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la mamá de Paola by FCM Historias


Iba en la preparatoria cuando conocí a una chica llamada Paola, era de test blanca, tenía unos ojos color café claro, su cabello era largo y oscuro, no tenía mal cuerpo, nos empezamos a llevar porque ella se enojó con su amiga y se cambió de lugar, el único disponible era a mi lado, no tuve problema en dejar que se sentara ahí, aunque era demasiado tímido para hablarle, tuvo que ser ella quien tomara la iniciativa, poco a poco logró que me soltara más para hablar, decidí invitarla por un helado, no logré hacerlo sin ponerme nervioso, por suerte a ella le hizo gracia, me aceptó la invitación y fuimos después de la escuela, fue bastante más divertido de lo que imaginaba, dijo que se tenía que repetir, lo repetimos por varias semanas durante los viernes, se la pasaba tan bien que sugirió que fuéramos por un café, fue aún mejor eso que lo del helado, seguimos saliendo a lo que ella quisiera y terminamos por ser novios.
Un día acordamos que iría por ella a su casa, me daba miedo que su mamá me hiciera muchas preguntas pero aún así dije que si, llegué algo antes de lo acordado, necesitaba buscar la estética en la que dijo que nos veríamos, mi cabello era largo y me ponía nervioso eso de vernos en ese lugar, pero ya había abierto la boca y no había forma de echarme atrás, encontré una tienda cerca de dónde ella dijo, compré un fresco, pregunté por el lugar, solo tenía que caminar unas casas más, la chica que me atendió en la tienda me dijo: ¡que bueno que buscas ese lugar, ya te hace falta un corte!, le di las gracias por la sugerencia, caminé un poco, vi el lugar, decidí sentarme en el escalón, pero tratando de esconderme, escuché que hablaban dentro del lugar pero no presté atención, también hubo pasos detrás pero no miré en ningún momento, sentí que me tocaron la espalda, pensé que era Paola, al girarme había una mujer joven, era algo alta, de cabello oscuro, test blanca, sonrió, ¿esperas a alguien o esperabas turno?, me puse nervioso, ¡solo esperaba a alguien!, ¡que lastima!, se ve que necesitas un corte, pero si solo estás esperando a alguien no hay problema, antes de entrar alguien la saludó, me pareció familiar la voz, al girar la cabeza vi que era una maestra de la escuela, no dejó de mirarme sorprendida, nos saludamos, la estilista le confirmó que había espacio, al pasar a mi lado me acarició la cabeza, la estilista me dijo que podía entrar para esperar desde su sillón, ¡esa es buena idea!, dijo la maestra María, igual y mientras esperas te animas a pasar por la silla, ambas entraron, la estilista dijo: ¡si quieres pasar puedes hacerlo!, no me agradaba seguir en el sol y decidí entrar, tomé el sillón más cercano a la puerta, vi como preparaban a la maestra, su cabello siempre había llamado mi atención, me sentía extraño a punto de presenciar su corte, presté atención al lugar, el piso era blanco, las paredes también, la silla de corte negra, los sillones igual, todo el mobiliario era negro, el lugar no destacaba realmente pero parecía agradable, agradable, -¿si pago tu corte te dejarías hacer uno?, dijo la maestra,¡creo que no!, -¡no tiene nada de malo y te va a gustar!, lo pensaré un poco, -eso me agrada más, saqué mi teléfono para no mostrarme tan interesado, no había señales de Paola, entré a Facebook para distraerme un poco, cuando me di cuenta ya iba muy avanzado el corte de la maestra, mis ojos se abrieron mucho, la estilista me miró, ¿todo bien?, ¿no te gusta el corte de tu maestra?, -si, si me gusta, solo que no pensé que fuera a ser así, ¡tenía tiempo queriendo probar algo corto!, que bien, es bueno que tenga el valor, el corte continuó, seguí sin creer que fuera tan corto, cuando terminó la maestra se acercó, hizo que tocara su cabello, ¡parece que te dejaron plantado o tal vez quieren que te hagas un corte!, la maestra me tomó de la mano, no sabía por qué no podía poner resistencia, me sentó en la silla, ¡no te preocupes, yo pagaré tu corte!, dijo mientras me ponían la tira y la capa, puedes llamarme Liz si quieres, sacó un peine, desenredó mi cabello, ¡lo tienes muy cuidado!, ¿con un corte escolar bastaría maestra?, -¡yo creo que si, aunque el largo de arriba quedaría mejor con la maquina,ambas comenzaron a reír, tomó unas tijeras, ¡quiero que puedas ver el corte!, colocó sus dedos para levantar mi flequillo, llegaba hasta mi boca, cuando estaba a punto de cortar entró alguien en el lugar, ¿mamá, de casualidad no has visto a…?, ¿a quien?, -¡maestra es usted?, ¡se ve muy bien!, gracias, pero creo que ibas a preguntarle algo a tu mamá, ¿a quien dices que no he visto?, -a nadie ma, me equivoqué, se notaba nerviosa, ¡lo buscas a él no?, dijo la maestra, -¿lo conoces Paola?, -nnnnno, no lo conozco, o quizá si, pero de vista, ¡creo que va en la misma escuela yo!, las tijeras fueron puestas a una altura más corta de lo que ya estaban, -volveré a preguntarte, ¿lo conoces Paola?, si mientes le desaparezco el flequillo, agachó la mirada, si, si lo conozco, ¿que es de ti?, mi amigo, ¿segura?, ¡es su novio dijo la maestra, las tijeras se cerraron, mi flequillo cayó sobre la capa, tomó lo que quedaba y lo cortó al mismo nivel, ¡mamá, ya no le cortes más!, por favor déjalo, perdón por ocultarlo, ¿tú sabías que ella necesita mi permiso para tener novio?, no, no lo sabía, ¡pues ahora ya lo sabes!, terminó de cortar el flequillo, pude verme en el espejo, quedaban unos 2cm, fue por algo a su mueble, ¿un 3 o un 2 Paola?, un tres, dijo casi llorando, descolgó la maquina, le puso lo que había sacado del cajón, caminó detrás mío, metió sus dedos entre el cabello de la parte posterior, lo levantó, encendió la maquina, el zumbido me hizo saltar, ella esperó a que me calmara, pegó la maquina a la base de mi cuello, la maquina subió lentamente, cayeron mechones sobre la capa, era una cantidad que no podía creer, cuando despegó la maquina a la altura de mi coronilla abrí mucho los ojos, ¡eso no es nada, apenas comencé!, dio la segunda pasada, tenía razón, mi cabello no dejaba de caer, no se detuvo, de pronto pasó sus dedos por donde había pasado la maquina, se sintió extraño, dio más pasadas, tenía una gran sonrisa, Paola le pidió que ya me dejara, ¡no puedo para ahora cariño!, ya le corté casi toda la parte posterior, se iría trasquilado, levantó el cabello detrás de la oreja izquierda, antes de pasar la maquina miró a Paola, ¡le estoy pasando la uno!, te di a elegir pero quisiste la más larga, eso me dice que te gustaba mucho su cabello, ¡va a quedar demasiado pelón mamá!, ¡y como continués no le dejo nada!, dio la pasada pendiente, la maestra estaba disfrutando del show, levantó mi cabello del lado izquierdo, inclinó mi cabeza a la derecha, puso la maquina a la altura de mi patilla, ¡adiós pelito!, deslizó la maquina hasta la sien, no me desagradaba la sensación de la maquina pero me molestaba que mi cabello no durara nada contra la maquina, siguió pasando la maquina lentamente para fastidiar a Paola, ¿cuanto tiempo llevas andando con mi hija?, mas de seis meses, ¿sabías que yo era estilista?, no, la verdad no tenía ni idea, jamás le pregunté, me agrada tu sinceridad, creo que me estás cayendo mejor, sobre todo porque no estás llorando, se pasó del lado derecho para repetir el proceso, por un momento me dejé llevar, se me salió una sonrisa mientras cortaba detrás de mi oreja, ¿te está gustando?, no, para nada, solo que no puedo creer que tardé tanto tiempo para dejarlo crecer y usted en unos minutos lo esta cortando todo, -lo siento, pero tenía que hacerlo, se ve que le gustaba mucho tu cabello a mi hija y solo así sabremos si de verdad la quieres, pero principalmente sabremos si aún así te sigue queriendo, -¡no tenías que ser tan cruel mamá!, podías desquitarte conmigo, no era necesario que lo hicieras con él, -¿vez como si te quería por tu cabello?, pero después de esto veremos si continúan como pareja, colocó la maquina en mi frente, -te equivocas, ¡lo quiero aún si lo dejas rapado!, -¡ya lo veremos!, la maquina se deslizó lentamente hasta atrás, iba cortando todo, solo quedaba una ligera sobmra, no sabía si debía llorar, -¡esto es increíble!, aún no puedo creer que estoy presenciando en primera fila como te desprenden todo ese cabello, la siguiente pasada agrandó la franja de sombra restante, estaba excitado, no sabía que hacer, me daba pena que se dieran cuenta, por suerte mi cabello cubría la erección que estaba teniendo bajo la capa, -¡que suerte tienes!, tus ojos están destacando bastante, no tienes una cabeza perfecta pero si buenos rasgos, hasta estoy arrepentida de pasarte la uno, no sabía que decir, solo sonreí, quedaba muy poco cabello en la parte superior, le bastaron dos pasadas para terminar de quitarlo todo, acarició mi cabello con malicia, comenzó a pasar la maquina por toda la cabeza para asegurarse de que todo quedara igual, -¡te vez bastante bien!, dijo Paola, -¿quieres que te pase la cero?, -¡no mamá, con eso ya es suficiente!, -¡tú no me vas a decir que hacer!, le estoy preguntando a él, es su cabeza, no la tuya, ¿puedo pasarla?, -es una pregunta con trampa, se nota claramente que si digo que no, lo hará, si digo que si, también lo hará, -¡aprendes rápido!, -¡hágalo!, lo dije para intentar que se detuviera, aunque en el fondo tenía la curiosidad por verme de aquella manera y no sabía si tendría otra oportunidad de cortarlo tanto, -me agrada que no tengas miedo, eso dice mucho de ti, al pasar la maquina con el protector se cayó este, me dio una pasada con la maquina sin protector, -¡usssps, creo que ocurrió un error, -¡eso es muy bajo madre!, -voy a tener que continuar, pasó la maquina sin protección lentamente, se sentía bien, siguió dando pasadas hasta que casi desapareció la sombra, al menos a la vista no era evidente, se paró a mi lado izquierdo, puso su mano en la parte superior, inclinó mi cabeza y pasó la maquina desde mi patilla hasta la sien, brotaron unas lagrimas, eran de lo increíble que se sentía, -¡lo hiciste llorar madre!, -¡pues que mal que no aguante nada, solo es cabello, bueno, era mucho cabello pero ya le crecerá, terminó bastante rápido con el lado izquierdo, se pasó al derecho, repitió el proceso, rápidamente acabó con ese lado, se paró detrás, inclinó mi cabeza al frente, subió la maquina desde la base de mi cuello hasta la coronilla, -¡espero que después de esto hayan entendido que conmigo no se juega!, -perdón mamá, debí decirte que tenía novio, no estuvo bien ocultarlo, -¡pues ya quedaste listo!, bueno , falta hacerte el contorno, fue por una maquina pequeña, dio forma al contorno, aplicó crema de afeitar, sacó una navaja, pidió que no me moviera, fue afeitando todo el contorno, limpió los residuos, utilizó un cepillo con talco, lo pasó por mi frente y toda la cabeza, acarició con malicia, -¡no te vez nada mal!, gracias por dejarte sin poner resistencia, llevaba mucho tiempo sin recibir a alguien por una apuesta o por el puro gusto de raparse, Paola se acercó, quitó la capa, me abrazo, se disculpó, la maestra se acercó para acariciar mi cabeza, -¡por fin nos deshicimos de ese cabello!, concuerdo que te queda bien, -gracias, Paola me levantó de la silla, nos fuimos del lugar, pasamos a comprar algo y seguimos caminando, llegamos a un parque cercano, -¿podrás perdonarmepor lo que hizo mi madre?, -¿tuviste algo que ver con eso?, -no, me quedé dormida, al regresar de la escuela, al terminar de comer vi los mensajes en el teléfono, -¿fue ella quien me hizo venir entonces?, -sí, -¡entonces no tienes nada de que disculparte, la besé, acarició mi cabeza, -¿sabes, creo que me gusta más de lo que imaginaba!, -a mi también, creo que es más cómodo de lo que hubiera imaginado, -¿alguna vez pensaste en pedirme que lo cortara?, -sí, tenía la curiosidad, pero nunca te hubiera forzado a nada, menos a que lo perdieras todo a la primera, ¿te lo habían cortado alguna vez con la maquina?, -no, siempre le tuve miedo, -parecías bastante tranquilo mientras te la pasaban, -supongo que era porque estabas tú, estuvimos otro rato en el parque y volvimos a su casa, le pedimos perdón a su mamá por ocultarle la relación, se disculpó por raparme, -pero pienso que te hice un favor, ¡te vez mejor sin todo ese cabello¡, los tres coincidimos, -cuando quieras puedo cortarlo a tu gusto, aunque espero que lo dejes crecer para volver a raparte, -lo pensaré, nos invitó una pizza, estuvimos con ella y por la noche me fui a casa sabiendo que no me odiaba, aunque no sabía como explicaría mi corte…



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