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perdiendo el miedo para la obra 2 by FCM Historias
No podía creer que no me quedara nada de cabello en la cabeza, ¡espero que después de esto ya no tengas miedo a cortarlo¡, no supe que decir, seguía mirándome en el espejo, me gustaba mucho mi apariencia pero también extrañaba mi cabello, me levanté lentamente de la silla, me miré bien en el espejo y me sentí bien, la maestra dijo que mi cabeza no era perfecta de tamaño pero aún así me veía muy bien, me tomó algunas fotos, ¿era necesario quitarlo todo?, si, si lo era, sobre todo la manera en la que lo hice, me acarició la cabeza, le di las gracias por su ayuda, se dio cuenta de que quería irme, se ofreció para llevarme, acepté su propuesta, al llegar a mi casa me entregó la crema, dijo que la utilizara por si acaso, a mi madre le agradó mucho el corte, yo me sentía bien, pero tenía que ir a la escuela al día siguiente, ¡no sabía como me iría!
Al siguiente día me llevé una sudadera, un gorro debajo, algunos se me quedaban mirando pero nadie me dijo nada, en la hora de receso llegó una compañera, ¿puedo quitarte la sudadera?, Tania no había llegado y no quería quitarme nada, mi compañera insistió, luego me quitó el gorro de la sudadera, acariciómi nuca, dijo que se sentía increíble, que ojalá quisiera quitarme todo para que pudiera verme, me volvió a poner el gorro, me dijo que fuéramos a un lugar, acepté ir con ella, era un punto ciego en la escuela, se aseguró de que nadie llegara, me quitó por detrás el gorro de la sudadera, pasó sus uñas con cuidado, me agradó la sensación, quitó el otro gorro, acarició la parte superior, me dio la vuelta y se echó dos pasos atrás, me miraba sonriente, me dijo que le gustaba mucho, que si a Tania no le gustaba la buscara a ella, me ayudó a ponerme todo nuevamente, me dio un beso, aquello me desconcertó mucho, regresamos al salón, el día siguió corriendo normal, ella guardó el secreto, Tania me vio en los ensayos de la obra, llevamos todo normal, ella no me dijo nada, nos despedimos al terminar.
Al día siguiente en la escuela Tania me estaba esperando en la entrada, me tomó del brazo, la seguí al mismo lugar que a mi compañera, me quitó todo para descubrir mi cabeza, me miró y dijo que le agradaba mucho, aunque ella prefería que hubiera quedado algo de cabello, aún así le daba gusto que me hubiera dejado cortar todo mi cabello, me ayudó a seguir de incógnito, la maestra Katia me dijo que quería hablar conmigo en su clase, terminé mi trabajo y nos fuimos afuera, me dijo que debía dejar de ocultarme, que quizá el primer día podía entenderlo pero que ya debía quitarme lo que cubría mi cabeza, o si me sentía demasiado inseguro pues que me lo dejara hasta que quisiera, me pidió disculpas por haberme cortado todo, volvimos a clase, en la salida fui con la psicóloga, le pregunté si ella tuvo algo que ver con mi corte, dijo que si pero que sugirió que fuera progresivo, me quité la sudadera y el gorro, me miró y sonrió, ¡parece que Katia quiso acelerar todo el proceso!, me agrada tu apariencia, no te vez nada mal si me permites decirlo, creo que tienes miedo de que te puedan decir algo pero recibirías puros comentarios positivos, me pidió tocar mi cabeza, se lo permití, ¿te gusta el corte?, si, me gusta como me veo, ¿nos odias por tu corte?, no, no las odio, ¿fue muy traumático el proceso o te gustó?, creo que me gustó, pues entonces solo muéstrate así, ¿por qué no me lo cortaron todo directo y tuvo que ser poco a poco?, el objetivo era que perdieras el miedo, si fue por fases era para ver si te iba gustando, si se notaba que no te agradaba suponíamos que detendrías el corte, pero al ir viendo como tus rasgos quedaban expuestos progresivamente podías aceptarte sin problema, pero comencé llorando, eso era normal, nunca habías recibido un corte con la maquina, tal vez en el fondo lo deseabas pero no querías decirlo, por eso llorabas, porque te estaban ayudando a cumplir con ese deseo oculto, me quedé pensando unos segundos, le di las gracias por toda la ayuda, me abrazó, antes de irme me dijo que le hiciera un favor y me quitara esos gorros, ¡te juro que te vez bien!, me fui, mas tarde en mi casa me di cuenta de que de verdad me gustaba el corte, decidí llevar la sudadera al ensayo, cuando estaba distraído llegó Tania, me quitó el gorro, me sonrió, a todos les sorprendió mi corte, varias chicas dijeron que les gustaba y terrminé de conseguir la confianza que necesitaba, al día siguiente fui a la escuela con la cabeza descubierta, solo recibí buenos comentarios, después de eso todo fue mucho mejor, aunque no sabía como volver a cortarme el cabello, y se acercaba la fecha de la obra.
Faltando una semana hablaron conmigo para que recibiera el corte necesario, en el fondo quería el papel pero me gustaba mi cabello, pensaron que todo lo de la vez anterior había sido en vano, yo sentía que Tania sería la única beneficiada con la obra, parecía no estar tan interesada en mi, solo para que le ayudara a ser la protagonista perfecta, la maestra Katia me dijo que si consideraba que no valdría la pena no hiciera nada, que ella me entendería, pero un día antes de la obra me dijo: ¡eres el mejor para ese papel!, ojalá que quieras cortar ese cabello aunque ella no muestre tanto interés, me dijo que si me terminaba animando le avisara para que me ayudara, salimos del ensayo, Tania me dijo que esperaba que pudiera cumplir con mi parte, me pareció que me estaba presionando, ¡ya veremos!, no le agradó mi respuesta, se fue a su casa, yo me fui con Cindy, que era la compañera que me dijo que la buscara si Tania odiaba mi corte, hablamos sobre lo de la obra, se ofreció para acompañarme a cortarme el cabello pero le dije que no sabía que corte necesitaba, ella lo entendió, cuando terminamos el helado que le invité me pidió acompañarla a su casa, no tuve problema, , al despedimos me di cuenta de que estaba muy cerca de la casa de la maestra Katia, pensé que era el momento justo para hacerlo, caminé en dirección a su casa, le marqué, no contestó, me puse nervioso, realicé nuevamente la llamada, no contestó, creí que eso sería una señal de que no debía hacerlo, estaba parado frente a la estética sin darme cuenta, pensé en hacer la llamada por última vez, cuando escuché una voz conocida, le estaba dando las gracias a la estilista, miré adentro, era la maestra, mis piernas temblaron, la maestra se giró, nuestras miradas se encontraron, me sonrió y me pidió que entrara, no estaba seguro de hacerlo, dio unos pasos hacia mi, acarició mi cabello, ¿venías a buscarme verdad?, asentí con la cabeza, tomó mi mano para llevarme dentro, me presentó a la estilista, su nombre era Vanesa, era rubia, de ojos verdes, cabello a mitad de la espalda, algo alta y de buen cuerpo, giró su silla para invitarme a sentar, seguía dudando si debía hacerlo pero ella me terminó por convencer, intenté calmarme mientras iba por su capa, la maestra dijo que todo saldría bien, pude ver que las paredes eran de un color azul bajo, los sillones de espera eran negros, el piso era blanco, la silla de corte era negra, Vanesa me puso una tira en el cuello, luego la capa y me giró para quedar frente al espejo, me di cuenta de que el mueble era blanco, tenía varias herramientas del mismo color, sacó un peine blanco, desenredó mi cabello, ¿como te lo voy a cortar?, yo no sabía que responder, le dije que lo cortara todo, se sorprendió de lo que dije, echó mi cabello hacia atrás, ¡no te verías nada mal!, la maestra Katia dijo que no era necesario cortarlo tanto, que tenía algo en mente, le dio unas explicaciones a Vanesa, esta las entendió perfectamente, fue a descolgar una maquina, abrió un cajón, sacó un accesorio, se lo puso a la maquina, se paró detrás, inclinó mi cabeza, la maquina se pegó a mi cuello, la encendió, me hizo saltar levemente, sentí como la maquina subió hasta mi coronilla, cayó más cabello del que yo pensaba, esta vez me sentía tranquilo, ella siguió pasando la maquina varias veces hasta que se terminó toda la parte posterior, le preguntó a la maestra si con ese largo era suficiente, le dijo que no, cambió el protector de la maquina, volvió a comenzar, me estaba gustando mucho pero traté de no mostrarlo, pronto comenzó a pasarme la maquina detrás de la oreja izquierda, la dobló con mucho cuidado, ¡no puedo creer que te estés dejando por segunda vez!, yo tampoco me lo creo, Vanesa levantó mi patilla, pasó la maquina hasta la sien, estaba un poco preocupado por la cantidad de cabello, se dio cuenta y me dijo: ¡pero si hasta querías que te lo cortara todo!, tranquilo, todo quedará bien, ¡bien cortito!, dijo la maestra, comenzaron a reírse, Vanesa se pasó del lado derecho, repitió el proceso, yo estaba fascinado con el proceso de mi corte, fue cortando bastante rápido y fue por su pistola de agua, mojó la parte superior, la acomodó hacia el lado derecho, comenzó a cortar lo que sobresalía, cortó lo demás, sacó unas tijeras extrañas, cortó en las partes que vio necesarias, sacó la secadora, la utilizó para darle mas forma a la parte superior, cuando quedó satisfecha fue por la maquina, le puso un protector, inclinó mi cabeza al frente, la maquina subió pero sin llegar hasta arriba, fue haciendo eso por los laterales también, me gustaba mucho que siguiera usando la maquina, tuve una ligera erección, cuando ella sintió que ya estaba todo bien le quitó el protector a la maquina, repitió el proceso anterior pero subiendo aún menos, se sentía muy bien, le dijo a la maestra que estaba dando su propio toque a lo que le pidió para que se viera diferente, la maestra le dijo que estaba bien, pronto fue por una maquina pequeña, la pasó en todo el contorno para darle forma, me aplicó crema de afeitar y con una navaja afeitó el contorno, sacó la maquina nuevamente, utilizó un peine para unir los lados y parte posterior con la superior, luego levantó con el peine algunas partes y con la maquina las rebajó, sacó sus tijeras, fue revisando y cortando para dejar todo detallado, por último dio un repaso alrededor con los diferentes protectores de la maquina, se aseguró de que todo estuviera perfecto, fue por un cepillo extraño con talco, lo pasó por mi cuello y cara, procedió a quitarme la capa, luego la tira, me pidió que esperara un momento fue por algo lo frotó en sus manos y me lo aplicó, dijo que era cera para que se acomodara mejor, terminó de peinarme, ¡ya quedaste listo!, la maestra me mostró una foto de la parte posterior, se veía como el cabello iba de menos a más de abajo hacia arriba, me tomó algunas fotos para mandármelas, Vanesa me pidió permiso para subir alguna también, acepté, la maestra se ofreció a pagar por mi corte, me dio las gracias por confiar en ella, salimos de la estética, me deseó que todo saliera bien al día siguiente, me despedí de ella y me fui a casa.
Al día siguiente Tania no llegó a la escuela, yo anduve tranquilo, en la salida me encontré con la maestra Katia, dijo que andaba nerviosa por la presentación de la obra, me pidió que llegara temprano, me encontré con Cindy antes de irme a casa, me dijo que le agradaba mi corte, aunque a ella si le gustaba que fuera más corto, le dije que si todo salía bien igual y después me podía elegir un corte, se puso contenta y nos fuimos, la llevé a su casa, luego fui a la mía para comenzar a prepararme y comer.
Llegué una hora antes como me dijo la maestra, la mayoría andaba con los nervios a tope, parecía ser el más tranquilo, pasaron unos minutos y escuché una voz familiar, estaba detrás de mi, no quería voltear, cuando me decidí a hacerlo ella también, nos miramos fijamente y no sabía quien estaba más sorprendido, Tania tenía un corte Bob o algo así, su cabello era demasiado corto, no parecía tan contenta con su nuevo corte, pero se veía muy bien, ella pasó una mano por mi cabeza, ¡que bien que si aceptaste hacerte un corte!, ¡lo mismo digo!, no tenía idea de que te lo cortarías tanto, se puso algo roja, se disculpó por dejarme un momento, fue a terminar de arreglarse, una de sus amigas se acercó para decirme que yo tenía la culpa de ese corte, pero que ya me lo explicaría después.
Se llegó el momento de la presentación, tuve que salir con la duda del corte de Tania…