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salvado por Zamanta by FCM Historias


Llevaba toda la vida logrando que no me pasaran una maquina por la cabeza pero todo estaba a punto de cambiar…
Iba en la preparatoria y había logrado que mi madre no me mandara o pidiera nunca un corte de pelo con la maquina, cuando ella consideraba que estaba largo me lo mencionaba yo rápidamente le decía que me diera dinero para ir, así no tenía que cortarlo demasiado y solo lo justo, tenía algunas amigas que siempre intentaban que yo cortara mi pelo pero no consiguieron nada ni cuando las acompañaba, todo era perfecto, yo lograba ir con ellas cuando cambiaban sus cortes, aquello me causaba mucho morbo pero yo siempre me salía con la mía, hasta que conocí a zamanta, ella llegó un día a la casa pidiendo algo de la despensa, cuando la vi me llamó mucho la atención, era algo alta, un pelo largo y oscuro, tenía unos ojos de color café claro, test blanca y parecía tener buen cuerpo, o al menos muy buenas tetas, me dijo que se acababa de mudar a la colonia, que vivía en las casas de enfrente en la que había un local, aquel lugar había estado abandonado por mucho tiempo, le di lo que me pidió y cuando ya se marchaba me volteó a ver y me dijo: ¡tienes lindo cabello!, ojalá me dejes cortarlo algún día, solo me reí ella se marchó y pude darme cuenta que tenía un lindo trasero bien formado, le conté a una amiga y me dijo que ojalá le hiciera caso para que terminara sin pelo, me estuvo molestando un poco y no dejé de pensar en Zamanta, pasaron unos días y en un día que regresaba de la escuela vi que había algo raro en aquel local, decidí cruzar antes para voltear disimuladamente y cuando pasé frente al lugar me di cuenta de que ahora había una estética, aquello me puso muy nervioso y no pude evitar salir rápidamente de aquel lugar, llegué a mi casa bastante alterado y mi madre me preguntó si me encontraba bien, le dije que no se preocupara pero me quedé pensando que tal vez a eso se refería zamanta con lo de dejarle cortar mi pelo.
Pasó casi una semana y cuando regresaba de la escuela me encontré con zamanta, ella iba saliendo de la tienda que se encontraba en la misma calle que vivíamos, ella me habló y cuando la miré me dijo que era yo un grosero, que le ayudara a cargar lo que llevaba, me dio un galón de agua y una bolsa, la acompañé hasta su casa y me dijo que dejara las cosas sobre un sillón, yo estaba preocupado de que ella intentara sentarme en su silla, traté de no prestar atención al lugar,, ella me dio las gracias por ayudarle, acarició mi pelo y antes de que dijera algo su mamá me saludó , me dio las gracias por prestarle a su hija lo que me pidió cuando llegaron, le dije que no había problema, aproveché para despedirme, salí casi corriendo del lugar y esperé un poco para entrar a mi casa, mas tarde mi mamá me dijo que había conocido a la vecina de la estética, parecía muy amable, me dijo que se llamaba Lorena y su hija zamanta era de mi edad, pero con lo de la mudanza estaba esperando a que terminaran de acomodarse para regresar a la escuela, me quedé sorprendido de que fuera de mi edad pero me daba miedo que terminara por entrar en mi escuela y no dejara de querer convencerme de cortarme el pelo.
Después de dos semanas de haberme enterado que Zamanta era de mi edad, pasó lo que mas temía, estaba en la escuela cuando entró la directora a nuestro salón, nos presentó a la nueva compañera, al decirle que eligiera lugar ella se dio cuenta que había lugar a mi lado y se fue a sentar conmigo, me saludó y cuando nadie la vio acarició mi pelo y me dijo: ¡espero que nos llevemos bien!, pensé que diría otra cosa pero no lo hizo, mas tarde mientras estábamos en el receso entré al salón, ella estaba hablando con la maestra que nos daría la siguiente clase, yo iba pasando y la maestra dijo: ¡ojalá que le cortes el pelo a este chico!, si no fuera porque saca buenas calificaciones y porque se corta lo suficiente para cumplir con las reglas, ya lo hubiéramos mandado a la peluquería a la fuerza, Zamanta solo me miró y comenzó a reírse,, me salí del salón para dejarlas que siguieran hablando y tuve el presentimiento de que no terminaría bien haberla conocido.
Poco a poco me llevaba mas con Zamanta, increíblemente ella nunca me molestó con mi pelo, solo lo acariciaba y cuando se podía me elegía para trabajos en equipo, terminaba pasando por su estética pero nunca me insinuó nada, su mamá si me dijo que cuando lo requiriera podía llegar, que se llevaba muy bien con mi madre y no me cobraría.
Aunque Zamanta no me pedía dejarme cortar el pelo, mis amigas si me decían que lo hiciera, me comentaban que ella era muy buena y yo solito comencé a torturarme psicológicamente, eso afectó mis calificaciones, sin darme cuente bajé mi rendimiento, al hacerlo comenzaron mis problemas, la maestra que había hablado con Zamanta fue convenciendo a la directora para que no siguiera conservando ese privilegio de que no me mandaran a la peluquería, la directora me llamó y me hizo muchas preguntas sobre lo que pasaba pero no tenía una buena respuesta, ella dijo que debía volver a mi rendimiento o podría haber consecuencias, no mencionó cuales eran las consecuencias y eso me hizo estar tranquilo.
Llegaron los siguientes exámenes y continué saliendo mal, me llevaba mucho mejor con Zamanta pero eso no evitaba que siguiera pensando que en cualquier momento ella me cortaría el pelo, la maestra se enteró que seguía saliendo mal, volvió a insistir con la directora, sin que me enterara llamaron a mi madre para que supiera del problema y decidieron esperar a que terminaran los exámenes para ver si lograba mejorar, lo hice en varias pero en la de la maestra no creía poder, ella me mandó a llamar, hablé con ella, me dijo lo que pretendía hacer si no lograba pasar bien su materia, acordamos que si volvía a salir bien no pasaría nada pero dependiendo de mi calificación vería que decirle a la directora. Se llegó el día del examen y me ganaron los nervios, salía que saldría mal pero no quise preocuparme, la maestra no me dijo nada pero se estaba planeando todo en secreto.
Por la tarde estaba en mi casa intentando estudiar para el examen que aún quedaba, escuché que tocaron la puerta, mi madre abrió y pareció hablar un rato con la persona, de pronto entró en mi cuarto y me dijo: ¡creo que llegó la hora de que pierdas ese cabello bonito!, necesito que salgas y vallas con Zamanta, agarré una sudadera y fui a la entrada de la casa, Zamanta vio mi cara, me dijo que me calmara, me tomó del brazo y caminamos a su casa, entramos a la estética, ella me dijo: ¡yo sé que puedes odiarme por lo que haré!, pero quiero que sepas que hago lo mejor para ti, le pedí una explicación mientras ella me sentaba en su silla, luego sacó su teléfono y me mostró unos audios de la maestra Tania hablando con la directora y la directora había aceptado su propuesta, se hablaba de llevarme con el peluquero cercano a la escuela y pedirle un corte militar o rapado por completo, creían que esa sería la solución adecuada para que recuperara mis buenas notas, ella me miró y dijo: ¿confías en mi o quieres esperar a mañana!, comencé a llorar un poco y me dijo: yo sé que detestas la idea pero te prometo no pasarme, -¡desde que te conocí tenía miedo de terminar en esta silla!, eso fue lo que me llevó a dejar de centrarme en mis estudios, ¿y crees que sea por miedo a mi o por miedo a que te guste?, -¡pues no lo sé!, solo sé que tengo miedo y punto, ella me abrazó y sonó su teléfono, era su madre, hablaron un poco y ella pareció sorprendida, colgaron, después de guardar su teléfono me dijo: ¡mi madre te quiere rapar!, -¡estás bromeando!, -eso quisiera, ¡pero te juro que es verdad!, dice que le marcaron y le pidieron hablar con tu mamá para que te cortara el pelo, obviamente mi mamá quiere todo tu pelo, dice que te vas a ver muy bien y que le trae muchas ganas a tu pelo, en una hora que regrese planea ir con tu madre para convencerla de que vengas para que te haga un corte, aunque volverás sin nada a tu casa, ella sacó la capa del cajón y me preguntó: ¿puedo cortarlo yo?, ¡te prometo dejar suficiente!, lo pensé un poco, ella me puso una tira, luego la capa y le pregunté: ¿desde cuando aprendiste a cortar?, -pues llevo unos dos años cortando, practiqué desde muy chica pero hasta hace dos años consideró mi madre que ya podía cortar formalmente y por eso puso la otra silla, ella sacó un peine y desenredó mi pelo, dijo que medía unos 15cm, pero que con lo bien que lograba acomodarlo no parecía tan largo, cuando terminó de desenredarlo le dije: ¡te juro que no lo cuido ni me peino!, lo único que hago es bajarlo y se acomoda así, ella se empezó a reír mientras buscaba algo en el cajón, cuando lo encontró descolgó una maquina, se lo puso, fue conmigo y me dijo: ¡quiero que estés tranquilo!, sé que nunca te pasaron una de estas en tu cabeza pero te prometo que quedará algo, respiré profundo, ella encendió la maquina, se paró detrás y con una mano levantó lo que cubría mi cuello, puso la maquina pegada a mi cuello, comenzó a subirla con cuidado, llegó hasta la mitad y volvió a bajarla para cortar a un lado de lo que había cortado primero, me moví involuntariamente, ella solo me sonrió y continuó pasando la maquina, poco a poco iba subiendo hasta llegar a la coronilla, cuando comenzó detrás de la oreja izquierda me di cuenta de todo lo que estaba cayendo sobre la capa, se dio cuenta, me pidió que no me asustara, que me juraba que si estaba quedando algo, decidí creerle, no le dije nada, ella levantó mi patilla y metió la maquina debajo, la llevó hasta la sien, estuve a punto de soltarme a llorar, pero la veía tan concentrada y contenta que no lo hice, ella siguió dando pasadas hasta que quedó conforme, se pasó a mi lado derecho, repitió el proceso hasta terminar detrás de la oreja, sacó una mano de la capa y me hizo tocar un lado, comprobé que estaba muy corto pero si quedaba algo, luego me dijo: ¿puedo cortarlo como yo quiera?, te juro que no te raparé!, me agradaba que me pidiera confiar en ella tanto y le dije que hiciera lo que creyera conveniente, ella fue a cambiar el protector de la maquina, esta vez lo sentí bastante pegado a mi cabeza mientras lo fue pasando alrededor, luego volvió a cambiarlo, repitió el proceso pero llegando un poco mas abajo, volvió a cambiar el protector y realizó lo mismo, seguía sin tocar la parte superior, le quitó el protector a la maquina, con un peine levantó el pelo, comenzó a pasar la maquina sobre el peine y vi caer mucho pelo, me asusté un poco pero ya había perdido el miedo y me había gustado lo anterior, ella siguió levantando y cortando, dejó la maquina y volvió con las tijeras, mojó mi pelo y comenzó a cortarlo con cuidado, parecía ser demasiado buena, siguió cortando, luego lo acomodó para dejarlo de lado, cortó lo que sobresalía, fue detallando poco a poco el tamaño, fue por otra tijera y fue cortando solo en algunos puntos, luego tomó la maquina, levantó con un peine y fue cortando pero como si lo hiciera al aire y solo logrando cortar unos pelos, acomodó el flequillo para que no le estorbara y utilizó la maquina para marcar un poco la frente, eso me dio miedo pero lo soporté, ella volvió a poner protector y a pasarla nuevamente por los lados, repitió todo el proceso y sacó una maquina mas pequeña, fue marcando el contorno y cuando terminó me puso crema de afeitar, sacó una navaja y afeitó esa parte, con mucho cuidado puso crema de afeitar en la parte de la frente, me explicó que estaba haciendo que pareciera que tenía mas entradas para que simulara mi frente mas grande, cuando quedó conforme con el resultado fue por algo para limpiar los restos de la crema, revisó por último que no hubiera cabello mal cortado, fue por las tijeras, cortó unas pequeñas partes, fue por un cepillo extraño, le puso talco y lo pasó or el contorno incluida la frente, luego me quitó la capa, me dijo: ¡ya estás listo!, me levanté para mirarme bien en el espejo, no me reconocía y cuando toqué la parte posterior ella también lo hizo, me dijo que lo había desvanecido, la parte superior la cortó de manera que se acomodara perfectamente hacia el lado derecho, me gustaba el corte le di las gracias y dijo: ¡espero que sea suficiente para salvarte de lo que querían hacerte!, comenzamos a reír, ella me dijo que me metiera a bañar en su baño, que iría a pedirle ropa a mi madre, yo tenía mucha pena pero me terminó convenciendo, me dirigió dentro de su casa y me metí a bañar, ella regresó después de un rato, tocó la puerta para decirme que dejaría mi ropa en la puerta, se fue y la tomé, me cambié, cuando salí ella estaba limpiando pero su mamá acababa de llegar y le estaba diciendo que iría por mi para quitarme todo mi pelo, cuando se giró me vio y se quedó sorprendida, ¿entonces todo eso que estás levantando es lo que le cortaste!, Zamanta le confirmó que si era el mío, ella se acercó, acarició mi cabeza y dijo: ¡te vez muy bien!, pero sigo pensando que no te verías mal sin todo eso que te quedó, Zamanta se rió y le dijo que por favor no fuera a querer arruinar el corte que tanto le costó, le dijo que no se preocupara pero que esperaba que si fuera suficiente para poder salvarme de lo que la maestra y la directora querían, Zamanta terminó de levantar, tomó algo del mueble, le dijo a su mamá que iríamos a su cuarto para algo, una vez en su cuarto me sentó en una silla que tenía para arreglarse, le dije que hubiera sido bueno que me cortara ahí, dijo que le faltaban las herramientas y que había algo de prisa, me dijo que mi mamá la dejó elegir mi ropa, ella tomó un peine, comenzó a acomodar mi cabello, luego sacó algo de un bote y comenzó a aplicarlo, con sus manos acomodó el cabello y luego me giró al espejo, se veía muy bien acomodado, dijo que me había puesto cera y que se encargaría de ponerme en la escuela a menos que nos fuéramos juntos y tuviera oportunidad antes, me tomó varias fotos y subió las que más le gustaron, luego nos despedimos y me fui para mi casa.
Al día siguiente en la escuela se acercaron varias chicas, me felicitaron por mi corte, la maestra dijo que le gustaba pero hubiera querido que la mamá de Zamanta me rapara, la directora también aprobó el corte y en el receso cuando algunas chicas me preguntaban por mi corte llegó Zamanta, se acercó mucho a mi, me dio un beso frente a todas y les dijo que era mi novia, yo le seguí la corriente y cuando se fueron me dijo que era enserio, pero quería decidir sobre mi cabello, que solo lo dejaría crecer pero para poder cortarlo más corto, acepté y con el tiempo volví a mejorar en la escuela.



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