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el regreso de Karla by FCM Historias


Habían pasado varios meses sin que obtuviéramos respuesta positiva de la empresa en la que queríamos entrar, Diana me dijo que no me preocupara porque no nos iba nada mal con lo que estábamos haciendo y tampoco andábamos estresados por no poder entregar cosas a tiempo, la verdad es que tenía razón, aparte de lo que hacíamos, de vez en cuando nos caía algún proyecto para realizarle alguna pagina a un negocio y cosas de ese estilo, no me podía quejar así que terminé por ya no comentar nada sobre el tema.
Fui con Diana a una escuela para realizar el mantenimiento de sus equipos y algunas maestras se me quedaban mirando, yo no entendía el motivo de que lo hicieran pero la maestra que nos había llamado me dijo frente a su directora… ¿y tú te dejas crecer el cabello para donarlo?, ¿o cual es el motivo para que lo tengas así?, Diana comenzó a reírse pensando en que sería muy divertido ver como me escapaba de esa pregunta, no pude inventarme ningún pretexto y le dije: ¡pues no sé si de verdad tenga algún motivo!, la verdad es que soy demasiado flojo para ir constantemente a cortarlo, creo que esa sería la única explicación, la maestra se veía de nuestra edad y parecía no tener pena alguna, se acercó para tocar mi cabello, después de hacerlo sonrió, ¡lo tienes muy bonito, creo que ya entiendo porque no te lo cortas, aunque si me lo permitieras yo sé cortar cabello, te puedo dar mi dirección para cortarlo, si eres tan flojo como dices hasta podría quitarte la mayoría o incluso raparte, tienes un rostro que no se vería nada mal de esa manera y así no tendrías que ir seguido ni preocuparte por peinarte, yo no sabía que decirle, Diana le dijo que le diera su dirección, que ella buscaría la manera para convencerme e y ella podía llevarme, siempre había querido que me quitaran ese cabello de niña pero yo nunca había aceptado, Tania, que era el nombre de la maestra, le dio su dirección a Diana, dijo que esperaba que si me convenciera, la directora que no había dicho nada hasta ese momento, se acercó, me tocó el hombro y dijo: ¡si yo fuera tú, iría hoy mismo!, alborotó mi cabello que ya había crecido bastante desde que fui con Diana por lo de la graduación, le dije que lo pensaría aunque me sentía bastante incomodo con todo lo que pasaba,, nos dejaron solos para que hiciéramos nuestro trabajo y mientras lo hacíamos Diana no dejó de molestarme, le dije que ni en sus mejores sueños lograría llevarme, ella se levantó de la silla en la que estaba, fue por mi, me jaló del cabello, me dio un beso y dijo: ¡niégame que no quieres verme como Andrea!, yo estoy dispuesta a quedar así e incluso a raparme toda, pero si me rapo toda te quiero igual o afeitado, ¡vamos a hacerlo!, ¡tú sabes que te mueres por verme perdiendo mi cabello!, ¡ya bien sabes que yo quiero ver como te quitan todo esto!, jaló mi cabello algo mas fuerte y me pidió que lo pensara, que sabía que en el fondo era lo que quería, me dio otro beso y me dejó seguir trabajando aunque anduve pensativo durante todo el tiempo que estuvimos en ese lugar. Cuando terminamos fuimos a decirle a la directora para que nos pagara, llamó a la maestra Tania, esta fue con nosotros para verificar que todas las computadoras prendían mas rápido, aprobó nuestro trabajo y mientras nos pagaban le presté atención a Tania, no estaba nada mal, parecía tener buen cuerpo aunque por estar en el trabajo no lo mostraba demasiado, antes de irnos, Tania dijo: ¡espero tenerte en mi casa pronto!, hizo el sonido de una maquina y comenzó a reírse, Diana también lo hizo pero no le dije nada.
Anduve pensando mucho en la oferta que me hicieron ambas mujeres pero seguía sin animarme a intentarlo,.
Después de dos semanas recibí una carta, en la carta me contaba lo bien que se encontraba esa persona, que en unos días me visitaría pero no decía quien era, había cosas que me desconcertaban de la carta y no podía saber quien era la que me escribió esa carta, Diana leyó la carta pero dijo que estaba igual que yo, tuve que esperar otra semana para recibir otra carta, esta vez llegó a casa de mi madre, la carta decía que ya estaba ahí, que le marcara a un numero que dejaba y que tal vez así sabría quien era, marqué al numero pero no me contestaron después de tres intentos, lo dejé así y pensé en intentarlo al día siguiente, antes de dormirme sonó mi teléfono, tenía mensajes de un numero extraño pero parecía ser quien me mandaba las cartas, no tenía foto de perfil pero dijo que quería verme al día siguiente, me pidió que llegara a una hora a determinado lugar, me dio unas indicaciones y me dijo que esperaba que si llegara, nos despedimos y traté de no concentrarme en saber quien era para poder dormir de manera adecuada.
Al día siguiente le conté a Diana, se puso contenta de que por fin sabríamos quien era la que había mandado las cartas, tuvimos un día bastante tranquilo, por la tarde fui a mi casa, me arreglé para conocer a la chica misteriosa de las cartas, llegué al lugar indicado, entré bastante nervioso, pregunté por un numero de departamento, la chica me entregó unas llaves y antes de irme me dijo que esperara, sacó una bolsa y me la entregó, le di las gracias y subí por las escaleras, encontré el numero que me habían indicado, abrí la bolsa y había un antifaz, puse la llave en la cerradura, saqué mi teléfono para activar el lector de pantalla que utilizan las personas ciegas, habíamos tenido un proyecto en la escuela y aprendimos a utilizarlo básicamente, jamás pensé que lo utilizaría pero en ese momento sería necesario, me puse el antifaz, giré la llave y entré, al entrar sonó mi teléfono, lo qué y me pidieron que caminara de frente hacia la cama, me pidió que no hiciera trampa, con mucho miedo caminé y encontré la cama, sonó mi teléfono y me pidieron que esperara, decidí sentarme, escuché la puerta abrirse, luego escuché pasos pero no venían directo a mi, después de esperar un poco, alguien se pasó por detrás sobre la cama, me habló al oído y dijo: ¿me extrañaste?, no estaba seguro de quien era esa voz pero ella parecía muy confiada, me felicitó por no hacer trampa, luego se bajó de la cama, se paró frente a mi, me levantó de la cama y me sentó en una silla giratoria, me quería sacar el antifaz y salir corriendo pero me sentía muy tranquilo, ella me quitó el antifaz pero me pidió que no volteara, el departamento estaba bastante agradable, me pidió que intentara adivinar quien era, le dije que era Andrea y luego fue caminando para quedar de espaldas frente a mi, al verle el cabello tan corto le dije: ¡lo sabía, si eres Andrea!, ella comenzó a reírse, luego se giró y no podía creerlo, era Karla, estaba vestida con una especie de uniforme militar negro, se veía increíble con el cabello tan corto, me levanté de la silla y ella caminó para abrazarme, metió sus dedos entre mi cabello y dijo: ¡no has cambiado nada!, sigues estando todo pachón, yo no dejaba de abrazarla, le pedí tocar su cabeza y ella misma llevó mi mano hacia su cabeza, después de acariciarla me dijo: ¡deberías probar algo parecido!, ¡tú tampoco has cambiado nada!, comenzamos a reírnos un poco, le pregunté por qué no habíamos ido a su casa, en lugar de estar ahí, dijo que no quería causarle ningún infarto a su madre, entendí perfectamente a lo que se refería, estuvimos hablando un rato y me propuso trabajar con los militares, me decía que podía ser muy buena oportunidad de trabajo, estaban buscando a gente que supiera sobre sistemas y podría ganar bastante bien, aparte de que no tendría que andarme moviendo cono otros o al menos no constantemente, le dije que no podía aceptar esa propuesta, sería dejar completamente sola a Diana, Karla me insistió en que debía aceptar la propuesta, me confesó que al saber que había una oportunidad de que volviéramos a estar juntos no quizo dejarla escapar, que esa era la razón principal de que hubiera viajado, me sentía demasiado contento de escucharla, nos tiramos sobre la cama y ella no dejaba de acariciar mi cabeza, me dijo: no sé si podré convencerte de irte conmigo, tampoco sé si tendré mas oportunidades de vernos, lo que si sé es que tengo que decirte algo, ¡suéltalo!, ella comenzó a reírse y dijo: ¡siempre me gustaste!, ambos éramos demasiado tímidos entre nosotros, yo creía que en algún momento te animarías a pedirme que fuera tu novia, tontamente idealicé que tenías que ser tú quien lo pidiera y nunca lo hice yo, no hubiera tenido nada de malo hacerlo, o al menos eso lo entendí hasta que me fui, ¿de verdad lo dices enserio?, ¡sí, ¡pues tu también me gustabas mucho, nunca tuve el valor de decírtelo, pero sentía que mi cabello siempre sería un motivo para pelear, ¡la verdad si!, creo que en el fondo eso fue lo que me hizo esperar a que tu como hombre te declararas, nos abrazamos y le dije: ¿aún sería eso un impedimento para irme contigo?, ¡sí, por desgracia si, pero antes de que pienses mal, es porque allá te lo quitarían de todos modos, tampoco creo que lo hicieran de una manera muy agradable la verdad, no tienes idea de como he visto llorar a toda clase de personas cuando les toca perder el cabello, yo lo disfruté mucho, pero es porque soy rara, creo que tengo un fetiche con eso, siendo sincero siempre pensé que había algo raro en ti pero no sabía lo que era, ella comenzó a reírse y me dijo: ¡tú no estás muy bien que digamos!, crees que no me di cuenta de como te pusiste la vez de mi despunte, pero sobre todo la vez en la que mentí con la apuesta, ¡yo sé que te gusto mucho verme!, por eso aceptaste que te lo cortaran, yo me puse rojo y ella dijo: ¿puedo confesarte algo?, asentí con la cabeza, y ella dijo: en esa ocasión que aceptaste hacerte un corte, ¡lo que de verdad deseaba era verte perderlo todo!, pero sabía que me odiarías si pedía eso, hubo un silencio durante varios segundos hasta que le dije: ¿y quisieras poder cumplirte ese gusto?, ¡te mentiría si te digo que no!, ¡me encantaría poder ver eso!, acerqué mi cara a la suya, la besé y le dije: ¡quiero hacerlo¡, :estás seguro?, ¡sí, estoy seguro!, ?lo perderías todo si así lo quiero?, ¡si eso deseas si!, ella me abrazó, me besó y me dijo: ¡siéntate en la silla!, me sorprendió su intensidad, nos levantamos de la cama y ella me llevó a la silla, se alejó para ir por algo, al verla caminar hacia la silla me sentí demasiado excitado, ella se dio cuenta y me abrazó por detrás, nos miramos en el espejo y me dijo: ¿estás seguro de lo que voy a hacer?, traté de mostrarme seguro y le dije que si, ella sacó una capa de un cajón, me la puso y no pude evitar pensar que esa capa destacaría mi cabello, ella fue por la maquina que dejó sobre el tocador, puso algo en la maquina y luego la conectó, cuando se dio la vuelta le pregunté: ¿sabías que lograrías convencerme?, ¡no, la verdad no!, este lugar es de una amiga, se lo pedí prestado para encontrarnos pero es coincidencia que esto parezca una estética, la maquina si es mía, pero ahorita que abrí el cajón noté que hay un estuche de otra, ¿que suerte la tuya!, se acercó para darme un beso, luego alborotó mi cabello con sus dedos, se pasó detrás y no pude evitar sentirme un poco intimidado, ella colgó con cuidado la máquina en i cuello, sacó un peine de su bolsa y comenzó a desenredarlo por si acaso para no jalarme cuando utilizara la maquina, se veía como disfrutaba Karla pasando el peine por mi cabello, cuando consideró que ya era suficiente guardó el peine, tomó la maquina, la encendió para probarla, el zumbido llenó el lugar, empecé a temblar, ella apagó la maquina, me dio un pequeño masaje y me dijo: ¡tranquilo!, pasaré primero la maquina dejando lo mas que se puede, ¡está bien!, Karla inclinó mi cabeza al frente, encendió la maquina, con una mano levantó mi cabello de la parte posterior y cuando estaba a punto de pegar la maquina con mi cuello me preguntó: ?estás listo?, ¡si me dices que no, lo entenderé perfectamente!, ¡comienza rápido por favor!, ella sonrió y la maquina se pegó contra mi cuello, subió lentamente y me moví un poco, pensé que ella se detendría pero no lo hizo, metió por segunda vez la maquina, empezó a caer un montón de cabello sobre la capa de color amarillo, la maquina subió por tercera vez y traté de calmarme, la sonrisa de Karla nunca había sido tan grande, siguió pasando la maquina hasta que sintió que ya no cortaba mas del limite, dejó de inclinar mi cabeza y me preguntó: ¿estás bien?, si, creo que no se siente tan mal, se puso contenta y me dio un beso rápido, se paró del lado izquierdo, levantó mi patilla con los dedos y subió la maquina hasta mi sien, eso se sintió bastante mejor que todo lo anterior, empezó a seguir pasando la maquina y le dije: ¿sabías que he tenido propuestas para cortarlo?, ?enserio?, si, Diana hasta me dijo que se raparía si yo lo hacía, Karla comenzó a reírse y me dijo: ¡pero yo soy la única que logró convencerte!, su sonrisa era aún mas grande al enterarse de que ni alguien como Diana me había logrado convencer, no le duró mucho la parte posterior de mi oreja y se pasó al lado derecho, levantó la patilla y comenzó a repetir el proceso del lado izquierdo, no dejaba de caer cabello, ella me dijo que tenía mucho mas de lo que aparentaba, no supe que decirle, ella siguió cortando detrás de mi oreja, no tardó mucho en terminar con esa parte y quedaba la parte superior, Karla se paró frente a mi, pude notar que tenía bastante mejor cuerpo que antes de que se fuera, se dio cuenta de que la miré, pegó mi cara a sus pechos, luego los alejó, me besó de una manera que no me esperaba, puso sus dedos para levantar mi flequillo y puso la maquina al lado izquierdo de mi frente, cerré los ojos, cuando los abrí ella deslizó la maquina hacia atrás lentamente, cuando la maquina se despegó de mi cabeza comencé a sentirme extraño, ella pasó la maquina un poco mas a su derecha y la sensación fue increíble, yo no podía creer que me estuviera gustando lo que hacía, dio la siguiente pasada y me dijo: ¡te vas a ver mejor de lo que creía!, me puse contento de escuchar aquello aunque seguía con un poco de miedo de que se equivocara, ella fue quitando el resto de cabello que me quedaba en la parte superior y con cada pasada me sentía algo mas excitado, ella terminó y pasó su mano por mi cabeza, me dio un beso y dijo: ?quieres que continué o crees que ya fue mucho?, antes de responderle ella sacó mi mano de la capa, me hizo tocar su cabeza y luego la mía, me dijo que el de ella era mas corto que el mío, al menos en los laterales, le pedí que me diera otro beso y le dije: ¡no vuelvas a preguntar, solo corta hasta que estés contenta!, me dio otro beso y fue rápidamente a cambiar el protector de la maquina, volvió y mientras se pasaba detrás acarició mi cabeza, la inclinó y sin decirme nada comenzó a subir la maquina desde la base de mi cuello hasta la coronilla, comenzó a caer mucho cabello, no igual que antes pero aún así parecía mucho, Karla deslizaba la maquina lentamente y yo empezaba a tener una erección debajo de la capa, cuando terminó con la parte posterior se pasó del lado izquierdo, mientras subía la maquina desde mi patilla hasta la sien me dijo: ¡lo que te pasa es normal!, ¡yo estoy igual que tú!, no pude evitar reírme de que supiera lo que me pasaba, por alguna razón mientras terminaba detrás de mi oreja le pregunté: ?cuando aprendiste a utilizar la maquina¿, me confesó que hizo amistad con la encargada de la barbería del cuartel, que ella la vio tan interesada de ver que le ofreció enseñarle un poco, no desaprovechó el ofrecimiento y cada que tenía tiempo iba para que le explicara y después cuando entraban nuevos y se llenaba de trabajo, la mandaba a llamar para que apoyara, así fue aprendiendo y después aprendió a hacer otros cortes aunque todos eran muy cortitos, me dio gusto que me contara sin problema, cuando estaba terminando detrás de mi oreja derecha me dijo: ¡si vas a llorar este es el momento justo!, lo que sigue es la parte superior pero ya voy directo, comencé a reírme, le dije: ¡si no lloré hasta ahora, no creo que lo valla a hacer!, ¡yo te lo advertí, ¡no me digas que no lo hice!, terminó de cortar detrás de mi oreja, comenzó a pasar su mano por la parte posterior, aquello se sentía extraño, aunque hay que admitir que se sentía bien, ella se veía muy sonriente en el espejo, yo no me había dado cuenta hasta ese momento de lo corto que ya era mi cabello, ella sacó su teléfono, me tomó una foto, luego me la mostró y pude ver bien lo corto que era mi cabello, quedaba una especie de sombra, guardó el teléfono y sin darme mucho tiempo encendió la maquina aunque no me di cuenta de que acababa de quitarle el protector, ella me dio un beso bastante largo, colocó la maquina sobre mi frente y la llevó lentamente hasta atrás, aquello hizo que mi erección comenzara a hacerse mas grande, sin poder evitarlo solté lagrimas, ella no se detuvo y volvió a colocar la maquina para llevarla hasta atrás, con una mano acariciaba mi cabeza para terminar de tirar el cabello, esa misma mano la usaba después para ponerla detrás de mi nuca y pasaba la maquina nuevamente desde el frente hasta atrás, yo no dejaba de soltar lagrimas, ella seguía cortando lentamente y pasando su mano para seguir tirando los restos que quedaban, terminó de cortar la parte superior y me pidió disculpas por pasarme la maquina directa, pero dijo que no podía echarse para atrás después de que le dije que cortara lo que deseara, me dio otro gran beso, me dijo que cortaría los laterales y parte posterior para que quedaran iguales, me preguntó si quería tocar para sentir la diferencia, dudé con mi respuesta pero ella no lo hizo, tomó mi mano y la fue pasando para que sintiera la diferencia, limpió mis lagrimas y cuando se preparaba para comenzar a pasar la maquina del lado derecho se escuchó un ruido en la puerta, ella trató de seguir y entraron 2 personas o al menos eso me dio la impresión, una de ellas se disculpó con Karla, esta le dijo que no pasaba nada, de pronto me sentí observado y Karla me dijo: sé que no es el mejor momento pero te quiero presentar a mi amiga, es la que me prestó este lugar, se llama Tania, Tania se acercó para saludarme, acarició mi cabeza y dijo: ¡pues no fui yo directamente pero tu cabello está quedando en mi piso!, no podía creer que ellas se conocieran, Tania me pidió dejarle utilizar la maquina en mi cabeza, yo no sabía que decir, de pronto escuché que alguien dijo: ¡si la dejas a ella yo quiero cortar un lado!, era Diana, Karla les dijo que le había costado mucho convencerme como para que quisieran ellas quitarle el privilegio de cortarlo todo, luego comenzó a reírse, Tania volvió a pedirme permiso para que fuera ella la que continuara, acepte su oferta, así ninguna quedaría descontenta de no haber podido cortar nada, Tania tomó la maquina y comenzó a pasarla lentamente por el lado derecho, yo estaba mas tranquilo, Diana se acercó y me dijo: ¿lloraste poco?, quería decirle que popero no pude mentirle, le dije que si, ella acarició mi cabeza con cuidado para no molestar a Tania, se pasó su mano por el largo cabello rubio y me sonrió, no pude evitar preguntarle: ¿te lo puedo cortar?, su cara de sorpresa me hizo querer reír, acaricio mi cabeza y se alejó un poco para decirle algo a Karla, Tania disfrutó mucho cortando todo el lado derecho, terminó con la parte detrás de la oreja y le dijo a Diana: ¿vas tú o continúo yo?, Diana corrió para quitarle la maquina, se pasó del lado izquierdo y comenzó desde la patilla hasta la sien, se notaba que lo estaba disfrutando, su mano izquierda no dejó de tocarme la parte superior intentando que no me moviera pero también por la sensación que sentía ella al tocar mi cabeza, no tardó mucho en igualar el lado derecho con los otros dos que ya estaban cortados, Diana volteo para mirar a Karla, esta estaba seria, le sonrió y asintió con la cabeza, no sabía muy bien lo que significaba pero lo descubrí rápido, Diana puso su mano en la parte superior, se paró detrás mío, inclinó mi cabeza y comenzó a pasarme la maquina desde la base del cuello hasta la coronilla, dio varias pasadas lentamente hasta que no dejó nada, Karla se acercó, acarició mi cabeza y le pidió la máquina a Diana, la pasó rápidamente por toda mi cabeza para asegurarse de que no habían dejado nada, al terminar fue a dejar la maquina en el estuche, sacó la crema de afeitar y me sonrió, : ¿puedo aplicarla en toda la cabeza o solo para el contorno?, Diana le dijo: ¿se irá con nosotros entonces?, Karla me besó, y dijo: ¡si se afeita todo ya no hay motivos para quedarse!, o al menos eso creo, yo no sabía si dejarla afeitarme, eso no lo tenía previsto, aunque tal vez podía entenderse que si cuando le dije corta lo que desees, Karla estaba esperando mi respuesta cuando Tania intervino, ¡yo creo que ya hizo lo mas difícil!, no deberías de preguntarle, ¡lo quiero demasiado y por eso le pregunto!, Karla me miró a los ojos ame dijo: ¡si quieres me rapo también!, pero me dejas afeitarte si lo hago, Tania se acercó y dijo: ¡aféitate y nos verás rapadas a las dos!, al escuchar esas palabras no dudé en decir que si, Karla no esperó nada y empezó a aplicarme la crema de afeitar, sacó un rastrillo y comenzó con la parte posterior, escuchar las navajas cortando lo que pudiera quedar de cabello me excitó demasiado, tuve que lograr contenerme frente a ellas, Karla me afeitó muy delicadamente toda la cabeza y luego volvió a aplicarme crema, dio otra pasada en sentido contrario y cuando terminó utilizó algo para quitarme los restos de la crema, no dejaba de tocarme la cabeza, me abrazó y me besó, me quitó la capa para llevarme frente a un espejo mas grande, pude verme y me gustaba mucho, Tania dijo: ¡te dije que te quedaría bien!, Karla tomó unas fotos y me dijo: ¡me raparé para tener fotos de los dos iguales!, la abracé y ella acarició mi cabeza, Tania tomó una foto mientras estábamos así, en ese momento sonó un zumbido en la habitación escuchamos que la maquina desprendió cabello y cuando volteamos a ver a Diana nos dijo: ¡ustedes no se apuran y yo ya quiero cumplir con lo que prometí!, Karla le dijo que no era necesario pero Diana dijo que igual cuando estuviera en el cuartel se lo cortarían, me miró y dijo: ?lo quieres cortar tú?, Karla me dijo al oído, ¡sabes que quieres hacerlo!, me dirigí hacia la silla, Tania me ayudó a colocarle la capa a Diana y comencé a raparla como quería, mientras la rapaba me di cuenta de todo el cabello que me había cortado Karla y no pude evitar sorprenderme, aunque gracias a Diana lo mío estaba quedando cubierto por el de ella, cuando terminé Tania tomó la maquina y se aseguró de que no le quedara ningún cabello sin cortar, le preguntó si la dejaba igual que a mi, le dijo que si, Tania la afeitó con mucho gusto y después le tomó fotos, durante ese tiempo me mantuve en la cama acostado con Karla mientras ella no dejaba de acariciar mi cabeza, cuando terminaron con las fotos de Diana ambas dijeron que nos dejarían un rato solos por si queríamos ponernos cariñosos, Tania sacó un gorro para Diana y se fueron del departamento, al quedarme solo con Karla ella me dijo: ¿te irás conmigo y Diana verdad?, ¡por supuesto que si!, me pidió que le ayudara a juntar todo el cabello para tirarlo, después de quitarlo todo me dijo: ¿quieres raparme para estar iguales?, no sabía que decirle, con el corte estilo pixie me parecía demasiado linda y sexy, estaba pensando mi respuesta cuando ella me tomó del brazo, fuimos al tocador que estaba frente a la silla, ella tomó la maquina y se sentó en la silla, me jaló hacia ella para besarla y me dijo: ¡nunca me he rapado!, al ser chica me pasaron la maquina pero no directa, si te soy sincera era el motivo por el cual quería entrar con los militares, era la manera mas fácil de que pudiera tener el cabello cortito como siempre lo quise, yo estaba algo nervioso, ella acarició mi cabeza, me entregó la maquina en la mano y me dijo: ¿me quieres hacer la mujer mas feliz?, yo asentí con la cabeza y me dijo al oído: ¡rápame toda!, ¡siempre soñé con esto!, ¿estás hablando enserio?, ¡sí, rápame por favor!, la abracé y fui por la capa para ponérsela, una vez que estuvo lista vi su sonrisa en el espejo y entendí que si lo deseaba, comencé a pasar la maquina desde la base de su cuello hasta su coronilla, mientras lo hacía ella me dijo que numero le habían pasado en esa parte, fue haciendo que yo me sintiera bien mientras le pasaba la maquina, cuando empecé con su lado izquierdo me contó que el día. Antes de acompañarla cuando mintió con su apuesta, soñó con que ambos quedábamos rapados, que yo me animaba a intentarlo y ella tomaba mas confianza de la que llevaba, no podía creer lo que me contaba, le pedí perdón por ser tan cobarde en aquella ocasión, me dijo que no me preocupara, que le agradaba mucho que que sueño se estuviera cumpliendo, no tardé mucho en pasarme a su lado derecho y cuando terminé le pregunté si estaba lista, ella dijo que siempre estaba lista, le di un beso y comencé a llevar la maquina desde su frente hasta atrás, la parte superior la tenía algo mas larga pero la maquina desprendió mucho con la primera pasada, ella comenzó a soltar lagrimas, me detuve pero me pidió que no lo hiciera, que era de felicidad no de sufrimiento, continué dando pasadas hasta que no quedó nada y me pidió que pasara lentamente la maquina por toda la cabeza para que no quedara nada, lo hice, al terminar ella estaba muy contenta, se veía muy bien, se quitó la capa ella sola y se levantó para abrazarse conmigo, acaricié su cabeza y me pidió que nos tomáramos nuevamente fotos, lo hicimos frente al otro espejo y al terminar mandó un mensaje a las chicas, nos metimos a bañar juntos, ahí me di cuenta de que efectivamente el ejercicio le había venido muy bien, ella también se dio cuenta de que yo entrenaba y cuando salimos del baño nos fuimos directo a la cama, comenzamos a besarnos, acariciarnos y ella me pidió que le hiciera sexo oral, lo empecé a realizar sin dudarlo y cuando me di cuenta ella utilizaba sus piernas para sentir mi cabeza suave ente sus muslos, se notaba que ella lo disfrutaba y continuamos experimentando cosas con nuestros nuevos cortes, yo hice al final que ella se sentara sobre mi, mientras lo hizo comencé a lamerle su nuca y ella se volvió loca, esperé hasta que se corriera y cuando lo hizo me tiré hacia atrás para seguirla lamiendo mientras jugaba con sus pechos, cuando se calmó la solté para irnos al baño, nos vestimos y al poco rato regresaron las chicas, al ver rapada a Karla Diana no dudó en decirle lo bien que se veía, Tania dijo que ya se sentía mal de no estar igual que nosotros y dijo que pensaría en hacerlo antes de que nos fuéramos. Pedimos de cenar y Tania se ofreció a levantar el cabello de Karla, estuvimos cenando y hablando hasta algo tarde, por suerte era fin de semana y podíamos quedarnos para desvelarnos:
Al día siguiente comenzamos a preparar algunas cosas para irnos y Karla fue a ver a su madre, grabó con una cámara oculta la reacción de su madre al verla rapada, al inicio quizo llorar pero después le dijo lo bien que se veía, Karla se llevó una sorpresa muy grande también al ver que su madre ya no tenía largo el cabello, se veía muy bien con el cabello corto y le confesó a su hija que siempre le dio miedo, que nunca entendió que motivos podía tener para irse a la escuela militar pero que después de tanto pensarlo llegó a la conclusión de que quizá era lo del cabello, terminaron haciendo las pases, Karla le contó lo de la apuesta falsa y su mamá la entendió, acordaron que Karla iría a visitarla cada que pudiera, le contó que me llevaría con ella y se puso muy contenta de saber que al fin estaríamos juntos.
Al día siguiente por la tarde nos fuimos a despedir de Tania, al llegar a su departamento nos llevamos la sorpresa de que se había cortado todo el cabello, dijo que quería pertenecer a nuestro grupo, nos tomamos fotos con ella y después de un rato fuimos a la terminal de autobuses para irnos con Karla, no dormí mucho durante el viaje por los nervios de que no pasáramos la prueba para poder entrar a trabajar en ese lugar,…
Al llegar al lugar después de varias horas de viaje Karla mostró una credencial y habló con la chica de la entrada, antes de que termináramos de pasar le dijo a Karla que se veía muy bien, le dio las gracias y continuamos caminando, Karla nos llevó hacia el lugar en que debíamos presentarnos, entramos y nos recibió un hombre que parecía bastante bien entrenado, nos hizo algunas preguntas, entregamos los documentos que nos pidió y nos dijo que esperáramos afuera un rato, salimos dejando nuestras maletas en ese lugar y apareció Karla nuevamente, acarició mi cabeza y me dijo: si pasa la prueba prométeme que me dejaras quitarte todo el cabello cada que quiera, no sabía que responder y Tania le dijo: ¡no te tiene que prometer nada, ¡tiene que dejarse porque no hay posibilidad de que no pase la prueba…!



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