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Melisa y la peluquería by FCM Historias
Llevaba dos años de novio con Melisa, ella era de test blanca, alta, cabello largo y oscuro, tenía ojos cafés y buen cuerpo, nos conocimos en la universidad, nos emparejaron para un trabajo en equipo y así nació nuestra amista, que poco a poco. Creció hasta que le pedí que fuera mi novia estábamos muy contentos, pero cuando conocí a su madre cambiaron las cosas…
El día en que me presentaría a su madre andaba nervioso antes de. Que llegara al cuarto que ella rentaba, su madre era joven, entró y me encontró de espaldas, mi cabello era muy largo, la señora se paró detrás, ¡que bonito cabello tienes linda!, -ammmmm, mamá, ¡no es una amiga, ¡el es mi novio!, -¡una disculpa joven!, al verle de espaldas con el cabello tan largo me confundí, -no hay problema, le dije cuando me voltee para mirarla, nos dimos la mano, Meli nos presentó, le ayudé con las cosas que llevava, después de eso nos sentamos para hablar, por suerte le caí bien, pero la confusión fue el detonante para que tuviera problemas con Meli.
Al día siguiente fuimos a dejar a su mamá para que regresara a su casa, cuando regresamos al cuarto de Meli la noté pensativa, -¡puedo hacerte una pregunta?, -claro que si, -¿alguna vez pensaste en cortar tu cabello?, -la verdad no, me lo dejé crecer desde hace unos años, nunca permitieron en la escuela que lo llevara largo, por eso en cuanto pude lo dejé crecer, ¿te molesta que lo tenga así?, pensaba que te gustaba, nunca mencionaste nada, -mmmm, pues en realidad nunca supe como tocar el tema, pensé que era muy importante para ti, por eso nunca te dije nada, -¿esto tiene que ver con la confusión que tuvo tu madre ayer?, -en realidad si, pero no es la primera vez, alguna ocasión alguien me dijo que mi amiga era muy guapa, aunque después de enterarse que no eras una chica se apenaron, -¡no tenía ni idea de eso!, -ahora que te lo conté, ¿si yo te buscara un corte que te quede, lo cortarías si te lo pido?, -no te mentiré, ¡no creo que eso pase!, me gusta mucho mi cabello como para cortarlo sin buenos motivos, -¿que yo te lo pida no es un buen motivo?, -sabes que si, pero no me refería a eso, lo dije en sentido de que no estoy perdiendo una apuesta, tampoco es una regla para un trabajo, obviamente si me lo pides tendría que pensarlo pero no es tan fácil, -¡vamos a apostar entonces!, así tendrás el motivo que quieres y yo obtendré lo que quiero, -¿estás dispuesta a perder ese cabello que tienes?, -mmmm, bueno creo que no lo pensé bien, pero pues si no queda de otra, creo que si, se tocó el cabello, -¡ja, te da miedo apostar!, pero son tantas tus ganas de cortarme el cabello que harías una locura, ¿pensaste en que si pierdes te quedas sin tu cabello y conservo el mío?, -mmmmmm, no, no lo había pensado, pero es porque no perdería, se acercó, levantó mi cabello, ¡vamos a apostar, no seas cobarde, no sabía que pasaba pero me sentía excitado, -¡tú dime que vamos a apostar!, -¡el fin de semana hay partidos de futbol!, elegimos dos para que pueda haber chance de empate, -¡cobarde, elige uno!, quiero arrancarte ese cabello, dejará de tocar tus nalgas y terminará en el piso, -conste que tú me provocaste, ¡vas a parecer un verdadero chico cuando termine contigo!, vas a desear no aceptar mi primera propuesta, buscó partidos en internet, eligió uno, al no ser seguidores de él acordamos no mirarlo para que fuera sorpresa.
Durante los siguientes días estuve bastante nervioso, temía perder contra Mel, sobre todo porque no sabía lo que tenía planeado para mi, aunque si ganaba le arrancaría todo el cabello para guardarlo, sinquerer me di cuenta que sentía mucho morbo por la apuesta, pero no le dije nada a Meli.
El fin de semana la acompañé por su despensa, llevamos las cosas a su casa y dijo que fuéramos a tomar un café, se lo acepté, fuimos por él, de regreso Mel iba revisando su teléfono cuando la noté sonreír, -¿que sucede?, -¡nada, tú tranquilo!,seguimos caminando cuando ella se detuvo, pidió que la acompañara, me jaló del brazo y entramos a un lugar, se puso en la puerta, estábamos en una peluquería, me abrazó, -¡vamos a sentarnos para esperar turno!, me llevó hasta una banca que había para esperar, no sabía si había perdido o ganado la apuesta, las ganas de salir corriendo no faltaban pero suponía que solo sería peor si lo hacía, decidí calmarme, eché un vistazo al lugar, estaba pintado todo de blanco, con algunas fotos de cortes, los muebles al frente d los espejos eran negros, eran sillas de peluquería, aunque no podía ver el color por la capa que tenían los clientes, había un hombre y una mujer, la mujer era de cabello corto, parecía tener buen cuerpo, pero su ropa no lo hacía tan evidente, el señor ya se veía de unos 50años, la banca en la que esperábamos turno era roja, el piso parecía tablero de ajedrez, ambos estaban realizando cortes demasiado cortos, podían ver las cabezas con la piel muy expuesta, los nervios me invadieron cuando noté que el señor estaba terminando primero, -¡ya casi será tu turno!, le dije a Meli, volteo para mirarme, sonrió, pero no dijo nada, el señor le pasó el cepillo extraño con talco a su cliente, le pidió que revisara la parte posterior, este aprobó el corte y le quitó la capa, le cobró, sacudió la silla de color negro con reposabrazos plateados, -¿quien de los dos sigue?, -¡sigue él!, esas palabras fueron mucho para mi, Meli se levantó, tomó mi brazo me levanté y caminé hacia la silla, -¡ya te hacía falta corte!, dijo el señor, agarré el reposabrazos para subir a la silla, cuando se escuchó algo, -¡hola, don Felipe, habrá turno disponible?, era una voz de alguien joven, -no subí a la silla, -pues voy a comenzar justo un corte, pero podemos preguntarle al chico si te urge, -¡la verdad si tengo prisa!, -¿tienes problema con esperar un poco más?, -no, ¡no tengo problema!, cedí el paso para que el otro se subiera en la silla, Meli tenía una sonrisa enorme, -¿te salvaste!, al menos por otro rato, tomé mi lugar en la banca, -¡no pidas nada grave por favor!, -¡después de lo que pasó ni supliques nada!, fue muy poco el tiempo que tuve que esperar, la mujer terminó el corte, el cliente se fue, -¡sigues tú!, pero dame un minuto para quitar este cabello, jamás había visto barrer a nadie tan rápido, la capa que había estado utilizando la llevó a otro lugar, cuando regresó pidió que pasara a su silla, mis piernas temblaban pero al menos sería una mujer la que me lo cortaría, subí a su silla, ella tomó un peine para desenredar mi cabello, -¡si está largo eh!, algo cortito te quedaría muy bien, terminó de desenredarlo, fue por una capa al cajón del mueble, colocó una tira blanca en mi cuello, luego la capa roja, -¿como te lo voy a cortar?, -ella le dirá como lo quiere por favor, Mel le mostró algo en su teléfono, -¿estás segura?, -sí, así lo quiero por favor, hablaron en voz más baja, no pude escuchar nada de lo que dijeron, la mujer fue a descolgar algo, lo puso en el mueble, giró la silla para que no pudiera ver, -¡con que perdiste una apuesta eh!, el señor y su cliente rieron, -¡pues vamos a ayudar a que pagues!, escuché un clic detrás mío, un zumbido intermitente, se paró a mi lado derecho, el zumdbido me provocó un escalofrío, esperó a que me calmara, -¡tranquilo, no te va doler!, solo sentirás cosquillas, con su mano tomó el cabello del lado cercano a mi ceja, estaba temblando, puso la maquina cerca de mi ceja, -¡no te muevas por favor!, deslizó la maquina hacia atrás, la maquina desprendió mi cabello sin problema, Meli estaba sorprendida, dio una segunda pasada pero llevando la maquina más atrás, la capa roja se llenó d cabello, mis ojos estaban a punto de soltar lagrimas, levantó mi patilla, subió la maquina hasta la sien, unos 20cm de cabello caían con cada pasada, la maquina fue pasada rodeando mi oreja, pero dejando la parte posterior, caminó detrás para quedar del lado izquierdo, repitió el proceso pero consiguiendo que soltara unas lagrimas, sacó un pañuelo, me las secó y continuó cortando, -¡ahora si vas a parecer un hombrecito!, -gracias!, dejó sin cortar la misma parte que en el lado derecho, tomó mi cabello de la parte posterior, lo juntó como si lo quisiera amarrar en una cola, colocó la maquina en la base de mi cuello, la subió hasta la mitad, no soltó el cabello, dio pasadas cortas y rápidas, cuando lo soltó la mitad fue al suelo, la otra deslizó por mis hombros a la capa, metió sus dedos entre el cabello restante, lo levantó, la maquina iba desde abajo hasta la coronilla, solté lagrimas nuevamente, Mel estaba grabando, procedió a cortar lentamente detrás de la oreja izquierda, luego siguió con la derecha, -¡ya va tomando forma!, Meli estaba sonriendo, la mujer fue al mueble por algo, Meli se acercó para tocar mi cabeza, lo hizo en la parte posterior y me retorcí, pero de gusto, intenté no mostrarme contento, -¡todavía falta amiga!, ¡ya viene lo bueno!, el señor terminó el cote del chico, antes de irse dijo: -mucha suerte futuro hombrecito!, el señor se rió, la mujer se paró al frente, Meli tuvo que pararse a un lado para poder grabar, levantó mi flequillo, -¿lo corto directo o por partes cariño?, -directo por favor, dijo Meli, colocó la maquina a la derecha de mi frente, la llevó hacia la derecha lentamente, mi flequillo deslizó sobre mi cara terminando sobre la capa, -¡que gran cambio!, ¡ya se pueden ver por fin esos ojos!, puso una mano en mi nuca, colocó la maquina al centro, la deslizó lentamente hasta atrás, eso me gustó, sentí algo raro bajo mis pantalones, pasó su mano para tirar los cabellos restantes, dio la siguiente pasada, fue aún mejor lo que sentí bajo la capa, siguió dando pasadas terminando poco a poco con toda la parte superior, tenía una erección bajo la capa, no podía explicarlo, dio la última pasada pasó su mano por mi cabello corto, _¿quieres que continué con lo que me pediste?, -sí por favor, ya lo vi como quería, ahora si puede proceder con el verdadero corte, la mujer fue a dejar algo al mueble, el zumbido volvió, inclinó mi cabeza al frente, la maquina fue subiendo de mi cuello hasta la coronilla, esta vez todo era más rápido, mi erección se hacía más grande, pronto cortó detrás de la oreja izquierda se siguió con todo ese lado, sentía un metal tocando mi piel pero no sabía lo que significaba, se pasó del lado derecho para repetir el proceso, aunque estaba algo tranquilo por la sensación, estaba temiendo lo peor para mi cabeza, dejé de pensar en eso cuando sentí una mano tocando mi nuca, algo no estaba bien, podía sentir demasiado directo el contacto, la maquina fue colocada sobre mi frente, -¿adiós cabello!, la maquina se deslizaba lentamente por mi cabeza, cerré los ojos para disfrutar de la sensación, en cuando la maquina llegaba hasta atrás era colocada nuevamente sobre mi frente para la siguiente pasada, cuando abrí los ojos vi a. Mel sorprendida, -creo que me gusta!, dijo sonriendo, la mujer terminó de pasar la maquina por toda mi cabeza para asegurarse de que nada quedara disparejo, me pasó la mano por la cabeza, volvió con una toalla caliente, la colocó en mi cabeza, ¿lo quieres coquito coquito. Verdad?, -sí, por favor, no sabía lo que significaba aquello pero sabía que no quedaba cabello, la mujer me quitó la toalla, me secó un poco y aplicó algo frío en mi cabeza, no sabía lo que era pero cuando inclinó mi cabeza y escuché el primer sonido lo entendí todo, pidió que no me moviera, solté más lagrimas, la sensación de la navaja quitando lo último que me quedaba era increíble, pero había perdido todo mi cabello en unos minutos, siguió cortando con la navaja hasta que terminó con los laterales y la parte posterior, me aplicó más crema de afeitar, repitió el proceso pero de forma inversa, ahora llevaba la navaja de abajo hacia arriba, parecía no terminar nunca,, de pronto me limpió los restos que quedaban, -¡no te asustes por lo que voy a hacer!, movió algo de la silla, esta se reclinó hacia atrás, cuando quedé a la altura necesaria se rió, -una disculpa, se me olvidó una cosa, trabó algo en el respaldo, lo ajustó y recargó mi cabeza de eso, se sentía muy cómodo, -¡ahora si vamos con lo último, puso la navaja en mi coronilla, y la fue pasando hacia arriba, mi erección era algo más notoria por la posisión en la que estaba, cuando terminó aplicó nuevamente crema de afeitar, ahora afeitó desde mi frente hacia la coronilla, se tomó su tiempo para dejar todo perfecto, una vez que estuvo conforme levantó la silla para que quedara normal, destrabó lo que puso en el respaldo, fue por una toalla mojada, limpió los restos de la crema, sacó el secador, hizo que mi cabeza quedara seca, el aire refrescaba agradablemente, -¡ya casi quedaste!, comenzó a aplicarme algo en la cabeza, -esto impedirá que pueda brillar, aunque en tu caso no sería muy necesario, desabrocho la capa, la retiró con cuidado, quitó la tira del cuello, me revisó que no quedara nada sin afeitar, -¡ya quedaste listo!, ¡apuesta pagada!, Meli tocó mi cabeza, -me encanta!, perdón por pedirlo, pero esta era la oportunidad y no podía desaprovecharla, sacó su dinero para pagar mientras me levantaba de la silla, -¡no te mires al espejo!, le hice caso, dimos las gracias, casi al pasar la puerta la mujer dijo: ¡vuelvan pronto, ¡le quedó muy bien el corte!, Meli detuvo un taxi, nos llevó a su cuarto, ella consiguió que no me mirara en ningún espejo, ya estando en su cuarto se calmó, -¡quiero que te quedes así siempre!, -no tengo idea de como me veo, no sé si me gustará, -¡déjame tomarte fotos primero!, por si no te gusta, me tomó las fotos, cubrió mis ojos y me llevó al espejo de cuerpo completo que tenía su tocador, contó hasta tres, descubrió mis ojos, no podía creerlo, no quedaba nada de cabello, toqué mi cabeza, era edemasiado suave, -¿te gusta?, -creo que si, -¡claro que te gusta!, estabas muy excitado mientras te afeitaban, -¿te diste cuenta?, -sí, si te quedas así prometo compensarte cada que recibas el corte, me basta con la pura maquina, no necesito que te afeiten siempre, -¿como planeas compensarme?, -¡pues así!, se arrodilló frente a mi, me bajó la ropa, -¿te dije que te excitaste mientras te pelaban!, tomó mi pene, lo introdujo en su boca para jugarlo, estaba cerca de correrme cuando se detuvo, dijo que tenía una Gea, sacó algo de un cajón, se sentó sobre su cama desnuda, me pidió que caminara hacia ella, me senté entre sus piernas me puso un condón, comenzó a masturbarme y antes de que me corriera lamió mi nuca, eso fue lo último que aguanté, cuando terminé me jaló para quedar sobre ella mientras me seguía laimiendo,-¿te quedarás con el corte?, -no lo sé, extraño bastante mi cabello, -¿y si me corto el mío?, -¡jamás te pediría eso!, -no mientas, yo gané la apuesta pero querías verme rapada, -si, admito que si, pero no te lo pediría, -¡te quiero rapado para mi!, -¡prometo que lo pensaré…