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Yami by FCM Historias
Tenía ya dos años con Yamilet, nos conocimos en la universidad pero comenzamos a andar después de que nos graduamos.
A ella siempre le agradó mi cabello largo, o al menos eso parecía, cuando nos mudamos a vivir juntos siempre colaboraba para secarlo, algunas veces hasta me ayudó a peinarme para verme mejor, nuestra relación era muy buena. Un día llegó una amiga que estudió con nosotros, nos contó que ya se iba a casar con la pareja que tuvo durante toda la universidad, la felicitamos por animarse, estuvimos hablando mucho y cuando casi se tenía que ir se detuvo, -¡quiero que tú seas mi dama de honor!, -¡claro, no hay problema, cuenta conmigo!, sin querer eso estaba comenzando a acabar la tumba para mi cabello…
Pasó el tiempo, la boda se estaba acercando, Yami estaba entusiasmada, decía que se cambiaría por completo el look para la boda, por suerte nunca pidió que hiciera lo mismo, así que todo estuvo tranquilo, hasta la última semana, en la que nuestra amiga me marcó para pedirme un favor, solo que tenía que ser privado, acordamos vernos en un café, llegué puntual, unos minutos después llegó ella, saludó y se sentó, -¿entonces, que es lo que necesitas?, -no sé si quieras hacerlo, pero quiero pedirte que te cortes el cabello, -¿no estás hablando enserio verdad?, -sí, hablo muy enserio, todo mundo irá muy formal, la mayoría se arreglarán, no quiero que desentones en mi boda, -¡estás loca si piensas que haré eso!, -yo sé lo importante que es tu cabello, pero creo que puedes hacer una excepción por mi, Yami planea un cambio por completo, ¿que te cuesta cumplir con ese capricho para mi boda?, -tú misma lo dijiste, es un capricho, no es como que seamos nosotros quienes nos vamos a casar, si fuera así, y Yami me lo pidiera, creo que lo haría, pero para complacer a otros no creo, -pues es cosa tuya, de preferencia no quiero que llegues a la boda si vas a ir así, pero toma en cuenta que Yami tendrá que ir con acompañante, aparte de que la mayoría hasta se hará el mismo corte, se levantó, -espero que si llegues y no decepciones!
No pude decirle nada, me terminé el café y pagué la cuenta, al llegar a casa no quise contarle nada a Yami, por más que insistió no solté nada, cuando estábamos cenando me contó lo contenta que estaba de que ya faltara muy poco para la boda, verla así solo provocaba que sintiera culpa por no ser capaz de cortar mi cabello, -¿oye, crees que puedas hacerte un corte para la boda?, era la segunda vez que lo decían en ese día, -¡no creo que pueda?, -¿que tendría de malo?, -que no quiero cortarlo, -pues tienes que hacerlo, ¿no me vas a cancelar ahora que falta tan poco?, -pero no quiero hacerlo, ¡no pienso cumplirte un capricho si no es nuestra boda, ¡además a ti te gusta mi cabello!, -¡en realidad no!, pero trato de que lo haga para no hacerte sentir mal, -¿estás mintiendo verdad?, -¡no, para nada!, solo soy comprensiva para que no pienses que soy mala contigo, pero lo que más quiero es que te lo cortes, -¿no lo voy a hacer!, esa es mi última palabra, mientras me iba dijo: ¡ya lo veremos!
La boda sería el sábado, pero desde el martes no dejé de pelear con Yami sobre el tema del corte, no iba a convencerme ni soñando, el viernes por la mañana dijo que iría a cortarse el cabello, por si quería acompañarla cuando saliera del trabajo, le di las gracias pero no pensaba ir con ella.
El trabajo estuvo pesado, llegué a casa para descansar, abrí una cerveza, puse algo en la tele y me senté a disfrutar, estaba algo relajado cuando Yami volvió tenía una sudadera puesta, saludó y se fue directo al cuarto, después de una media hora me habló parra que fuera al cuarto, entré pero la luz estaba apagada, pidió que caminara hacia un espejo grande que teníamos, encendió la luz pero no la vi rápidamente, tuve que cerrar los ojos, cuando los abrí venía caminado hacia mi, la vi en el espejo pero no podía creer lo que veía, ella siempre tuvo el cabello largo, ahora lo tenía casi hasta la barbilla, lo tenía esponjado, el corte hacía que su cuerpo destacara aún más, se siguió acercando hasta ponerme nervioso, -¿de verdad eres tú?, -te dije que cambiaría por completo, -si pero no pensé que fuera a este nivel, -¿entonces te gusta?, -sí, me encanta, dejó que la mirara por todas partes, tomó mi brazo y nos dimos un beso, -perdón por querer obligarte a hacer algo que no querías!, -no pasa nada, -quieres que vallamos por unas cervezas?, -serán en la cocina?, -claro que si menso, no quiero ir a que me vean en otro lugar, nos fuimos a la cocina, ella fue quien las sacó del refrigerador, las destapó y brindamos por su nuevo look, nos tomamos otras dos, estaba demasiado relajado, dijo que fuéramos al cuarto, al llegar a la cama caí dormido, cuando desperté estaba amarrado en la taza del baño, le grité a Yami para que fuera, dijo que esperara un poco, cuando entró sonrió, -¿puedo saber por qué estoy amarrado?, -era para que no te cayeras, -¡ya enserio!, -bueno, no es cierto, en realidad te voy a convertir en mi acompañante perfecto para la boda, -¡suéltame antes de que te arrepientas!, -no lo creo cariño, tengo el control de esto así que vamos a hacer lo que yo quiera, seguía con el vestido puesto, fue por algo detrás mío, estaba nervioso, -muy bien cariño, ¡vamos a comenzar con la diversión,!, yo quería que recibieras un corte por i estilista, pero recibirás uno mío, -¡tú no sabes cortar!, -claro que sí, sus dedos levantaron mi cabello, lo juntó todo detrás como si fuera una cola, pude sentir como las tijeras cortaban poco a poco la cola, arrojó el cabello frente a mi, dejó las tijeras, un zumbido llenó la habitación, levantó con sus dedos la parte posterior, lentamente sentí como la maquina subía desde mi cuello hasta la coronilla, no podía creer lo que estaba pasando, -te dije que si sabía cortarlo, dio la segunda pasada, la cantidad de cabello que cayó no fue de mi agrado, no se detuvo, por alguna razón me sentía excitado, ella inclinó mi cabeza hacia la derecha, levantó mi patilla, la maquina subió hasta la sien, algo me decía que no estaba quedando mucho cabello en mi cabeza, -si tan solo hubieras querido aceptar mi propuesta no hubiéramos llegado a esto cariño, -¡estás loca!, -si, pero aún así me vas a querer cuando termine con esto, -¡no pienso acompañarte con el corte que me estás haciendo!, -¡vas a ver que si!, siguió pasando la maquina hasta doblar con cuidado mi oreja, se pasó del lado derecho para repetir el proceso, hasta ese momento iba aguantando bien, pero cuando la maquina pasó cerca de mi ceja comencé a llorar, -tranquilo, te prometo que te vas a ver bien, -no tienes idea, llevaba años sin cortar mi cabello, jamás me pasaron una maquina pero tú en unos minutos estás acabando con todo, -¡y aún falta cariño!, sus dedos levantaron mi flequillo, la maquina estaba sobre mi frente, -¡por favor no lo hagas!, -¡que lindo eres suplicando piedad!, pero sé que tendré que atenerme a las consecuencias, ¡adiós cabello!, la maquina se deslizó lentamente hasta atrás cortando todo el cabello a su paso, -estaba más largo de lo que creía!, decidió cortar el flequillo pasando la maquina de derecha a izquierda, colocó una mano en mi nuca para evitar que me moviera, no se sentía mal pero seguía molesto sabiendo que estaba cortando casi todo, pasada tras pasada la maquina no dejaba de tirar cabello, dio la última pasada, pasó su mano por la cabeza, -¡se siente increíble!, aunque creo que puedo dejarlo mejor, dejé de prestar atención a lo que hacía, no podía dejar de llorar, pasaba la maquina por toda mi cabeza, su mano hacía que me calmara por momentos, pronto solo pasaba la maquina por la parte superior, se sintió bastante bien, apagó la maquina, secó mis lagrimas, me besó, -perdón, pero tenía que hacerlo, ¡te vez muy bien!, acómpañame a la boda por favor, -te detesto, -no digas eso, -lo cortaste todo, no puedo sentirme de otra manera, -¿quieres ver que es todo?, fue por algo, volvió para echarlo en sus manos, pasó sus manos por mi cabeza, se sentía algo frío, cuando estuvo conforme escuché un ruido familiar, empujó mi cabeza al frente, sentí como algo recargó en mi coronilla y se deslizó lentamente, -ahora sí, llora con provecho!, si te había rapado, eso no te lo negaré, pero se puede aún más corto, la sensación del rastrillo era increíble, pero aún así no podía dejar de llorar, siguió afeitando alrededor sin detenerse, -¡te vas a ver increíble!, tu cabeza no brilla nada, pero si quieres seguir llorando por ese cabello hazlo, aplicó nuevamente crema de afeitar, esta vez pasó el rastrillo de forma contraria, tuve una erección, -ya sé que estás excitado!, siempre soñaste con algo así, ¿o me equivoco?, -¿de que diablos hablas?, -revisé tu computadora, tenía búsquedas privadas de personas recibiendo cortes a la fuerza, aunque predominaban las rapadas, no sé cual era el motivo pero te excitaba ver eso, deberías agradecerme por cumplirte tu fetiche, no sabía que decirle, tenía toda la razón, pero era un cobarde para hacerme un corte corto, -el rastrillo se deslizó desde mi coronilla hacia mi frente, supe que estaba acabado, -¿sabes?, creo que somos parecidos, ¡yo también veo esos videos!, por eso me hice este corte, si me lo hubieras contado quizá esto estaría siendo de otra forma, aplicó más crema de afeitar pero esta vez llevaba el rastrillo desde mi frente hacia la coronilla, -debería dedicarme a esto, es divertido y parece que soy buena, no dije nada, preferí quedarme callado mientras terminaba, sentí la última pasada del rastrillo, ella inspeccionó con su mano si no quedaba alguna parte por afeitar, -¡no tienes idea de lo suave que se siente tu cabeza!, creo que ya quedaste listo, pero falta limpiarte, dejó el rastrillo sobre el lavabo, comenzó a liberarme, cuando lo terminó suplicó que no le hiciera nada, me ayudó a quitarme la ropa, nos bañamos juntos aunque no pude evitar soltarme a llorar, la sensación del agua sobre mi cabeza era increíble pero ella no lograba que dejara de llorar, de pronto sentí que tomaban mi pene, cuando miré hacia abajo estaba Yami arrodillada, lo metió a su boca, nunca habíamos hecho nada así, no pude aguantar mucho tiempo lo que ella hacía, le avisé que me correría pero no le importó, solté todo dentro de su boca, no dejó de succionar hasta que ya no salió ni una gota de semen, cuando sacó mi pene de su boca miró hacia arriba, nuestras miradas se encontraron, la de ella pedía perdón, cerré los ojos y le ayudé a levantarse para terminar de bañarnos, no quise mirarme al espejo, fuimos a la cama, nos terminamos de secar, se abalanzó sobre mi, acarició mi cabeza, -te juro que te vez bien!, no respondí, pidió que me sentara en la orilla de la cama sobre sus piernas, lo hice bastante expectante, me pidió perdón por lo que había hecho, -¿me vas a acompañar a la boda verdad?, -no o creo, tomó mi pene con su mano, comenzó a masturbarme, repitió la pregunta pero obtuvo la misma respuesta, lamió mis orejas esperando que reaccionara, cuando lo hice volvió a preguntar, -quizá lo piense un poco, se dejó caer conmigo hacia atrás, siguió con la masturbación, pero aumentando el ritmo, lamió mis orejas, estaba logrando excitarme demasiado, -¿que dieces ahora?, -¡lo seguiré pensando!, lamió mi nuca y -¿y ahora?, -creo que si, -¡yo quiero un sí, cariño!, siguió lamiendo hasta que no aguanté más, estaba a punto de coréeme, -¿me vas a acompañar?, -¡sí, si te acompañaré, me estaba corriendo más que nunca, -dio fuerte cariño, -¡sí, si te acompañaré, pero ya para, ella siguió hasta dejarme vacío, cuando quedó satisfecha redujo la velocidad de la masturbación hasta que paró lentamente, -¡mañana te quiero listo entonces!, retiró el condón para irlo a tirar, cuando volvió Estaba mirando al espejo, -¡te dije que te veías bien!, pero no me creíste, -¿por queme afeitaste?, -porque sabía que te verías bien, busqué una aplicación que mostraba como se te vería un corte y te puse sin cabello por error, me encantó como se veía pero era imposible convencerte ni de que te pasarán una maquina, por eso pensé que si yo cortaba el mío podría hacerte sentir vulnerable para cumplir con tu fantasía de los videos, caminé hasta ella para abrazarla, -¡gracias por hacerlo!, se puso contenta, fuimos a cenar a la cocina y al día siguiente la acompañé con muchas dudas a la boda, todos quedaron sorprendidos de verla a ella con ese corte pero aún más de verme a mi con la cabeza afeitada, ya que un rato antes de la boda Yami me pasó el rastrillo para eliminar lo que empezaba a crecer, la boda estuvo increíble y recibí muchas felicitaciones por atreverme a desprenderme de mi cabello, aunque la verdadera culpable era Yami...