y me mostró fotos de sus anteriores parejas, también me dijo que a ninguno lo había obligado, si acaso alguna vez acompañó a uno para mirar, pero sabía que no me obligaría nunca, mi amiga me dijo que esperaba que yo pudiera ser el primero en andar con ella con todo y mi cabello pero que si no era así sería mejor que me alejara y solo fuéramos amigos, le di las gracias por sus recomendaciones y continué saliendo con Viviana varias veces mas, se acercaba su cumpleaños y yo no sabía que darle de regalo, ella tampoco me daba pistas si quería algo en especial aunque si mencionó alguna vez que no me lo pediría nunca. Se llegó la fecha pero era día laboral y se acordó celebrar el fin de semana, yo la fui a felicitar y cuando le pedí que me dijera que podía regalarle me dijo que no me preocupara, le insistí un rato y ella me abrazó, metió su mano en mi pantalón y me dijo: si tanto quieres darme mi regalo ve a esta dirección a la hora indicada!, me preparé por la tarde para ir al lugar y cuando llegué vi varios negocios, me senté frente a una tienda mientras esperaba la hora y esperaba a ver si Viviana me mandaba alguna pista, vi salir a una chica muy atractiva y de buen cuerpo de un local, fue a comprar a la tienda y al salir le dio un trago a su bebida, luego se me quedó mirando y me sonrió, yo era demasiado tímido y ella me preguntó mi nombre, al dárselo me dijo si era amigo de Viviana, le dije que si, me pidió que la acompañara y me hizo entrar en el local, no podía creer que eso fuera una estética, estaba pintada de un color azul muy bajo, el piso era blanco, los muebles eran de color café y todos los instrumentos parecían ser blancos, ella cerró la puerta detrás mío, me pidió que me sentara en un sillón y me dijo: ¡tienes una cita conmigo!, pero antes de asustarte quiero que estés tranquilo, tomó su celular y realizó una llamada, cuando le contestaron lo puso en altavoz y le dijo a la otra persona: ¡ya está aquí conmigo!, dile que vamos a hacer, Viviana dijo mi nombre y al confirmar que era yo dijo: ¡esto quiero de regalo!, ya estás ahí, tienes la cita, no la desperdicies y deja que te corten ese cabello de niña, aquellas palabras me pusieron mal, yo no podía hablar y me dijo: ¡te quiero bien peladito!, yo quería irme del lugar pero ella dijo: si sales del lugar no podremos andar nunca,, no seas cobarde y siéntate rápido en la silla, colgó y la chica me dijo: ¡mi nombre es Paola!, pasa a mi silla de corte por favor, yo estaba temblando y ella me dirigió de la mano a su silla, no sabía que hacer, mi cuerpo no respondía y ella comenzó a ponerme una tira en el cuello, la abrochó y luego me colocó una capa azul, fue por un peine y desenredó mi cabello, mientras lo hacía me preguntaba algunas cosas pero yo apenas y podía responder, ella me dijo: ¡tienes muy bonito pelo!, varias chicas lo desearían tener, le di las gracias por el cumplido y me dijo: ¡ya estás listo para empezar!, pero antes de que yo pueda hacer algo quiero escucharte aprobar lo que voy a hacer, la miré y le dije: ¿crees que valga la pena, cuanto cortarías?, -pues si valdrá la pena es una decisión tuya, y cuanto te voy a cortar, mmmmmmmm no puedo decirte pero ¡será mucho!, vio mi cara y me abrazó, luego dijo: ¡tranquilo!, si lo haces y no vale la pena por ella, ¡yo haré que valga la pena!, no hemos hablado mucho pero sé que si no consigues nada con ella, conmigo si, o habrá muchas a las que les gustará tu nuevo estilo, con sus dedos apartó mi pelo y dejó mi cara completamente descubierta, me miró y me sonrió, ¡a mi me va a encantar el resultado, ¿quieres que comience?, mis piernas me temblaban pero le dije que si, ella fue por unas tijeras y tomó entre sus dedos un gran mechón de la parte posterior, lo cortó y cerré los ojos, ella tomó otro y volvió a cortar, continuó haciendo esto varias veces hasta que abrí los ojos y me di cuenta de que había cortado unos 10cm, jugó con su mano lo que quedaba y fue por una maquina, -¿te han pasado una de estás alguna vez?, al ver mi cara supo que no y me pidió no alterarme, se paró detrás y escuché un clic, inmediatamente un zumbido hizo que me sobresaltara y ella metió sus dedos para levantar el pelo, colocó la maquina en la base de mi cuello y subió lentamente, aquello me hizo saltar un poco cuando despegó la maquina, algunos mechones cayeron sobre la capa y ella volvió a repetir el proceso, esta vez tuve un escalofrío pero ella parecía estar tranquila, le dije con voz cortada: ¡es mucho cabello!, ella solo me sonrió y dijo: falta mucho más!, siguió pasando la maquina con pasadas largas y cortas, por momentos eran cortas sin despegar la maquina de mi cabeza, me sentía confundido, quería llorar de la impresión de ver tanto pelo caer, pero por otra parte podía ser mi boleto para tener novia, Paola comenzó a cortar con la maquina detrás de mi oreja izquierda y me di cuenta de que tenía razón, la capa se llenaba de pelo negro y aún faltaba mas de la mitad de mi cabeza, ella levantó mi patilla con sus dedos y subió la maquina hasta la sien, aquello pareció gustarme y comencé a soltar lagrimas, me dijo que no me preocupara, que era muy normal y que nadie me podía ver, el vidrio era polarizado, eso me dio mucha confianza y ella siguió dando pasadas hasta que ya no podía cortar más, antes de pasarse del lado derecho me levantó la cara y utilizó su blusa para secar mis lagrimas, me pegó contra su pecho y esperó un poco, luego si continuó con mi lado derecho levantando mi patilla y subiendo lentamente la maquina hasta la sien, en ese momento comencé a disfrutar la sensación de la maquina cortando la mayoría de mi pelo, no sabía que pasaba pero comencé a sentirme bastante hesitado, ella seguía cortando y se pasó detrás de mi oreja derecha, se dio cuenta de que me estaba gustando y me dijo: ¡te vas a ver muy bien!, cuando terminó se fue a cambiar algo de la maquina, yo no podía creer que tuviera tanto pelo y ella volvió con las tijeras, cortó mi flequillo por partes, se veía que estaba disfrutando y cuando terminó con el flequillo ya estaba arriba de mis cejas, ella volvió a encender la maquina y la volvió a pasar por detrás, al no haber tanto cabello la pasaba con movimientos cortos y sin despegarla, eso provocó que me hesitara aún más y tuve una erección bajo el montón de pelo en la capa, cuando estaba cortando detrás de mi oreja izquierda escuchamos una voz muy peculiar que dijo: ¡no lo puedo creer!, si te lo estás cortando, Paola le pidió calma y ella le dijo: pero no entiendo por qué no se le ve bien libre su cabecita, ¡te dije que lo quería bien peladito!, ¡tú debiste pedirle eso!, viviana no dejaba de decir cosas y Paola le dijo: ¡no se trata de tramarlo!, ya le quité la mayoría y aún falta, -¡pues yo ya quiero irme con él a cenar!, desde que te colgué ya pasó suficiente tiempo para que estuviera con mi corte deseado, o a punto de terminar, ¡te pagué mucho para que lo convencieras!, Paola apagó la maquina y fue a su mueble, abrió un cajón y al regresar dijo: ¡no sé que diablos te pasa pero aquí está tu dinero!, puedes irte si quieres y regresar cuando termine o hasta que te comportes adecuadamente en mi negocio, Viviana se molestó y se salió, Paola fue a cerrar y a recoger las llaves que dejó tiradas, me explicó que se conocían hace mucho pero que cuando se ponía así nadie la aguantaba, luego comenzó a reír y me dijo: ¿si puedo seguirte cortando verdad?, le dije bromeando que con eso era suficiente, comenzó a reírse y encendió la maquina, cuando estaba cortando mi lado derecho le pregunté: ¡era mucho más corto lo que te pidió?, -de los lados y parte posterior no, pero de arriba si, ¿quieres que haga lo que me pidió?, yo pensaba preguntarte y mostrarte una imagen pero si te lo corté así era para no hacer que de un jalón perdieras todo, ¿confías en mi?, -¡bromeas!, después de dejar que me pasaras una maquina por primera vez crees que no confío, me sonrió y fue a cambiar el protector de la maquina, lo empezó a pasar por los laterales y la parte posterior, al pasarme su mano sentí extraño, ella estaba muy contenta y fue por otro protector, levantó lo que quedaba del flequillo y pasó la maquina de derecha a izquierda, luego colocó su mano en mi nuca y con la otra llevó la maquina desde mi frente hasta atrás lentamente, mi erección creció y dejó de importarme mi apariencia, ella repetía el proceso moviendo un poco la maquina y dio pasadas hasta dejarlo del mismo tamaño, cambió el protector y volvió a comenzar, se sentía increíble, cambió por tercera y última vez el protector aunque esta vez no hubo tanta diferencia pero bastó con el ritmo que utilizó, cuando terminó fue por un peine y utilizó un protector en la maquina para unir la parte superior con el resto, pasó nuevamente el primer protector por la mayoría de mi cabeza y luego el de la parte superior, una vez que se aseguró de que todo era perfecto fue por una maquina pequeña, remarcó el contorno y patillas, luego me aplicó crema de afeitar y pidió el corte, utilizó un cepillo extraño con talco y luego procedió a quitarme la capa, me acarició con las manos la cabeza y dijo: ¡ya quedaste listo!, yo no podía creerlo parecía un corte militar, me agradaba mucho y cuando toqué mi cabeza me dijo: lo de arriba quedó a un 2 y el resto al 1, por si quieres que alguien mas lo corte ya sabes que pedir, después de verme bien en el espejo le dije: ¡no iré con nadie más a menos que me corras como a Viviana!, comenzó a reírse y me abrazó, le pregunté cuanto le debía y me dijo que nada, que le había caído bien y le gustaba que hubiera confiado en ella para cortarlo a su gusto, le insistí pero me dijo: si sigues recogerás el pelo del piso, miré y casi me desmayo con la cantidad que había, ella me abrazó y me dijo: ¡tranquilo, te vez mejor sin todo eso!, no sé si Viviana aún te querrá como novio, pero si no lo quiere, ¡yo te quiero como el mío!, ya me habían hablado de ti así que no pienses que estoy loca, me entregó una tarjeta con su numero y le di las gracias dijo que quería tomarme una foto y me llevó a un espejo de cuerpo completo, me tomó fotos y luego me dijo: ¿no me invitas a cenar?, -¡si te apuras a limpiar con todo gusto!, ella no tardó mucho en limpiar aunque guardó el cabello en una bolsa diferente, nos fuimos a cenar cerca de su negocio y la fui a dejar a su casa, Viviana le pidió perdón pero estaba apenada conmigo y dijo que había sido demasiado obligarme a cortarme mi pelo, no nos vimos en los días restantes a su festejo pero con Paola si, el día del festejo asé a su casa y ahí me volvió a cortar lo poco que me había crecido, fuimos a la fiesta después y a Viviana le encantó el corte, y me dijo: ¡te queda hasta el rapado completo!, me acarició la cabeza y apareció Paola para decirle: ¡ojalá que se atreva a pedírmelo!
Una semana después del festejo de Viviana entré al negocio de Pao, lo cerré, luego la senté en su silla, ella se puso nerviosa y tomé la maquina, le dije: ¿podrías raparme por favor?, -¡pensé que nunca te atreverías!, pero tengo una condición para hacerlo, ¡cual?, me dio un beso y dijo: ¡que seas mi novio…!



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