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el fetiche de Karla by FCM Historias


Karla era una chica que conocí en la secundaria, era de test blanca, ojos cafés y su cabello era algo oscuro pero con el sol se había vuelto algo mas claro, era la chica que me gustaba, nunca pensé que pudiera hablarle y fue ella quien se acercó a mi para hablarme, yo era bueno en la escuela y ella me pidió ayuda con algunas cosas que no entendía, así comenzó nuestra amistad, ella me pidió que fuera a su casa tres veces por semana para ayudarla, yo iba sin pensarlo, le caí bien a su mamá, su papá era un militar y le gustaba mucho la disciplina, nos llevamos bien a pesar de que el detestaba mi cabello, yo no solía cortarlo mucho, mi madre pedía que me lo cortaran lo justo para que estuvieran conformes en la escuela, su padre siempre bromeaba con que algún día hablaría con mi madre para que me cortara el cabello, que el con mucho gusto podía llevarme si ella accedía, pero cada que comenzaba a molestarme con eso, aparecía su esposa Sandra para decirle que dejara de fastidiarme, el solo se reía y se alejaba haciendo señas de que luego regresaría para convencerme, a Karla le parecía divertido cuando su padre bromeaba conmigo…
Un día en el que terminamos pronto con la tarea, fuimos al cuarto de Karla y comenzamos a hablar, estábamos solos y Karla encendió la tele, había un programa en el que le estaban realizando un cambio de look a una chica, por alguna razón puse atención, después de unos minutos se fue a comerciales y Karla me preguntó: ¡puedo saber por qué no te gusta cortar tu cabello?, pues en realidad nunca lo había pensado hacer, siempre he tenido este estilo desde que recuerdo y no me desagrada, así que simplemente lo dejo crecer y punto, ella se sorprendió de que no tuviera ningún motivo en especial, el programa regreso y lo terminamos de ver, luego Karla fue por unas revistas y me mostró cortes que ella quería llegar a hacerse algún día, la mayoría eran cortos y me mencionó que pasaría mucho tiempo para que ella pudiera hacerse alguno, su madre nunca la dejaría hacerle eso a su cabello, lo cuidaba demasiado para permitirle algo como eso, aquella conversación se extendió por un buen rato, Karla me mostró en su computadora fotos de posibles cortes para hacerme, me llamaron la atención pero en ningún momento logró convencerme, de hacerme algo. Pasó el tiempo y cuando ya estábamos en preparatoria, Karla me pidió que la acompañara a despuntarse su cabello, su idea me pareció muy buena, la acompañé a un lugar en el que atendían 2 chicas que eran demasiado atractivas una era rubia de ojos azules y la otra era de test blanca, ojos cafés, cabello rizado y oscuro, al llegar estaba solo el lugar y Karla se sentó en la silla de la rubia, le dijo lo que quería, la otra chica que se llamaba Katia se acercó para tratar de convencerme de sentarme en su silla, yo no quería y terminó por no insistir, mientras le hacían el despunte a Karla, la chica rubia no dejaba de halagar su cabello, Katia le dijo si alguna vez había pensado en dejarlo corto, Karla le dijo que si pero que su madre nunca la dejaría, Katia fue por algo y cuando le terminaron de despuntar el cabello a Karla le dijo que esperara, utilizaron la sudadera para ocultar la mayoría del cabello tan largo de Karla, hicieron simular con algunos accesorios que el cabello estaba a la altura de sus hombros, la cara de Karla era de mucha felicidad, les agradeció por ayudar a motivarla para intentar convencer a su madre, cuando le quitaron todo y cepillaron su cabello para que se viera bien, la chica rubia le dijo, igual y tu amigo puede ayudarte, ¿como podría hacerlo? Pues podrían hacer una apuesta y si pierdes no le quedará de otra a tu madre que permitir que hagas lo que quieras, Kalra le agradeció por la sugerencia pero dijo: ¿y crees que el quiera apostar conmigo?, Katia se acercó para tocar mi cabello y quedó sorprendida, era algo largo pero le sorprendió lo suave que se sentía, ¡no creo que quiera apostar!, aunque el tuyo no le envidia nada y está mucho mas largo,, ojalá se anime a apostar, sería un honor que alguno recibiera un buen corte por alguna de nosotras, Karla les dijo que lo pensaría pero estaba segura de que yo no aceptaría, nos fuimos de aquel lugar y Karla trató de convencerme, dijo que sería muy divertido intentarlo, era una locura pero quizá así ella aceptaría andar conmigo después de tanto tiempo.
Pasaron unos meses y un día Karla me dijo: ¿sabías que el domingo juega el Barsa contra el Madrid?, si, si lo sabía, ¡por qué la pregunta?, ¿quieres apostar tu bonito cabello contra mi?, mi primera respuesta fue decirle que estaba loca, aunque después entendí que de verdad ella quería conseguir su corte, le pedí que me dejara pensarlo hasta el día siguiente y ella aceptó, durante el resto del día anduve bastante extraño, no dejé de pensar que había muchas probabilidades de que perdiera y quizá eso era lo que tanto quería ella, tal vez en realidad eso del cabello corto solo era para lograr convencerme a mi, logré dejar de pensar en eso pero por la tarde tocaba ir a su casa para hacer la tarea. Se llegó la hora de. Ir a su casa y fui bastante nervioso, sabía que ella preguntaría por la apuesta, al llegar a su casa me recibió la señora Sandra, me invitó a pasar y fue a avisarle a su hija que ya estaba yo ahí, cuando Karla llegó parecía demasiado contenta, su mamá dijo que esperaba que en algún momento nos volviéramos pareja, Karla se sonrojó y su madre se fue a la cocina, después de un rato de estar haciendo la tarea, Karla me dijo: ¿crees que mañana gane el Madrid?, aposté con Perla y si pierde le arrancaré todo el cabello, yo comencé a reírme, le dije que tenía muchas posibilidades de perder la apuesta, en ese momento su madre nos llevó un plato con botana y dijo: ¡espero que no tengas nada que ver con que esta niña ande apostando!, de lo contrario tendré que ser yo quien te quite el cabello a ti, yo me puse nervioso, ¡ya no soy una niña!, le dijo Karla a su madre, ¡no quiero que andes apostando el cabello que tanto me ha costado lograr que tengas tan cuidado, estaban discutiendo un poco frente a mi cuando su padre interrumpió y dijo: ¡Sandra, yo creo que ya Karla no es una niña!, también hay que enseñarle que si anda de habladora y está apostando, tiene que cumplir, yo no quiero que mi hija sea de esas personas que solo hablan y nunca hacen nada, Karla estaba contenta por el apoyo de su padre, su mamá se molestó mucho pero entendió lo que quería decir su esposo, nos dejó la botana y se fue a su cuarto escaleras arriba, su padre se acercó a Karla y le dijo, espero que ganes esa apuesta, entiendo que tienes que cumplir si pierdes, pero no sé si quiero verte sin ese bonito cabello que te caracteriza, Karla le dijo a su padre que no se preocupara, que ella ganaría, antes de terminar de retirarse el señor giró la cabeza, me miró y dijo: ¡si ella pierde te raparán a ti también, esas palabras me dejaron bastante preocupado, terminamos la tarea y Karla dijo que fuéramos a dar una vuelta, pasamos a comprar a una tienda y nos dirigimos a un parque que estaba cerca de su casa, después de sentarnos Karla me pidió que estuviera tranquilo, me explicó que lo de la apuesta era una broma, que no me preocupara si no quería hacerlo, solo necesitaba que fingiera que ella había apostado, que me estaba utilizando para poder hacer lo que tanto había querido hacer, le dije que si era la única manera en que se lo permitieran yo seguiría fingiendo pero que esperaba que no se arrepintiera de nada, ella se veía tan segura que supe que estaba haciendo lo correcto,, estuvimos hablando otro rato, se estaba haciendo tarde y la acompañé a su casa, ella me abrazó y me dio las gracias por ayudarla, yo me fui a mi casa…
Durante el sábado estuve hablando con Karla por mensajes, la notaba mas contenta que nunca, era como si supiera que pasaría lo que ella quería, yo aún tenía la duda de si funcionaría su plan pero traté de pensar que si saldría bien. Al día siguiente fui a casa de Karla para ver el partido, estuvimos bastante tensos pero casi al final cuando menos se esperaba terminó ganando el Barsa, la cara de felicidad de Karla era indescriptible, ella me abrazó, se soltó a llorar y no supe que hacer, solo me quedé callado mientras ella seguía llorando, cuando por fin se tranquilizó le dije que encendiera su xbox y nos pusimos a jugar un rato, la madre de Karla aún no sabía nada del partido, su padre regresaría por la noche y solo nosotros sabíamos de momento que Karla se podría cortar el cabello, de todas las partidas que jugamos, solo gané una, Kalra estaba imparable, no me sentí mal, era de esas veces en que simplemente la otra persona está intratable y punto. La señora Sandra me invitó a cenar y cuando terminamos les estaba ayudando a levantar la mesa, en esos momentos entró su padre de Karla, nos saludó y luego de un momento abrazó a Karla, le acarició su cabeza y le dijo: ¡te vas a ver increíble!, no tengas miedo, su madre no entendió bien a que se refería su esposo, yo no sabía como irme de ese lugar y escuché un: ¿cuanto quedaron en el partido Karla?, solo te puedo decir que ganó el Barsa, ¿tú le apostaste a ese verdad?, Karla negó con la cabeza, su madre comenzó a molestarse mucho, se le cayó un plato, su esposo me pidió que me retirara y antes de salir por la puerta escuché: ¡maldita sea Karla!, ¡por qué carajo apostaste el cabello!, ¡te vas a quedar pelona por una estupidez!
Me fui corriendo a mi casa y no logré escuchar mas de la conversación, le mandé mensajes a Karla pero no respondió, me fui a dormir bastante preocupado. Al siguiente día llegué temprano para esperar a Kalra, tocaron el timbre de entrada y no llegó, estando en el salón comenzaron a pasar lista y alguien pidió permiso para entrar, le dijeron que le pondrían retardo y fue ahí al dar el nombre que supe que era Karla, llegó con unos lentes, por suerte la maestra pensó que algo le había pasado y no le preguntó nada, tampoco pudimos hablar durante clase, hasta la hora del receso, ella estaba sentada sola, sus amigas le habían dado espacio, me acerqué y al preguntarle si podía sentarme me jaló del brazo, hizo que me sentara y me abrazó, luego comenzó a contarme todo lo que su madre le soltó, su padre logró tranquilizarla pero se sintió bastante mal por estar mintiendo, por eso estuvo llorando y llegó tarde a la escuela, me dijo que ya que se completará su plan se sentiría mucho mejor, le pregunté si aún quería hacerlo y su respuesta fue: ¡claro que si!, ¡tú sabes que es lo que mas deseo!, la abracé y la felicité por tenerse la confianza para hacerlo, me pidió que pasara por ella en la tarde, si teníamos tarea la terminaríamos pronto para que la acompañara, regresamos a clases y ella se notaba mucho mejor después de haberme contado todo.
Por la tarde llegué mas temprano y nos apuramos con la tarea, ella estaba bastante nerviosa, fue a avisarle a su madre que iría con Perla para pagar su puesta, su madre la abrazó y no dejó de tocarle su cabello, nunca había prestado atención a que tan largo era pero en ese momento lo hice, su cabello llegaba cerca de sus rodillas,, Karla dijo que iría por una sudadera subió a su cuarto, la señora Sandra me abrazó y cuando su hija regresó me pidió que ayudara a intentar que su hija conservara cabello si se podía, le dije que lo intentaría, nos despedimos de su madre y salimos de la casa, tomamos un taxi para ir a un lugar conocido, al llegar estaba lleno y Karla me dijo que no tenía prisa, me pidió que entráramos a esperar, tuvimos que esperar un buen rato para que fuera el turno de Karla, aunque Katia se liberó al mismo tiempo que la chica rubia, Karla se dirigió a la silla de Katia y se quitó la sudadera, Katia me la arrojó y le colocó la capa, le desenredó su cabello y le preguntó si solo lo despuntaría, Karla comenzó a sonreír, le dijo que había perdido una apuesta conmigo, no le creyó por completo pero aún así le pidió que le dijera hasta donde cortar, Karla sacó el teléfono, le mostró la foto y Katia se puso contenta, le preguntó si estaba segura, le dijo que si, esta no tardó en ir por algo para sujetar el cabello y le dijo a Sarah que hiciera su intento, Sarah se acercó a mi para intentar convencerme de sentarme en su silla, estuvo muy cerca pero no lo consiguió, Katia preguntó por última vez si debía continuar y después de la respuesta, comenzó a cortar la cola que había hecho, aquello me causó una sensación extraña, Sarah me dijo: ¡tú eres de los míos!, no le entendí muy bien, pero acarició mi cabello y volvió a insinuarme que pasara a su silla, dijo que quería hacerme parecer hombre, yo no dejé de reír, estaba muy cerca de decirle que lo hiciera pero logré contenerme, Katia le mostró la cola a Karla, esta la tomó un poco mientras le emparejaban el cabello y luego Katia me la llevó, me pidió que la guardara, Sarah fue por una bolsa y ahí metió la cola, me la entregó y volvió a pedirme que pasara a su silla, rechacé su oferta y se sentó a mi lado para ver el resto del corte de Karla, yo no podía creer lo corto que ya era el cabello de Karla pero se cortó aún mas, terminó algo arriba de sus hombros, Karla se veía increíble, le quitaron la capa, se fue a tomar fotos a un espejo de cuerpo completo y cuando volvió me dijo si no quería hacerme un corte, que ella lo pagaría, yo estaba pensando mucho y ella me dijo al oído: ¡podría andar contigo si lo haces!, me vio tan dudoso que me dio la mano, me ayudó a levantarme a la silla y me dio un pequeño masaje para relajarme, Sarah me colocó una tira alrededor del cuello, fue por una capa roja y me la puso, Karla se hizo hacia atrás, Sarah desenredó mi cabello, preguntó si tenía libertad para elegir, Karla dijo que si, que podía raparme si quería, al ver mi cara dijo que era una broma y le mostró una foto a Sarah, me preguntó si confiaba en ella y asentí con la cabeza, Sarah comenzó a mojar mi cabello, lo midió con los dedos por la parte derecha y comenzó a cortar, yo solo veía caer mucho cabello sobre la capa, Sarah me pidió que me calmara, me giró para que no pudiera verme en el espejo, continuó cortando, detrás y luego del lado izquierdo, se sentía bastante bien a pesar de que no sabía cuanto cortaba, Karla se paró delante de mi, me sonrió y no logré sostenerle la mirada, se veía tan bien que no sabía como comportarme frente a ella, de pronto presté atención a la capa y me asusté un poco al ver el tamaño de los mechones que me estaban cortando, la capa ya estaba bastante llena y destacaba mucho mi cabello oscuro en la capa roja, Sarah comenzó a revisar el largo y pareció gustarle, mojó la parte superior nuevamente y sentí sus dedos sujetando mi cabello, sin decir nada dio el primer tijeretazo, rápidamente tomó un siguiente mechón y repitió lo mismo, en ese momento tenía miedo de que tanto estaba cortando pero al mismo tiempo me sentía excitado, no sabía que estaba pasando pero Sarah no dejó de cortar cabello, cuando pensé que se había cansado sus dedos tomaron mi flequillo y pude ver caer mas de la mitad, ella lo soltó y continuó cortando, sacó unas tijeras extrañas y fue cortando donde consideraba necesario, hizo que toda la parte superior se acomodara de lado y cortó todo lo que sobresalía hacia el lado derecho, luego fue revisando y cortando a detalle hasta quedar conforme con su trabajo, le preguntó a Karla si le agradaba el resultado hasta el momento, ella le dijo que si, escuché un zumbido y tuve un escalofrío, Sarah se paró a mi lado izquierdo y me pidió que no me moviera, con una mano sobre la parte superior se apoyó para dejar firme mi cabeza y con la otra comenzó a darle forma a mis patillas con una maquina pequeña, yo quería salir corriendo pero eso podría arruinar mi cabeza, con la maquina cortó mmi patilla y fue dando forma a ese lado, también cortó detrás de mi oreja, se pasó a mi lado derecho y repitió el proceso, la sonrisa de Karla era muy grande, Sarah no tardó mucho en terminar con la parte posterior y fue a traer algo, Karla se acercó para acariciar mi cabeza, dijo que le gustaba mucho, Sarah conenzó a aplicarme algo frío alrededor de la parte en la que pasó la maquina, le preguntó a Karla si estaba bien que me afeitara, esta le dijo que si, comenzó nuevamente por mi lado izquierdo, fue quitando la crema de afeitar con una navaja, nunca habían utilizado una en mi cabeza y preferí no moverme para evitar un accidente, Sarah era bastante buena con la navaja y pronto ya estaba con la parte posterior que era lo último que le faltaba, terminó de usar la navaja y regresó con algo para limpiar los residuos que pudieran haber quedado, vi a Katia ir detrás, un golpe de aire me dio en la cabeza y con un peine acomodaron el cabello de la parte superior, dejé de sentir el aire de la secadora y me comenzaron a quitar la capa, Katia dijo: ¡ya quedaste listo cariño!, Sarah me pidió disculpas por estarme confundiendo y dejar que Katia me peinara, Karla me ayudó a levantarme de la silla y me tapó los ojos, me hizo caminar y luego contó hasta tres para descubrir mis ojos, al verme en el espejo no podía creerlo, llevé mis manos a mi cabeza y pude darme cuenta lo corto que había quedado, los lados y parte posterior eran de unos 3cm y la parte superior, quizá era del doble pero para los cerca de 15cm que tenía antes del corte, no era nada, me agradaba el corte pero me sentía raro sin tanto cabello, Karla me dio un beso frente a las estilistas y mientras me quedé desconcertado fue a pagarles por los cortes, nos tomaron fotos juntos y antes de irnos, Karla se puso la sudadera, Katia le ayudó a juntar su cabello y Sarah le puso un gorro que llevaba escondido en la sudadera, de verdad parecía que ocultaba su cabello, en ese momento me di cuenta que me perdí de algo durante el corte, quizá estaba tan sorprendido que no mi cuenta cuando le habían cortado el área de la patilla a Karla, al tener el gorro puesto si parecía haberse rapado, les dio las gracias a las chicas y salimos del lugar, Karla se puso el gorro de la sudadera y fuimos por un taxi, nos dirigimos a su casa y al entrar nos dimos cuenta de que su madre estaba viendo la tele, Karla le avisó que habíamos regresado y al verme se sorprendió mucho, se alegró de que me hubiera cortado el cabello y luego vio a su hija con la sudadera, respiró profundo y le pidió que se quitara el gorro para ver como se veía, Karla le pidió que no fuera a llorar y después de prometerle que no lo haría, se quitó el primer gorro, de la sudadera, al verle el área de la patilla se preocupó un poco y cuando se estaba por quitar el horro dejó de mirarla, Karla se quitó el gorro y sacudió su cabeza, su cabello comenzó a acomodarse y su madre al verla se puso contenta, ¡que bueno que pudiste conservar algo!, te vez muy bien, creo que aunque te lo hubieran cortado todo te verías muy bien, Karla le dio las gracias a su mamá y luego se abrazaron, estaban tan contentas que decidí retirarme para dejarlas solas…
Al siguiente día en la escuela muchas amigas de Karla se sorprendieron con mi corte, aún mas con el de ella y Karla me contó que su mamá le había prometido que se dejaría crecer el cabello hasta que termináramos por salir de la preparatoria, faltaba casi un año para eso y por desgracia no tuve el valor para pedirle a Karla que se volviera mi novia antes de que tomara su decisión de entrar en la escuela militar…



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